SOY PACIFISTA…
CENA DE NEGROS
Marco A. Vázquez
Soy pacifista…
No de los que ponen la otra mejilla, ni siquiera de los que están mancos a la hora de responder agresiones pero soy pacifista, fiel creyente de que la violencia genera violencia, también cierto que en un pleito pierden todas las partes y más convencido, aún, de que dialogando se entiende la gente y por esa razón mi voto es en contra de la portación de armas de fuego.
Porque además conozco a mi gente, he leído periódicos casi desde los seis años así que perfectamente se que cualquier día a las cuatro de la tarde con 42 grados de temperatura, en cualquier calle, por un simple congestionamiento vial se puede matar la gente que le fastidie un claxon o una mentada de madre, igual puede ocurrir una tragedia en las escuelas cuando a un padre o una madre de familia le calientan la cabeza en el sentido de que su hijo fue víctima de agresiones de la maestra o un compañerito y sale a reclamar la presunta afrenta.
El comentario viene a colación porque en Tamaulipas los empresarios están exigiendo a los legisladores la reforma a las leyes para que se permita la portación de armas y tenerlas en sus negocios, dicen ellos, para utilizarlos en defensa propia.
Argumentan que asaltos, violencia y las extorsiones son de todos los días, que no tienen medios para defenderse de las mismas y que de aprobarse una reforma como la que proponen un delincuente, al saber que están armados, lo pensarían dos veces para actuar.
Lo real es que muy empresarios están capacitados para utilizar un arma de fuego, más cierto es que la mayoría son gente de bien, de trabajo y difícilmente le quitarían la vida o por lo menos les temblaría la mano para accionar un arma en contra de un asaltante común qué, por el contrario, sin ningún miramiento podría tirar a matar en caso de verse en riesgo.
Menos votos a favor obtendría la propuesta si el análisis parte en el sentido de que quienes generan la violencia siempre operan en grupos numerosos, es decir, no los detendrá ni una, ni dos, ni tres o cuatro personas armadas, al contrario, no les darían ni una sola oportunidad de defenderse o defender a los suyos.
Es innegable que hay problemas de violencia e inseguridad, los hechos y la información oficial va en el sentido de que se están atacando, que se actúa contra un problema que se gestó durante décadas y se recrudeció los últimos 10 años, así que por lo tanto es imposible desaparecer esta dificultad de la noche a la mañana.
Actuando de buena fe o si nos ponemos exigentes habría que esperar dos o tres años, como lo prometió el Secretario de Seguridad Pública en el Estado, para que la percepción de la gente cambie al respecto aunque mi pronóstico es a más largo plazo y más que responsabilizar a los policías o políticos con la sentencia de que no habrá cambio mientras que en el hogar cada madre o padre de familia no controle a los suyos.
Es obvio que los comerciantes están desesperados, que muchos empresarios no ven otra salida a sus problemas que agarrar un arma para ver de a como les toca a la hora de que quieran cometer un delito en sus negocios, tienen razón porque 10 años sufriendo el problema desesperan a cualquiera, pero eso no debe ser motivo para llevarlos al matadero poniéndole a cada uno una pistola en la mano mientras que sus enemigos cuentan con arsenales que pueden comenzar con rifles de asalto hasta llegar a los lanzagranadas, misiles de corto alcance y cosas peores.
De verdad soy un pacifista pero más que eso, un convencido de que los únicos que pueden recuperar la paz y hacerla duradera son las autoridades y los ciudadanos, las primeras con el diseño de mejores leyes, la estricta aplicación de las mismas, evitar que el sistema educativo expulse o permita que los alumnos del nivel básico lo abandonen, teniendo un sistema de salud capaz de curar a nuestros enfermos con adicciones, además con el combate a la corrupción y la impunidad y al final con mejores policías, pero le insisto, igual nada de eso será efectivo mientras en el pueblo, cada familia, no vaya cuidando a los suyos, vigilando que no se salgan del redil o siendo drásticos para regresarlos al mismo.
En otras cosas… El gobierno de Francisco García Cabeza de Vaca se comprometió a que está semana las farmacias de hospitales y clínicas estarán en un 95 por ciento de abasto respecto a 600 medicamentos del cuadro básico.
Según las autoridades de salud para hoy se encuentra ya en un 85 por ciento y en los siguientes días se llegará al 95 por ciento de abastecimiento dando prioridad a mantener en existencia medicamento de mayor demanda para atender a pacientes diabéticos, hipertensos, cardiópatas y de diferentes infecciones para disminuir riesgos y complicaciones.
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