Honor y lealtad…
Escribir su nombre con letras de oro, como se merece nuestro glorioso Ejercito Mexicano, fue el homenaje de Tamaulipas a esta institución, porque somos una tierra que sabe reconocer la grandeza, el esfuerzo y hasta el sacrificio de hombres y mujeres al servicio de la patria.
A 100 años de defender la soberanía nacional, así como ayudar a proteger la seguridad de sus habitantes sin importar las condiciones ni quien sea el Presidente de la República que funja como comandante en jefe de las fuerzas armadas, Tamaulipas mostró su agradecimiento a la solidaridad y rindió homenaje al Ejercito Mexicano.
Es de gente bien nacida agradecer y en Tamaulipas somos gente buena, que sabe reconocer a quienes entregan su vida y dejan familia por el bien del pueblo y para que este tenga un poco de tranquilidad, como buenos soldados de la patria van a donde los manden, donde se requiera de ellos.
El General SALVADOR CINFUEGOS ZEPEDA fue quien recibió los aplausos en el Congreso del Estado que se convirtió en una especie de Campo Marte, militares por todos lados, y en ese momento el espacio más resguardado de todo Tamaulipas.
Dicen que en el nombre esta escrita la historia de los individuos, ¿tendrá algo que ver que al comandante del Ejército le hayan nombrado SALVADOR CIENFUEGOS ZEPEDA?, quien lo sabe.
Obvio es que CIENFUEGOS decide el movimiento y desplazamiento de las fuerzas armadas, ya las tropas seguramente ven si se salvan o no de acudir a lugares de extremo peligro, donde las cosas están que arden y hay necesidad de apagar y combatir más de cien fuegos enemigos.
Antes el Ejército solo lo veíamos en los eventos militares, en desfiles, ahora nos hemos familiarizado con ellos en las calles debido a las circunstancias que se viven en el país.
Muchos soldados han perdido la vida, dirán que es el riesgo de su trabajo y reciben un salario para ello, y si, seguramente ellos están conscientes de eso, pero igual son hijos, padres, hermanos que les espera y ningún dinero es suficiente para dejar familias en el abandono y arriesgar la integridad, por eso, y solo por eso, se le debe agradecer y respetar al Ejército Mexicano.
Claro que también se han visto casos no muy ortodoxos entre las filas de la milicia pero son los menos, la gran mayoría son valientes que con el corazón palpitante ofrendan su existencia a la nación, igualmente es cierto que las tropas son las que menos reciben y las que más arriesgan, las que nunca serán los que se lleven los aplausos solo la satisfacción del deber cumplido.
Más cierto es que fue la necesidad de muchos de ellos la que les llevó para enrolarse en la milicia siendo casi niños, pero igual es verdad que tienen convicción y devoción por su uniforme.
Continuamente se encuentra en las calles los patrullajes del Ejercito, en las camionetas van jovencitos con rostro de nostalgia, ojos de inocencia, que no saben si llegaran a las próximas navidades pero sacan fuerza de flaqueza y se muestran valientes para ofrendar su vida, trabajan siempre sabiendo que quizá no volverán a ver a sus padres, hermanos, o los hijos.
También a ellos habría que reconocerles, y no solo que agradecerles sino pedir a DIOS que les proteja, les permita regresar a sus hogares y darle a sus familia alegrías en estos difíciles tiempos que les tocó vivir, donde ni ellos ni el pueblo son culpables de las atrocidades, donde ya han sido muchos los daños colaterales.
Por lo pronto el pueblo tamaulipeco rindió homenaje a nuestro glorioso Ejercito Mexicano a 100 años de la creación de esa gran Institución.
Vida.diaria@hotmail.com, Twitter @VidaDiaria1, Facebook Rosa Elena González.