Estado

Alejandro Guevara; El cómplice silencio de un cobarde

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Por: Mauricio Fernández Díaz
Alejandro Guevara ha demostrado patentemente su total desprecio por el pueblo y su inconmensurable ansia de protagonismo. Claro, siempre y cuando no tenga que tocar el tema de los problemas por los que atraviesa su estado, Tamaulipas.
¿En cuantas ocasiones, siendo diputado federal demando, exigió el esclarecimiento de crímenes, secuestros, levantones o expreso su indignación por el artero asesinato del Dr Rodolfo Torre Cantú?

Nunca. Al contrario, a pesar de pertenecer a la comisión de seguridad su voz se levantó sólo para defender al entonces Secretario García Luna, avalando todas las falacias que este sujeto lanzaba como verdades.

Posteriormente, ya como coordinador de agenda de PEÑA Nieto, sólo se ha dedicado a promocionar su imagen a costa de la figura presidencial, sin preocuparse en lo absoluto por un Tamaulipas desangrado, masacrado, paralizado, en virtual estado de coma.

Aún así, el belicoso político mantense continúa actuando egoístamente, pensando sólo en su bienestar y el de su familia, sin tomar en cuenta las dramáticas condiciones en que se debaten no sólo sus coterráneos, sino todos los tamaulipecos.

¿Qué ha hecho realmente Alejandro por su distrito? ¿Qué beneficios le consiguió en sus años como diputado federal? ¿Porque se siente con derecho a ser tomado en cuenta para un puesto político si en su pecho no relumbra medalla alguna que avale esta ambición?

Muy lejos han quedado los tiempos en que los vaqueros conquistaron el oeste; pero esto parece no haberlo registrado Alejandro Guevara, a quien apuntalan en sus aspiraciones algunos militares despistados con sueños de poder y ambición de riquezas.

¿Acaso piensa que el malestar de un pueblo que exige empleo, seguridad, educación, justicia y todo lo que debe, por obligación proporcionar el gobierno se va a solucionar con unas despensas?

Alejandro no ha demostrado tener pantalones; ser hombrecito de bravuconadas, pleitos callejeros y agresiones a periodistas lo convierte en un macho abusivo, no en un hombre defensor de causas justas.

Ya es tiempo que demuestre madurez y, como un verdadero hombre -no macho, no hombrecito- abra la boca para condenar tanta impunidad, tanta matanza, tanta corrupción, tanta negligencia por parte del gobierno federal y estatal.

Que utilice su cercanía al presidente para mostrarle un estado que clama por apoyos, que grita su inconformidad ante la total indiferencia del gobierno, para susurrarle, suplicarle a su patrón voltee a vernos.

Si no lo hace hoy…¿con que cara podrá pedirle a los ciudadanos apoyo en su ambición política?

No basta pretender con unas cuantas fotos con el presidente tener luz propia.

El prestigio, el liderazgo, la llama del caudillo se forma en la lucha diaria, en las crítica y propuestas que señalen y propongan soluciones a los males que nos aquejan, no en el cómplice silencio y la cobardía.

Empecinado en su alucinado sueño de ser gobernador o ya de perdido diputado federal el hijo del militar, hoy regidor en el ayuntamiento de Mante, se ha peleado ya con la cúpula política del estado, empezando con el gobernador, a quien ha despreciado y ninguneado respaldado en su dizque amistad con el presidente.

Ya es hora de que, si aspira a un puesto de elección popular, utilice esa amistad que tanto pregona para beneficio popular, no particular.

De otra forma, Guevara Cobos seguirá siendo sólo el hongo que crece a la sombra de un árbol, sin posibilidad alguna de crecer y con el peligro latente de extinguirse en cualquier momento.

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