El Papa que evitó saludar a Peña Nieto
Escenario Político
Marco Antonio Torres De León
Vimos a un Papa (pontífice) ir a la cima del mundo, a donde reina el poder político y económico del orbe, a decir cómo deben cambiar estatus, formas y formas, para conseguir que las riquezas sean repartidas con más justicia.
Se trata de un Papa sui generis. Un Papa que en El Vaticano no duerme en las fastuosas paredes del palacio central, en donde dormían sus antecesores, sino más bien duerme en una humilde capilla aledaña conviviendo más de cerca con barrenderos, mensajeros (empleados IBM: Y Veme a traer esto, y esto) y con pintores de paredes, que con diáconos y obispos.
El argentino Jorge Bergoglio es un Papa a todo dar. Un sacerdote que defiende a costa de lo que sea, a los más pobres del planeta; así como a los inmigrantes.
Más allá de lo risible que resulta el hecho que los latinos eleven -en las calles por donde pasó el pontífice- pancartas llamándolo «Potatoes» y no «Pope», como correctamente debe decirse en inglés, el Papa confirma su imán mediático.
Y en golpe de tres bandas por su continente (América), eleva su popularidad y simpatía abordando tópicos como el cambio climático, los pobres, la inmigración.
Confirma que vino a América como jefe de Estado, no tanto como Papa o líder de la grey católica latina.
Acalló voces estridentes, (verbigracia Donald Trump) que por groseras han estado a punto de reventar oídos entre los más sensatos, reflejando la visión de un mundo más abierto, benévolo y tolerante, y menos condenatorio y represor.
Es evidente que el Papa no vino a México justamente por eso, por sus diferencias y encono con ENRIQUE PEÑA NIETO, quien se ha mostrado permisionario y displicente con la delincuencia organizada. Aunque paralelamente se ha mostrado cruel y tirano con el pueblo mexicano oprimido.
Recordemos que tras la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, empezaron a desaparecer humildes sacerdotes de la costa chica y costa grande de Guerrero. Así como de la zona aledaña a Chilpancingo, Guerrero; incluidos padres católicos del estado de Michoacán.
La justicia mexicana nunca encarceló a los asesinos, tras la muerte de los sacerdotes.
En El Vaticano al mismo tiempo, seguían de cerca las tropelías contra sacerdotes; al tiempo que confirmaban la pasmosa quietud del gobierno de Peña Nieto, quien nunca encarceló a asesinos de los curas mexicanos.
El presidente Peña Nieto se mostró como siempre omiso e indiferente.
A los pocos días los cuerpos de sacerdotes aparecían muertos con sus rostros totalmente desfigurados; algunos con mensajes en sus flancos.
La iglesia (más que todo los sacerdotes en forma personal) elevaron valientemente sus quejas remitiéndolas al estado Vaticano.
Y en sus misivas delataban el estatus violento que sufrían en México.
Nuevamente la indiferencia de un presidente disléxico y profundamente inhumano fue la respuesta oficial.
El Papa acusó recibo de las denuncias y en una carta enviada a la opinión pública, acusó la delincuencia dominante que ocurre en Argentina a la par que en México, y habló de la «mexicanización» de su país Argentina en dos rubros delicados, en narcotráfico y en delincuencia falaz.
El papa acaba de visitar Cuba, Bolivia y Paraguay hace 2 meses, en un viaje de sentido totalmente ideológico y propagandístico, por su fondo, (Ecuador y Bolivia son gobernados por presidentes de Izquierda), en tanto que Paraguay es un país sumamente pobre y marginal.
No conforme, el Papa no acaba ahí su gira.
En una segunda ronda viajó a Cuba, se encontró con Raúl Castro (y con la emblemática figura del hermano de éste, Fidel Castro) para enseguida pisar tierras estadounidenses e ir a saludar y dialogar con Barack Obama, presidente de los Estados Unidos.
El Papa argentino se vio siempre a sus anchas.
Pero a México lo rodea, lo evade, lo ignora.
Evidentemente detrás de todo esto existe un culpable. Y ese culpable es Enrique Peña Nieto…
Incluso trascendió que el Papa pidió al estado mexicano (en modo de prueba) oficiar misa en Ayotzinapa con motivo del primer aniversario de la desaparición de sus estudiantes.
Obviamente Peña Nieto se negó, reculó, se ofendió…
Pasemos a otro tema.
Muy significativa se ve la fotografía en Facebook donde ALEJANDRO GUEVARA COBOS va caminando junto a sus compañeros diputados federales, Miguel Angel González Salum y Edgar Melhem Salinas.
Se supone que fue tomada al salir de la reunión donde se conmemoró un aniversario más (aniversario 89) de la Confederación Nacional Campesina, de la cual Alejandro Guevara Cobos es miembro militante.
La imagen tiene una evidente connotación de “Soy el papá de los pollitos” de parte de Alejandro Guevara Cobos, el mantense, quien a estas alturas trae de cabeza a más de 3 o 4 aspirantes a la gubernatura, tras no poderlo contener.
La influencia de ALEJANDRO GUEVARA COBOS en el entramado tamaulipeco se potencializa desde el momento mismo en que figuras como EDGAR MELHEM aceptaron ser líderes de bancada en el Congreso de la Unión
Lo cual lo ata, al menos teóricamente, a los trabajos congresales y a los afanes propios de un líder; y le impiden tener cercanía con las bases.
Astuto, el mantense dijo hace poco que fue mejor para él no liderar la bancada del congreso, pues hacerlo le habría impedido movilizarse y al mismo tiempo, ampliar su agenda buscando posicionamiento en Tamaulipas.
En cierto sentido dio a entender que desdeñó ese cargo congresal, pues no era su plan, ni su prioridad.
Alejandro Guevara es un misterio, a estas alturas. No da tregua, aunque aparenta nadar de muertito.
Hasta donde sabemos prepara su propia embestida apoyándose en el gran trabajo de campo que hace en el vasto territorio tamaulipeco. Esto en aras de lograr posicionarse en el tiempo más adecuado, para llegar fuerte al día de las definiciones.
Pero mejor pasemos a otro asunto, también importante, que alude a la grilla local (mantense) entre los aspirantes del PRI a la alcaldía, que suman más de cinco, sin contar los ex priistas que renunciaron al partido para irse de Independientes.
El más creíble de los aspirantes Independientes es JESÚS SALVADOR SÁENZ COBOS, primo hermano de Tino Sáenz., del que hablaremos en breve.
No es por demás aclarar que la guerra entre priistas es soterrada. Y los más firmes, serios aspirantes, y menos tacaños van por todo.
RIGOBERTO RODRÍGUEZ RANGEL y JULIO CÉSAR PORTALES MARTÍNEZ son a éstas alturas los más decididos. Y en el caso de Rigoberto, parece que ser que es quien lidera las preferencias.
Rigo trae de respaldo una tremenda labor proselitista que se prolonga por casi 5 años, incluso antes de alcanzar la candidatura a presidente del PRI municipal, pues en el pasado trienio estuvo a un tris de alcanzar la candidatura.
Rigo es un valor priista que coadyuvó con la victoria de ALEJANDRO GUEVARA COBOS, factor decisivo para que el tricolor se alzara con la victoria.
Sus detractores le critican que desde el PRI haga campaña proselitista; empero no le dejan otra opción, pues desde cargos de funcionarios algunos hacen exactamente lo mismo.
Sus críticos no tasan la actuación de Rigoberto Rodríguez con la misma vara de equidad y aparentemente, a fuerza quieren ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el suyo propio.
Lo cierto es que Rigo ha alzado la mano y es evidente que no está dispuesto a dejar que lo venzan ni lo superen.
El suelo y el piso debe ser parejo entre todos; y nadie -en el PRI- debe poner el grito en el cielo asustado, si en efecto ellos hacen lo mismo, violentar la ley y las reglas internas del PRI.
La guerra es la guerra, y es pertinente que nadie se comporte como “niña”. Pues en política no caben las “niñas”.
Bien, por hoy es todo, hasta pronto.