Implacable influencia de las redes sociales
Eduardo Arias
Es un hecho que en este momento y desde hace varios meses quienes participan dentro de las redes sociales han jugado un papel preponderante en el tema de opinión pública.
Más allá del anonimato que la gran mayoría de quienes aportan información minuto a minuto, en Twitter y en Facebook principalmente, la influencia de sus comentarios marcan una tendencia que ya nadie puede detener.
Con las redes sociales en plena explosión, en varias esferas, incluida la gubernamental, queda un enorme vacío por su nula o escasa aportación a lo que realmente interesa, con información a veces estéril, sin fondo, de escaso beneficio, por ello los reproches permanentes, ácidos con mucha constancia.
Los hechos de inseguridad que vienen desde años atrás y no sólo en el tiempo presente han sido un eje que han empujado el crecimiento de quienes desde su perspectiva ciudadana han asumido el papel de colaboradores ordinarios para advertir de riesgos que puedan eventualmente eludirse, esa es la intención.
Hay que admitir que hoy se suman muchos más usuarios de redes sociales pues antes hasta ahí existía un temor debidamente fundado a cualquier tipo de represalia.
Años atrás eran contados los que, desde una literal máscara de camuflaje, acercaban comentarios que hoy se han generalizado, tal vez por el hartazgo a la inacción de quienes por deber constitucional deben ofrecer garantías de seguridad.
Lo que también nos queda claro, es que en los medios de comunicación formales deben dejar de utilizarse palabras que son interpretadas como un insulto a la inteligencia de la comunidad virtual y no.
Expresiones como paranoia, ansiedad, psicosis y algunas otras similares deberán ser adaptadas a redacciones que no sean precisamente las relacionadas a la inseguridad.
La realidad de los hechos demuestran que el gobierno de cualquier nivel, se ha quedado corto en su intento por lograr una estabilidad social y económica de la región, y no sólo en eso sino también en su obligación de participar en forma dinámica dentro de esas redes que son el instrumento más inmediato para conocer lo que está sucediendo.
El argumento ese que utilizan los gobernantes, que hasta en tanto no haya confirmación de hechos violentos no pueden dar a conocer nada que se considere para ellos un rumor, se desgasta todos los días, por ello los insultos no se detendrán.
Sus comentarios los recibo con gusto en mi dirección electrónica eduardo.arias@milenio.com y en Twitter @EduardoAriasTVHasta la próxima.