Congela Irving Mojica denuncias contra Cabeza de VacaPor: Mauricio Fernández Díaz
Ciudad Victoria.- Le bastaría a los tamaulipecos con ver las simulaciones que dejó Francisco García Cabeza de Vaca para nunca más votar por el PAN, o al menos rechazar a ese partido mientras él lo represente. Le queda mejor el apodo de “mil máscaras” que al famoso luchador, ya que ahora viste la máscara de perseguido político para ocultar su personalidad. Su verdadero rostro es aquel de 1986, cuando lo detuvo la policía de Texas, y es el mismo de las 24 denuncias por delitos cometidos en su gobierno, pero duermen en el olvido en manos de Irving Barrios Mojica.
El Fiscal General de Justicia de Tamaulipas cumple con creces el verdadero propósito de su designación, tal como lo ven desde Morena: evitar cualquier orden de aprehensión contra Cabeza de Vaca, o sacar algunas a modo para que el juez las deseche como basura.
Por eso nadie puede creer en los golpes de pecho del exgobernador, escondido hoy en alguna mansión de Texas. Cambió las leyes estatales para acomodar a sus incondicionales antes de dejar el gobierno. Eso no lo haría un funcionario honesto, sino uno que defiende la impunidad.
Y de todos sus incondicionales, el más importante es el fiscal Irving Barrios Mojica, a cuyos escritorios llegan las denuncias en contra del reynosense. Y no han sido pocas las que se acumulan desde el inicio de la administración de Américo Villarreal. Y todas, por la misma causa: gastos sin comprobar (o mejor dicho, desvío de recursos); incluso, se levantaron actas por robo.
Todavía el pasado 13 de febrero, cinco meses después del retiro de García Cabeza de Vaca como gobernador, se presentaron tres denuncias nuevas en su contra, como lo confirmó el propio Barrios Mojica. Dijo que a la Fiscalía habían entrado 21 querellas, pero con las de este año, la cifra ha ascendido a 24.
¿Y qué son? 24 carpetas, señores, y solo eso. El Fiscal elegido por los panistas dijo que el siguiente paso es “investigar” los hechos reportados. Para él no son nada (entiéndase delitos comprobados); antes de juzgar culpables, hay que demostrar.
Lamentablemente, ese trabajo de demostración ha pasado ahora a Raúl Ramírez Castañeda, Fiscal Anticorrupción, otro funcionario electo por panistas durante el gobierno de Cabeza de Vaca. De hecho, las 24 denuncias presentadas contra sus ex promotores las atenderá él, no Irving Barrios. Pero las jerarquías se imponen, más en México, donde siempre ha pervivido un sesgo autoritario en todos los niveles de la vida.
Este es el saldo del trabajo realizado por Raúl Ramírez Castañeda como subordinado de Irving Barrios: cero solicitudes de órdenes de aprehensión. Un resultado funesto para un gobierno transformador.
Es mucha la mugre que los fiscales panistas intentan esconder bajo la alfombra. En diciembre del año pasado, el gobernador Américo Villarreal informó de la presentación de 18 denuncias penales contra mandos del gobierno de Cabeza de Vaca, como resultado de las revisiones efectuadas en el proceso de entrega-recepción.
En total, el daño al patrimonio tamaulipeco asciende a 500 millones de pesos. Por eso es importante la labor de la Fiscalía General de Justicia del Estado, en manos Irving Barrios.
En aquella conferencia de prensa, el doctor Villarreal Anaya citó la ausencia de comprobación y destino de 480 mil despensas, con un valor de 124 millones de pesos, supuestamente entregadas por la Secretaría de Bienestar Social a familias pobres.
Sin embargo, meses antes habían detectado un pozo sin fondo de 235 millones de pesos en esta secretaría, por medio del programa Generación del Cambio y Bienestar Social, uno de los infames espejismos utilizados en el gobierno anterior para simular políticas sociales y desviar recursos.
Las huestes de García Cabeza de Vaca actuaron como perfectos rateros antes de irse, como se deduce del informe presentado por el doctor Villarreal Anaya, ya que en la Secretaría de Salud se robaron 242 tabletas, 94 laptops, equipos de escanners y diversos aparatos de oficina.
En la torre de denuncias se encuentran señalados secretarios, directores y jefes de departamento, es decir, mandos medios y altos con poder de decisión sobre los activos financieros y materiales del gobierno estatal.
En la lista negra están titulares o directores de la Secretaría de Bienestar Social, Administración, Obras Públicas, Trabajo, Desarrollo Rural, Salud, de la Comisión Estatal del Agua, DIF Tamaulipas y la Secretaría General de Gobierno.
Incluso aparecen funcionarios de la Secretaría de Turismo, que ahora se han acercado al Centro de Exposiciones de Tampico, con la finalidad de “asesorarlo” y traerle clientes. En su cinismo, han enviado incluso emisarios con Mónica Villarreal, regidora del puerto y hermana del gobernador, con la intención de “ponerse a sus órdenes”.
Cinco meses, 24 denuncias y ninguna orden de aprehensión. Nos preguntamos si este sería el récord en caso de contar con un fiscal diferente a Irving Barrios Mojica.
Con todo respeto, podemos concluir así: es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que la Fiscalía del Estado pida la captura de Cabeza de Vaca.