Estado

Por La Libre

Abraham_Pineda_Diaz,_copiaLa corrupción de la política no tiene nada que ver con la moral, o la laxitud de la moral, de diversas personalidades políticas. Su causa es meramente material.

Por Edelmira Cerecedo García

Cuando iniciaba el trienio en aquel 2010 los alcaldes que entraban a los municipios eran una novedad para todos, certeros algunos tenían esa piel de oveja que los distingue, ese olor de yo quiero a mi pueblo y soy humilde y le voy a servir a la sociedad… así pues en Ocampo, Tamaulipas, entraba a gobernar el Profesor Abraham Pineda Díaz, rodeado de un dos hombres con la libidinosa más aguda que la propia piel, uno de ellos de edad considerable y quien aseguro su futuro escaso por su edad pero si bien el de su hija la famosa Contadora quien robo los faros de la atención y el dinero de algunas cuentas.

Nadie puede decir que no, algo que hicieron visible una boda, una casa, unas camionetas, todo a cambio de los favores que le acomodaban en las cuentas al alcalde mientras que la Contadora quien se tomo el papel del Tesorero y se apropio de las chequeras, ella al lado de su marido quien se dedica a ir y venir según sea la pleitesía de su mujer y la amistad que linda a su padre con el Alcalde.

Hoy en día aquella mareada borrachera de poder y placer entre vino, viajes y pretensiones de relaciones amorosa algunas conseguidas por el dinero ofrecido, el Presidente Abraham Pineda Díaz, perdió hasta la amistad con su ex líder sindical Arnulfo quien en algún momento humillo al propio profe quien abofado por el  poder pensó que no existía quien le dijera sus verdades, y hasta le menciono que en algún tiempo no iba a ser nadie más que un maestro de pueblito

A casi un mes de salir ya de su trienio, el Alcalde anda ahorcado en las cuentas, y pasándose casi más las tardes en casa del papá de la Contadora donde hace y desase con las alteraciones de las facturas, los agregados y los impuestos desviados.

De esta manera y hasta este grado el atraco al Municipio de Ocampo ha sido infame, con un orador como el Alcalde Abraham que hace días pago a unos medios de comunicación presumiendo que entregaba cuentas claras, claro hablaba del dinero que saldaba con quienes le solaparon sus situaciones de desfalco no a una empresa a un pueblo, a una sociedad, a un municipio, defraudando así a un Gobierno y a un Estado, después de esto en Ocampo la llamarada arde y apenas empieza a encenderse, con la amenaza de los mismo trabajadores queriendo tomar a la brava la Presidencia exigiendo su pago y sus aguinaldos que se suponen les pagarían antes de salir de vacaciones y hoy tienen pendiendo al Municipio de que se dispare una situación cruda por la intransigencia de un mal gobierno que llego mareado y aun no se ha dado cuenta que ya se va y que las facturas se las irán cobrando la sociedad ocampense

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