Narcos…
CENA DE NEGROS
Marco A. Vázquez
Los tamaulipecos de esta era hemos visto tanto que cualquier cosa que nos digan de las autoridades la damos por cierta, así, en el caos donde no hay error, los panistas lanzaron una y mil acusaciones contra los ex gobernadores Manuel Cavazos Lerma, Tomás Yarrington Ruvalcaba, y Eugenio Hernández Flores, los hicieron narcotraficantes, lavadores de dinero, violadores, con amantes aquí y allá, y con la PGR como instrumento iniciaron averiguaciones previas en contra de ellos y las filtraron a medios de comunicación con el único objetivo de ganar votos.
De pronto se les olvidó Manuel Cavazos, ya como candidato era seguro que iba a ser Senador de la República, pasará lo que pasará, y ya nadie recordó lo que tanto cacarearon, a los azules se les “olvidó” que “en su época floreció la delincuencia, que supuestamente tenía hijos regados por todas partes”, vaya, hasta su afición por las pirámides, los sombreros, y los cintos pitiados eran un tema tabú para los panistas.
A Tomás Yarrington le aseguraron infinidad de bienes y cuentas, le liberaron órdenes de presentación, se afirma que hubo órdenes de aprensión en su contra, pero parece que solo jugaban a que era el delincuente más buscado del mundo porque en realidad no lo tocaron ni con el pétalo de una rosa, que se sepa, ni siquiera le arrebataron un peso de la fortuna que se dice posee el ex mandatario.
Como gobernador Eugenio Hernández Flores era una presa mayor para el PAN, Tamaulipas era presa de una ola de violencia como nunca se había visto, los secuestros y los asaltos en carretera eran asuntos de todos los días, la policía prácticamente no existía ya que la gran mayoría salía huyendo ante el embate de la delincuencia, y otros dicen que por tener nexos con los malos y temían ser ejecutados por ello, en ese sentido, se ordenó una investigación exhaustiva en contra de Geño, los resultados ya los conocemos, nada le encontraron en su gobierno o no quisieron encontrarlo.
Ya fuera de la administración Eugenio Hernández Flores fue tomado como rehén político por Felipe Calderón y su procuradora Marisela Morales, le aseguraron cuentas bancarias, algunas pertenencias, e incluso lo persiguieron y obligaron a replegarse durante dos años, no pudieron comprobar nada de sus dichos tan fue así que con la elección a favor del PRI se lavaron las manos y cesó la persecución de la que fue objeto el ex gobernador tamaulipeco.
Todo esto viene a colación porque un detenido por el gobierno de Estados Unidos señaló ante la DEA, la agencia antidrogas gringa, a Hernández Flores de lavar dinero y recibir sobornos de la delincuencia, la nota, como suelen hacerlo los gringos cuando quieren dinero, de inmediato se filtró a los medios de comunicación aunque esta vez la respuesta no tardo nada en llegar.
“Estoy limpio, en el gobierno anterior (de Felipe Calderón) me persiguieron, me hicieron auditorias de todo tipo, me abrieron investigaciones exhaustivas, y quedó claro que soy inocente”, dice en un comunicado el ex gobernador.
¿Es Eugenio Hernández culpable de lo que se le acusa?, quien lo sabe, lo único real es que esta vez no se oculta, que ha dado la cara para responder a las versiones, que dijo que las mismas no tienen fundamento, e igual de real es que han pasado cuatro años que no tiene las autoridades de Tamaulipas en sus manos, ni en México, (dos años de ellos con una intensa persecución en su contra) y nada le han comprobado.
Ahora, lo más sano es que las autoridades gringas y mexicas nos digan con mucha precisión quien es Eugenio Hernández Flores, que sean ellos los que deslinden o acusen formalmente a el ex gobernador y comprueben su culpabilidad o inocencia es decir, que no se basen en dichos, en el qué dirán, sino con pruebas reales que tomen acciones pertinentes.
La certeza es que en algunos gobiernos municipales, estatales y federales del pasado hubo delincuentes, narcos, pero no se trata de señalar con dichos sino comprobarles sus fechorías y meterlos a la cárcel, o en el mejor de los casos, deslindarlos y dejar que hagan su vida como mejor les parezca.
En otras cosas… Hace unos meses se antojaba difícil que el gobernador Egidio Torre Cantú realizará una gira de trabajo por la llamada Frontera Chica o la Ribereña, ayer lo hizo y, según versiones de quienes tienen la oportunidad de hacer estos recorridos, se sentía y se veía feliz, muy tranquilo, tanto que se dio tiempo para escuchar a quien quiso plantearle asuntos.
Recorrió Camargo y Díaz Ordaz, lo hizo para inaugurar obras, para poner en marcha otras, pero más que otra cosa, para escuchar de viva voz lo que dice la gente, lo que piensa, lo que quiere, y lo que aspira.
Mañana los recorridos serán en Altamira y Madero, otros dos municipios que la pasaron muy mal en los últimos meses, el mensaje no puede ser más directo, las cosas van bien y van a estar mejor en materia de seguridad pública, es decir, los tamaulipecos tenemos la esperanza de que pronto vamos a recuperar la paz y la tranquilidad que todos merecemos.
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