Política

¿Votar por el pasado?

TAMAULIPAS.- El escribidor supone que en esta ocasión los electores no votarán por las personas sino por los partidos.

Será una especie de juicio ciudadano sobre lo que las organizaciones han significado en la historia de la república, y ni modo que PAN, PRI o PRD salgan bien librados de la opinión mayoritaria.

De ahí la confianza de que MORENA se imponga tanto en el congreso federal como en las entidades por disputarse.

Ya sabéis que en los últimos tiempos la vergonzosa alianza ha sido exhibida como lo que es: una mezquina combinación de intereses con la intención de recuperar la impunidad y privilegios producto de la corrupción institucionalizada.

Algo difícil de lograr después de la demostración fiel y exacta de que fueron factores de la desgracia maquinada durante los 36 años del neoliberalismo que azotó al país.

De manera que PRI, PAN y PRD son principales responsables de la pobreza de las dos terceras partes de los mexicas, pero además del saqueo de las finanzas públicas, los negocios a la sombra del poder y por supuesto de la entrega de los bienes y recursos naturales al capital interno y externo, lo cual es suficiente para señalarlos como traidores a la patria, sea que no tienen escapatoria a la condena popular.

Por ello, os digo que no aplican para recibir de nuevo la confianza el próximo seis de junio, salvo en aquellos casos de autoflagelación o masoquismo, que no faltarán como excepción de inconciencia domesticada.

En el PRI y el PAN, ¿cómo sacudirse la maligna herencia de Salinas, Zedillo, Fox, Calderón o Enrique Peña Nieto?.

Imposible porque la llevan pegada a la piel y no están dispuestos a cambiar porque la inmoralidad es inherente a su concepción de que las instituciones son para uso y provecho de personas y grupos con capacidad de mando.

¿Acaso no han sido suficientes los ejemplos, que cual conejos en huida, brotaron durante los últimos dos años?.

De manera que no existe duda respecto de quiénes son los culpables de la crisis que enfrentamos todos, porque todos somos víctimas de la ambición de unos pocos y la marginación de los muchos que ahora en el régimen de AMLO procuran recobrar la dignidad, y sobre todo la justicia social negada por los ladrones del pasado reciente.

En cuanto al PRD, no extraña ya que desde hace tiempo “los chuchos” Ortega y Zambrano, se quitaron la máscara entregándose en brazos de los conservadores, pasando de ser “enemigos históricos”, a cómplices del saqueo bárbaro disfrazado en “reformas estructurales” promovidas por EPN y aprobadas por legislaturas, en obediencia al engañoso e hipócrita “Pacto por México” que además de fiasco resultó instrumento para justificar el robo descarado y sin medida.

En estas condiciones, imposible, insisto, que los partidos que traicionaron a la república reciban voto mayoritario.

A esto agreguemos que son los mismos que en el congreso de la Unión actual, han votado contra las iniciativas que procuran mejoramiento de las clases maginadas, es decir, contra becas estudiantiles, apoyos a discapacitados y adultos mayores, obras de beneficio común, medicina amplia y sin distinción social, etc.

Y desde luego son los que impugnan la inversión que tiene como objetivo rescatar PEMEX y CFE como impulsores que fueron del desarrollo industrial y solidario. ¿Merecen PRI, PAN y PRD el voto popular?. ¡Claro que nó!.

Sus dirigentes Alejandro Moreno Cárdenas, Marko Cortés y Jesús Zambrano pretenden jugar con la conciencia colectiva ignorando el valor de la memoria social, cuando los verdugos son los que ahora van camino al patíbulo perseguidos por la justicia de la Cuarta Transformación.

Y si bien es cierto que los juicios caminan despacio, como el relativo a Emilio Lozoya con más de nueve meses extraditado sin resultados concretos, estamos convencidos de que tarde o temprano rendirán cuentas como corresponde en un régimen igualitario y democrático como el encabezado por AMLO.

Son el PRI, PAN y PRD los que aplauden y animan la actitud persecutoria contra MORENA y la falsa valentía del INE cuyo presidente-consejero, Lorenzo Córdova encontró la mejor forma de cobrarse lo que él considera un agravio, sea cumplir con la ley que obliga a disminuir su sueldo de casi medio millón de pesos mensual a menos de los 118 mil pesos que cobra el Presidente de México.

Ese Lorenzo de racismo comprobado en aquel audio de circulación profusa con alto grado de deprecio hacia el líder de un pueblo originario.

Quedamos en que votar por los partidos corruptos sería como auto flagelarse, y creo que la mayoría no estaría dispuesta, y si no, pa’l baile vamos.

COMO SI SOBRARA EL DINERO

En tanto 19.5 millones de anuncios electorales empiezan a circular a lo largo y ancho del territorio nacional, en un despilfarro calculado en 15 mil millones de pesos.

Se trata de ponderar a candidatos (as) cuyos “ideales” en muchos casos son hipócritas de toda hipocresía, especialmente los pertenecientes al PRI, PAN y PRD que “ahora sí” prometen cambios después de haber desgraciado a la república en todos los sentidos.

Inició entonces el bombardeo que habremos de observar, escuchar y soportar en todos los medios de comunicación por casi dos meses.

Un tormento remitido a la ciudadanía que no tiene porqué cargar con la ambición de vagos, malvivientes y aventureros que encuentran en la política el modo de dar sentido pragmático a su inútil existencia.

Usted dirá que hay excepciones y tiene razón, pero ello no obsta para considerar que los políticos y sus respectivos partidos, (los tradicionales, de esos que hablamos), siguen siendo la peor lacra de México.

Y ni modo que sea invento. ¿Cómo es posible que los que sangraron al patrimonio social se ostenten, ooootra vez, cual “salvadores” de una nación que saquearon como si se tratara de un negocio personal, familiar o de “puros cuates”?…

Este cinismo incluye, suponer que los votantes además de perdonarlos, se los va a creer. Eso se llama violentar la realidad ofendiendo la dignidad social.

SUCEDE QUE

Oscar Almaraz Smer, ex priista, ex funcionario estatal, ahora candidato panista a una diputación federal, asegura que nada lo detendrá, pero no debiera ser tan confiado…dicen que ahora en el PRI ni perdonan ni olvidan.

¡Adió!. Y hasta la próxima.

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