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Periodista Brenda Ramos bajo amenaza de muerte por ejercer su derecho de expresión

Por: Vicente Hernández

“Los medios no están para aplaudir al gobierno socialista o al Partido Popular, están para decir su verdad.” «Luis del Olmo»

Mientras que en el Senado de la Republica se preparan para otorgarle la medalla “Belisario Domínguez” a la propietaria del periódico “El Mañana” Ninfa Deandar Martínez, por su lucha frente a las injusticias de los gobiernos autoritarios (panistas y priistas) en la ciudad fronteriza de Reynosa, la también periodista Brenda Ramos directora de las Revistas Digitales Sentido Común y Tribuna Abierta, recibe amenazas de muerte por ejercer su derecho constitucional de libre expresión, tras señalar el desgobierno del alcalde Carlos Peña Ortiz, y denunciar la injerencia de la ex alcaldesa de este municipio, y madre de Carlos Peña Maky Ortiz, al Senador José Ramón Gómez Leal, las diputadas federales Claudia Hernández y Casandra de los Santos Flores, integrantes de un grupo político que tiene sus bases en la ciudad de Reynosa.

Ya en pasados artículos periodísticos me he referido sobre la falta de garantías para ejercer un periodismo de investigación, de critica hacia los gobiernos, sean del color que sean, porque la posición del periodista independiente, es la de estar de frente a los gobernantes y no a su lado, porque entonces deja de ser independiente, y se vuelve oficialista, boletinero y chayotero, pero tampoco agresivo sin causa, pero si negociador de la publicidad oficial, para publicar las acciones del gobernante en turno sin menoscabo de la libertad de expresión, de la crítica constructiva, y del señalamiento documentado, pero en estos tiempos practicar el periodismo critico es altamente riesgoso.

Los citados medios de comunicación que dirige la compañera Brenda Ramos, manejan un periodismo plural que refleja los claros y oscuros de la política nacional, estatal y municipal, así como el desempeño legislativo de los diputados y senadores, para hacerles ver que son seres humanos perfectibles, y que vale más una crítica que un aplauso, que para eso están las focas.

No quisiera referirme en este artículo, a las cifras negras de asesinatos de periodistas, porque más tarda en salir publicado este texto, cuando ya aumentaron los atentados, intimidaciones y crímenes en contra de periodistas, a quienes casi obligan a dejar su oficio, que algunos venían practicando por muchos años, así como algunos obligados a cerrar sus sitios en las redes sociales, y parar imprentas y cerrar locales de quienes todavía circulan periódicos o revistas impresas, y de seguir así, todos los mexicanos terminaremos leyendo los logros del gobierno, y las cualidades de los altos funcionarios, gobernadores y presidentes municipales, y su magnifico desempeño al frente de sus respectivos gobiernos y cargos, en el periódico oficialista “Regeneración” dirigido por “Lord Molécula”.

Pero hoy día, no solo los periodistas que escriben nota roja trabajan con un circulo de tiro al blanco pintado en su frente y en su espalda, este riesgo lo tienen igualmente los reporteros de investigación y columnistas de análisis político, debido a que el asesinato tanto de periodistas, sacerdotes, alcaldes y diputados, desgraciadamente ya se volvió algo tan cotidiano, que la gente ya lo ve con cierta naturalidad, ejemplo de lo anterior se dio hace tan solo dos o tres días, cuando fue cobardemente asesinado el diputado federal del PVEM por el distrito XVIII de Zongolica Veracruz Benito Aguas Atlahua, no obstante que durante su campaña a la diputación federal, solicitó protección y seguridad personal ante el Instituto Nacional Electoral, puesto que consideró que existían situaciones de seguridad complicadas en la zona, debido a que ya existían antecedentes de robos y atentados contra personajes políticos de la región, incluido su contrincante por Movimiento Ciudadano.

Ante este panorama de indefensión, no solo de los políticos y periodistas, si no de la ciudadanía en general, cabe reflexionar que si aun con carros blindados y guardaespaldas, los sicarios matan a los políticos, que se puede esperar de uno de periodista de a pie, que no cuenta con estos privilegios, y que nuestras únicas armas de defensa son solo las cámaras, libretas, plumas y los medios de información a los que representamos, y esto hace que nos volvamos más vulnerables, y que nuestro trabajo se haya convertido en una suerte de caminar sobre el filo de la navaja.

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