Tamaulipas México – Cuando el derecho de los consumidores es violentado por los intereses comerciales de los laboratorios, las farmacéuticas y medios de comunicación, viene a la mente la impunidad, la incompetencia de las autoridades la ignorancia y superstición, la insuficiencia de los servicios de salud y la irresponsabilidad y complicidad de las empresas televisoras.
Viene a cuento lo anterior por la excesiva publicidad de los productos milagro por Televisión, que la Secretaría de Salud a través de la Cofepris o la Procuraduría Federal del Consumidor no han podido frenar su producción y la publicidad engañosa al ser ofertados como medicinas.
Cabe indicar que el fenómeno de los infomerciales de la salud para defraudar a los consumidores ha desbordado y rebasado la ley General de Salud, no obstante que las autoridades tienen facultades para sancionar a quien comercialice productos con publicidad engañosa, remedios herbolarios, suplementos alimenticios o productos cosméticos atribuyéndoles cualidades terapéuticas, sin contar con el registro sanitario correspondiente.
Sobra decir que productos milagrosos sin el más elemental protocolo científico afirman curar todo tipo de enfermedades, incluido el cáncer, el VIH-Sida la diabetes etc., no obstante que la Ley de Protección del Consumidor y la Ley General de salud establecen su prohibición, las eluden eficientemente con los ”vacios” legales y presunta corrupción .
De igual manera la publicidad engañosa de los productos “mágicos” anunciados en Televisa, TV Azteca y los más de 50 canales de la televisión restringida acaparan toda la barra nocturna con estos anuncios, sin importarles la salud de sus propias audiencias.
No obstante las medidas regulatorias, ese tipo de engaños no se ha erradicado, sangran la economía familiar, cuya esperanza está centrada en un espejismo en un atajo fácil, que consientes o no lo conducen a problemas complejos, que ponen en riesgo su salud y se medra con la esperanza de la gente.
Conviene señalar que algunos productos mágicos son inofensivos de efecto placebo, pero la mayoría contienen sustancias con efectos secundarios peligrosos para la salud, sin responsabilidad para quienes los producen y ofertan irresponsablemente, haciéndolos pasar como la panacea de todos los males.
Tengamos presente que el fenómeno más grave es la falsa promoción de la idea de la salud, a partir del consumo intensivo de pastillas para bajar de peso, cremas con “regeneración capilar” para evitar la caída del cabello, ungüentos y otros productos biomecánicas, que, en realidad, enferman más de ansiedad.
De ahí que en la gran cascada de “productos milagrosos” destacan el Metabol Tonic, Cicatricure, los tenis Fitnesstep que ayudan a bajar de peso con sólo caminar diez minutos al día, los de la marca Goicoechea, que en su mayoría son cremas cosméticas a las que se les atribuyen propiedades exclusivas de los medicamentos o ingredientes con propiedades cuasi milagrosas como el Gingko Biloba.
En ese tenor se hace necesario revertir la cultura de pensamiento mágico arraigado en la mayor parte de los mexicanos, para no caer en el consumo de este tipo de productos, haciendo valer aquella máxima “lo que sirve para todo, no sirve para nada”.
En definitiva los «productos milagro» además de crear una «idea mágica» acarrean graves problemas de salud, por lo que la PROFECO y la Secretaría de Salud deben frenar la producción y la publicidad engañosa al ser ofertados como medicinas, mediante campañas alertando a la gente a no consumir estos productos y evitar la automedicación, promoviendo los estilos de vida y una fuerte regulación sanitaria que evite mas engaños y enfermedades.