La amenaza
Maremágnum
Mario Vargas Suárez
Para la capital del estado, una institución que guarda todos los respetos por la antigüedad, prestigio histórico y la formación de profesionistas, es sin duda la Benemérita Escuela Normal Federalizada de Tamaulipas.
Este año la BENFT cumple 126 años de haber sido fundada, por el morelense Don Luis Puebla y Cuadra.
Hablar de la historia de la educación y no mencionar a la Benemérita –como se le conoce en el gremio- es negar una parte sustancial no solo de Cd. Victoria, sino de la producción de profesionales de la educación y en otro tiempo, de bachilleres.
Para los ‘viejos’ de Victoria hablar de la Normal Federalizada es recordar su viejo edificio en lo que hoy es la Casa del Arte, -7 y 8 Matamoros y Guerrero- en cuyas aulas se oyeron la cátedra de ilustres maestros.
La vieja Escuela Secundaria, Normal y Preparatoria del Estado de Tamaulipas, a partir de la década de los años sesenta, trasladó sus instalaciones a La Loma del Santuario, donde se localizó la pista aérea de la capital.
Hombres y mujeres de Tamaulipas y de otras entidades del país han venido a esta institución para seguir honrando su prestigio en la formación de profesionales de la educación para el estado y para el resto del país.
Hombres y mujeres ilustres han ocupado los cargos de dirección, como Zélideth Saeb Salinas, Sergio Venegas Ralda, Antonio Maldonado Guzmán, José Santos Valdés Salazar, Rodolfo Martínez, Daniel Martínez.
No se puede omitir a Gannet Saleh Gattas –ex titular de la Secretaría de Educación de Tamaulipas-, a Roberto Gildardo Méndez Cepeda o la gestión del ilustre Maestro Miguel López Anaya.
Esta vez veo amenazada a la BENFT cuando la prensa local denuncia con mucha energía el supuesto abuso en el cobro de una cuota que deberán pagar 139 alumnos que componen la generación 2011-2015.
Argumentan los normalistas que se sienten amenazados por varios profesores del plantel y por la encargada de la dirección, Gilda Concepción Garza Contreras, que de no liquidar 2 mil 500 pesos, no recibirán la documentación oficial, como el certificado, el título y la cédula profesional.
La verdad mediática dice que los estudiantes han buscado la conciliación, la prórroga de los tiempos, pero al encontrarse la negativa, los alumnos ahora exigen transparencia en los dineros que maneja la institución.
Llama la atención que el comunicado de prensa elaborado por los jóvenes normalistas, tuviera eco en la mayoría de los periódicos impresos de la capital del estado, así como de varios portales periodísticos del estado y de la región.
¿Qué es lo que está sucediendo al interior de la Benemérita Escuela Normal Federalizada de Tamaulipas?
¿Existe la posibilidad de que un grupo de profesores del plantel –como es característico en estos casos- esté manipulando a los estudiantes para provocar problemas en la institución?
¿Hay trasparencia en el manejo de recursos financieros en la Benemérita Escuela?
Para muchos miembros de la sociedad victorense escuchar que la Normal Federalizada está envuelta en un escándalo mediático por asuntos de dinero, invita a la tristeza, al desprestigio de una institución que fue pilar no solo en el aspecto educativo, sino en el mundo cultural, musical y deportivo.
La Benemérita no merece ser amenazada de ninguna forma y las autoridades del plantel tienen la obligación ineludible de aclarar y, en su caso, resolver cualquier situación de duda, porque la política educativa actual exige predicar con el ejemplo.
Los estudiantes deben saber que las ceremonias de graduación no están reglamentadas en ninguna institución, aunque por tradición forman parte del protocolo de fin de año.
La escuela tiene la obligación de entregar la documentación oficial dentro de la misma institución y no está obligada a realizar ceremonia especial por este hecho.
Tampoco la Secretaría de Educación autoriza el pago de una misa de acción de gracias o los gastos que se generen por el “baile de graduación”. Ésos son tópicos solo de los estudiantes y ellos quienes los organicen.
Comentarios: mario.vargas@starmedia.com