Conmemoracion de la independencia
Tamaulipas México.-Todo movimiento independentista surge como consecuencia de un proceso político social que se resuelve por las vía de las armas. Constituye una colección de hechos históricos, mitos, leyendas y una lista de héroes canonizados hasta volverlos religiosamente inmaculados.
Viene a cuento lo anterior por la conmemoración de la independencia de México, con los mismos alardes de grandeza en el discurso, con los mismos atavismos de empequeñecer al país en todos los sentidos a lo largo de estos de 203 años y con la misma mitificación de personajes históricos.
Cabe señalar que con la abdicación de Carlos IV, y Fernando VII al trono de la corona española, a favor de Napoleón Bonaparte, en 1808, se generó en la Nueva España un sentimiento de vacío de poder, al desaparecer la autoridad legítima del rey español.
Diremos por tanto que el llamado “Grito” de Dolores es el punto cronológico con que se inicia la guerra de Independencia de México. Miguel Hidalgo proclamó: “Se acabó la opresión. Viva la religión. ¡Muera el mal gobierno! ¡Viva Fernando VII ¡Viva la Virgen de Guadalupe!”.
Así pues, un grito que literalmente no aconteció según testigos presenciales como Pedro Sotelo, solo hubo una exclamación que consistió en una arenga dirigida desde la ventana de la casa de Hidalgo a los alfareros, sédenos y vecinos congregados a las 22.40 horas del 15 de septiembre de 1810.
En vista de ello, en la mañana del 16 de septiembre de ese año, organizada la insurgencia, Hidalgo marchó con su gente a Guanajuato.
En ese tenor Miguel Hidalgo nunca inicio en estricto sentido un movimiento independentista, por el contrario, era un movimiento de apoyo al gobierno español, que incitó a la población a que se levantara en contra de la ocupación francesa sobre España, demandando la restauración de Fernando VII en el trono Español.
He aquí, que cumplidos los 203 años de rememorar la Independencia de México, no obstante de haber alcanzado dicho status hasta la firma de los tratados de Córdoba el 27 de Septiembre de 1821, una fecha que para muchos mexicanos pasa desapercibida, por lo que en realidad se cumplirán192 años de vida independiente.
Tengamos presente que la celebración del grito de Independencia de México hoy se hará bajo una atmósfera de temor, zozobra, angustia y crispación política, no sólo por los estragos que causa la recesión económica y la crisis social que sufre la mayoría de la población, sino por la inseguridad y la violencia delincuencial.
Por otro lado en la actualidad la clase política en el poder y la oligarquía económica aprovecha la oportunidad para recordarnos que las revoluciones son ya «cosas del pasado», que lo peor de la historia ha quedado atrás y que el actual sistema político y social es «eterno» y el «mejor de los mundos».
De ahí que la postura de las clases medias, trabajadores y campesinas sea diametralmente opuesta a la visión estática, fraccionada y mistificada del statu quo. Los representantes de izquierda y derecha centristas, en los hechos tienen la misma visión oficial como partes integrante del sistema político.
Incuestionablemente no se ha reflexionado si con la Independencia alcanzamos la libertad o sólo cambiamos de amo. Los Estados Unidos, han impuesto condiciones económicas y de seguridad a México, por lo que en los hechos hemos transitado de la dominación española a la dependencia económica de los Estados Unidos.
De tal manera que México depende de sus acreedores, de su principal socio comercial y está sujeto también a los intereses de políticos y empresarios poderosos (Carlos Slim o Emilio Azcárraga (Televisa) y Salinas Pliego (Televisión Azteca.), quienes velan por los intereses de unos cuantos y desafortunadamente el sistema político mexicano lo permite y también se adapta a dichos intereses.
En suma México siempre ha sido un país de injusticia, hoy lo es más que nunca, en lo que en materia de distribución la riqueza se refiere vivimos en una de las sociedades más desiguales del mundo. El saldo en los últimos 30 años es de desigualdad social y económica, expresada en sesenta millones de pobres.
Por lo tanto celebrar la justa independentista en medio de penurias económicas y de inseguridad, ante un futuro tan oscuro para la mayoría de los mexicanos parecería un despropósito, razón por la cual el sistema recurre ensalzar a sus glorias pasadas, reiterando confiar en él, porque “marco el progreso”, pero que pasamos por un “pequeño bache “y pronto veremos «la luz al final del túnel».
El sistema educativo, nos ha enseñado que el movimiento de independencia fue una colección de hechos históricos, mitos y una lista de héroes canonizados e «inmaculados», todos ellos de «buenos sentimientos» y de no mejores intenciones; todos, desde Hidalgo hasta Cárdenas, quienes según los historiadores reverenciales siempre estuvieron del lado del pueblo.
En definitiva bajo los signos de la violencia, corrupción, de recesión económica, de crecimiento de la pobreza, del inmoral y exorbitante enriquecimiento de la oligarquía, del retroceso de la democracia, de la descomposición de las instituciones y la militarización del país, se conmemora hoy simbólicamente la Independencia cuando solo se han cambiado las cadenas.
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