Tiempo de opinar
Raúl Hernández Moreno
Octubre 22
Luego de los desastrosos resultados que la oposición obtuvo en Tamaulipas, en las elecciones del pasado 7 de junio, una alianza para enfrentar al PRI sonaba como lo más lógico, no para garantizar una victoria, tan solo para mejorar la competencia.
El PAN no solo lo perdió todo en la última elección, además quedó a una distancia de 210 mil votos con respecto al PRI.
Y si a esa casi inalcanzable cifra de 210 mil votos se le suman los que le van a dar el Panal y el Verde, aliados en la elección del próximo año, hablaríamos de que juntos obtuvieron 580 mil 298 en la más reciente elección frente a los 272 mil 560 del PAN . Hay una diferencia de 300 mil votos, entre el PRI y sus aliados, con respecto a los del PAN
Frente a esos 580 mil votos del PRI y sus aliados, lo más natural sería armar una alianza, no para ganar, insistimos, sino para poder competir con decoro.
Pero la oposición le apostó más a una alianza mediática que a una real. Hasta ahora no ha habido pláticas formales para ir en alianza y conforme pasan los meses, las dirigencias del PES, Morena, MC y PAN se han ido desmarcando y han dicho que irán solos. Mejor solos que mal acompañados. Han dejado solo al PRD, que con sus 29 mil votos, pretende encabezar la coalición y pretende imponer condiciones. Esos 29 mil votos no le alcanzan para ganar la presidencia municipal de Nuevo Laredo. Al final el PRD terminará formando figuras de papel, para imponerles reglas y recetarles discursos.
Los números fríos nos dicen que hipotéticamente no hay forma de que el PRI pierda las elecciones del 2016.
Es cierto que en estos momentos ninguno de los nombres que suenan como aspirantes del PRI a la gubernatura tienen el carisma de los dos últimos candidatos a la gubernatura, en el 2004 y 2010, Eugenio Hernández y Rodolfo Torre. Eugenio y Rodolfo fueron candidatos muy queridos y se ganaron la confianza del electorado.
Hoy ninguno de los aspirantes que suenan, puede ser comparado ni con Eugenio ni con Rodolfo, pero tampoco traen una carga negativa que los acerque a la derrota.
El PRI esta fuerte y organizado, lo demostró al ganar los ocho distritos, pese a tener en contra la mala imagen del Presidente Enrique Peña Nieto. Y es que el PAN, el PRD y el resto de los partidos, le apostaron a la mala imagen de Peña Nieto, convencidos de que eso era suficiente para darles del triunfo, y descuidaron el trabajo en el territorio.
La oposición se olvido, de que ellos, todos los partidos, sobre todo el PAN y el PRD, se sumaron a la aprobación de las reformas estructurales que hoy tienen al país donde lo tienen. Ellos son corresponsables de los aciertos y desaciertos del gobierno de Peña Nieto.
Las elecciones se ganan en el territorio. El PRI se dedica a trabajar el territorio la mayor parte del año. Ese trabajo fue el que le permitió obtener 483 mil votos en la más reciente elección, que permitió quitarle todo al PAN.
