Cuando Francisco N iniciaba el periodo, -tal vez sexenal-, en el que sería gobernador de Tamaulipas, recibió múltiples expresiones de rechazo de los dirigentes de los organismos de la iniciativa privada de Ciudad Victoria, que por existir en la capital del Estado y por tradición, se consideran y se asumen como representantes de todo el Estado de Tamaulipas.
En ocasión de anunciar el incremento de la tasa, del dos al tres por ciento, del impuesto sobre la nómina, convocó a los dirigentes empresariales victorenses para informarles de la medida. El gobernador se enteró que le harían el vacío los hombres de la IP, y para resolver este imprevisto, decidió invitar, de ultimo momento, a los homólogos de la frontera. El avión del gobierno, no sabemos si con redilas o sin ellas, sirvió para trasladar a los ipecos de Reynosa, al sitio donde el mandatario tamaulipeco informó del incremento a ese impuesto, que en su totalidad estaba comprometido en el pago de un crédito contraído por gobiernos anteriores.
Me acorde de esta historia al reflexionar sobre el trato rudo, agresivo, negativo y atípico, que le dan algunos periodistas que cubren la fuente del Congreso del Estado, a los diputados de la fracción de morena en el Congreso local.
Me consta que al Congreso del Estado asisten varios periodistas que se creen dueños de la fuente. Varios individuos que han querido intimidar a los que acudimos a atestiguar el desarrollo de las sesiones y a entrevistar a los diputados, sin ser parte de esa cofradía de periodistas que regularmente cubren la fuente, que para ellos es Su fuente.
Hago mención de la forma como Francisco N evitó el chantaje, el vacío o el desprecio de los representantes del comercio, la industria y de los prestadores de servicio, así como de los líderes de las organizaciones sociales de Ciudad Victoria, – solo de Ciudad Victoria, que no hago menos, pero que tampoco son ni los considero más -, para mostrar una alternativa a los integrantes de la fracción de morena en el Congreso local.
Si no reciben el trato respetuoso y profesional que merecen, por convicción o por interés de los interlocutores, para el caso es lo mismo, seguro estoy que en los otros 42 municipios del Estado hay interés por conocer sus iniciativas y propuestas.
Mas no sólo por ser mal tratados en Ciudad Victoria es que sugiero que realicen ese mismo ejercicio de comunicar sus actividades y sus planes a los periodistas de otros municipios. Opino que los diputados deben informar a la sociedad sobre sus acciones, en primera instancia a los electores de cada distrito.
La dinámica que tanto éxito le ha dado al presidente Lopez Obrador, de encarar cada día a los periodistas para comunicar planes, proyectos, programas, avances, etc., no es fácil de replicar en otro contexto y con otros actores e interlocutores.
El boletín de prensa que comunica lo que se desea comunicar, en los términos que se desea comunicar, es una buena alternativa para no lidiar con periodistas que tienen su propia agenda (como todos) y que no quieren ser convencidos ni tienen interés en informar objetivamente.
Desde luego que no estoy generalizando, pero sé que a varios les cae este saco. Agrego por último que nadie me solicitó el consejo.
