Premio o castigo…
Marco A. Vázquez
Con rapidez, porque así fluyen las malas noticias, se difunden presuntas partes de la reforma educativa que tratan de llevar a los padres de familia a apoyar a los maestros en su lucha por no ser evaluados.
Así, circulan profusamente textos donde se afirma que los padres de familia se tendrán que hacer cargo de todos los gastos operativos de las escuelas, incluida luz, agua, y hasta construcción de aulas y demás, mienten, es precisamente el articulo sexto de la Ley General de Educación el que se ocupa de ello y garantiza que en ningún caso un niño quedará fuera de una escuela por no tener dinero, e incluso plantea sanciones a quien no cumpla con dichos lineamientos y condicione inscripciones, exámenes, o boletas de calificaciones a cambio de dinero.
Cierto, se habla por primera vez de autonomía de gestión, un termino que no quiere decir otra cosa que los padres, maestros y directivos de escuela se tendrán que poner de acuerdo para resolver las necesidades de cada plantel pero detalla mecanismos de defensa a los padres de escasos recursos, y también un freno a la voracidad actual de las asociaciones de padres de familia que confabuladas con los directores saquean a todo mundo sin que se note mayor beneficio en las instituciones educativas.
Todo esto se da en el marco de protestas más drásticas de maestros, y presuntos maestros, de Tamaulipas en contra de la reforma educativa, de las leyes que los obligarán a estar frente a grupo, que les quitarán el placer de cobrar de dos a tres sueldos sin devengar ni uno de ellos, o simplemente, de estar de aviadores.
Aquí, en Tamaulipas, ayer grupos de profesores tomaron puentes internacionales en Matamoros, la caseta del puente Tampico, marcharon y causaron un caos vial en Victoria, siempre abusando de su supuesta libertad para manifestarse.
La Constitución, cierto es, habla al respecto, los protege hasta antes de que dañen a terceros, los derechos de otros, y créalo, que en todos los casos los maestros llegan al abuso, dañan los derechos de los alumnos a recibir educación, dañan los derechos de empresarios y obreros a tener un trabajo digno, trasgreden nuestro derecho al libre transito, nomás para citar ejemplos.
Más aún, cerrar un puente internacional representa perdidas millonarias en dólares, una sola hora puede representar el atraso de herramientas, material de apoyo a maquiladoras, también que trabajadores se queden sin ganar el salario de un día, y sobre todo, causan una mala imagen para el país y alejan las inversiones que generan empleos porque nadie invierte en un país donde no se puede trabajar de manera adecuada.
El daño más grande, sin embargo, se lo hacen a los alumnos que se siguen atrasando y no pueden competir con sus pares de Estados Unidos porque allá la educación que se da es de mejor nivel, por lo tanto, cuando crezcan nadie los empleará por no tener calidad en lo que aprendieron en la escuela.
Todo esto viene a colación porque el fantasma de Oaxaca se asoma en Tamaulipas, en aquella Entidad del sur los maestros tienen protestando desde el 19 de agosto en contra de la reforma educativa, casi un mes y todavía no se dignan dar clases, regresar a las aulas, nada nuevo, en ese mismo tenor han estado los últimos 10 o 15 años porque se los han permitido, según las propias autoridades de esa Entidad ninguno de los ciclos escolares anteriores se ha cumplido a cabalidad.
Es menester, desde luego, que se defiendan los derechos de los maestros, como padre de familia nos interesa que ganen bien, que tengan un lugar privilegiado en las nominas, pero que eso se refleje en la calidad de ellos y luego en la calidad de nuestros hijos.
Ahora, es preciso aclarar, el movimiento magisterial que se lleva a cabo en Tamaulipas no tiene nada de auténtico, simplemente están en la calle los que ven en riesgo su forma de vivir, que son zánganos del gis, que nunca han estado frente a un grupo o hace mucho que no lo hacen, eso en su gran mayoría.
Ilusos, los del movimiento de hoy dicen que resurgirá la primavera magisterial, allá cuando en la época de Manuel Cavazos Lerma protestaban todos juntos exigiendo mejores salarios, la realidad de hoy es muy diferente a aquellos años, estamos casi es el otoño y en el 2013, no se pelean mejoras salariales sino que no les evalúen, no tienen el apoyo de la sociedad porque si a derechos vamos los que tienen los niños son más importantes.
Más aún, al paso de los años se comprobó que aquella primavera magisterial no era más que la lucha por privilegios de los liderazgos, todos, absolutamente todos los lideres de aquel movimiento hoy están comisionados en el SNTE y ganando muy bien sin trabajar, incluso Rafael Méndez Salas es parte del mismo, nomás para que se de cuenta del trato que se da a los maestros.
Vienen días difíciles para la región, hace falta tratarlos con pinzas y desactivar cualquier problema en base a razones, el futuro de nuestros hijos está en juego, y eso no es cualquier cosa, así que ya es tiempo de hablar de premios para los buenos maestros… pero también de castigos para los que están chiflados.
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