CENA DE NEGROS
Marco A. Vázquez
Ladrones sin escrúpulos, mercaderes de la necesidad, o de plano una tierra sin ley es lo que han convertido las escuelas de Tamaulipas sus directores y muchos de sus maestros.
Hoy, además de abundar los contratados con sueldos de casi 30 mil pesos, los aviadores con paga de tiempo completo y a veces hasta por dos plazas, los dirigentes sindicales con plazas comisionadas de 100 mil pesos, las escuelas públicas ya parecen colegios particulares donde los directivos y sus maestros deciden a quien aceptar, a quien mandar a los turnos vespertinos, y a veces hasta a quien rechazar por la simpleza de que no tienen dinero para pagar todo un año de la alimentación de sus hijos, porque son pobres, nomás para citar pequeños ejemplos.
La escuela pública es tierra de nadie, la anarquía se hace presente donde Diodoro Guerra, el Doctor, el sabiondo, el que todo lo conocía y lo que no estaba dispuesto a inventar por el bien de Tamaulipas, no ha podido hacer mucho.
Cierto, muy cierto, Diodoro, el doctor, es el hombre más capacitado para estar ahí sí de academia se trata, el problema es que no sabe nada, o finge no saber, de administración pública, tampoco de liderazgo, menos de manejar grupos de poder de tal manera que se puedan orientar para llevarlos a feliz puerto, por eso no puede controlar una sola escuela, una sola.
Hoy, lo mismo en preescolar, que primaria, secundaria y preparatoria, los directores son los príncipes de cada uno de sus territorios, algunos son verdaderos reyecitos que no atienden ni a la Secretaria de Educación ni al SNTE, se van por la libre y se dan el lujo, lo mismo de cobrar cuotas como si tuvieran la calidad del mejor colegio del mundo que de rechazar a los pobres.
Así, la gente se ve obligada a hacer filas de dos días para que sus hijos puedan acudir a la escuela que les queda cerca o está cerca de los centros de trabajo de sus padres y la mayoría de las veces en forma infructuosa porque dichas instituciones ya tienen la matricula llena mucho antes de que empiecen los periodos de preinscripciones, les quedan uno o dos espacios que son para la fila o para otros recomendados que no supieron actuar a tiempo.
Efectivamente, en las escuelas no manda la SET (a veces tampoco manda el Sindicato) pero solo son el reflejo de lo que pasa en el aparato burocrático de la Secretaria de Educación (o en el SNTE), en esa Secretaria que se supone entraría a un proceso de mejora continua para adherirse a la nueva ley de educación y sus leyes secundarias pero en la que no ha ocurrido nada porque el SNTE las tiene bajo su pie.
Es tan fácil localizar a familiares de Rafael Méndez Salas, secretario general del SNTE en la nómina de la SET, que aun cuando no tengan perfil están ocupando puestos de jefas de departamento, y ni para que le hablo de las que “quiere más”, o los que quieren más, o de quienes tienen lazos de compadrazgos, amigos, o compromisos, esos ganan muy bien sin trabajar un minuto de su día, todo bajo la mirada inútil del Secretario.
Grave problema que tiene el doctor Diodoro en este momento, a lo lejos, a tres años de estar en la nómina de la SET cobrando como Secretario se ven muchas buenas intenciones pero pocos actos que valgan la pena.
Lo más grave para el titular de educación en el Estado es que las victorias que tiene esta institución, sí así se le pudiera llamar en este momento, obedecen más a la inercia del trabajo del gobernador y de la sociedad que por actos estratégicos de la dependencia.
Es decir, es toda la voluntad, dinero, y trabajo que le ha metido el gobernador Egidio Torre Cantú, con el amplio programas de becas, de entrega de útiles escolares, de apoyos en infraestructura como avanza la educación de Tamaulipas y no por un trabajo propuesto que haya salido de la oficina del Secretario, del doctor Diodoro que ni siquiera se digna a ver a la gente que lo apoya, que prefiere entrar y salir a escondidas de oficina, pero esa es otra larga historia.
El caso es que se tiene que corregir y a corto plazo este problema en Tamaulipas, es tiempo de decirle a los directivos de las escuelas que no son los dueños de las mismas, es tiempo de corregir los excesos de la nómina de la SET, es tiempo de poner un hasta aquí al SNTE, es tiempo de que Diodoro enseñe sus cartas y demuestre el por qué fue contratado.
En otras cosas… la visita del Director General de Aduanas, Alejandro Chacón, a la oficina del gobernador Egidio Torre Cantú muestran el trabajo, avance, y liderazgo de Tamaulipas, la coordinación que existe con la federación, y que los sueños de arrancar y darle nivel a los puertos internacionales de Nuevo Laredo, Matamoros, y Altamira han pasado a ser realidades.
Más de 300 millones de pesos serán invertidos en Nuevo Laredo y en Altamira este año para hacerlos de clase mundial, para que el primero conserve su lugar número uno en intercambio comercial a nivel mundial y el puerto de Altamira alcance a ser el primero, marítimo, en México.
También ayer el gobernador recibió a Mauricio Sulaiman, hijo del victorense más conocido en el mundo y recién fallecido José Sulaiman Chagnon, se acordó un reconocimiento en memoria del mismo y en la cual podría estar presente la crema y nata del mundo boxístico mundial.
Para cerrar, Torre Cantú encabezó la reunión interinstitucional de seguridad pública en El Mante, fue una evaluación para proyectar los siguientes pasos en la materia, sin duda se cumple a cabalidad con la agenda del Estado.
Por cierto, hablando de cubrir la agenda, el trabajo de las comisiones en el Congreso del Estado es un tema en la que la sociedad ya debe inmiscuirse más, hay más transparencia en el trato de la agenda pública y eso es bueno para Tamaulipas, más que se haya redoblado el esfuerzo desde la llegada de Ramiro Ramos Salinas como presidente de la Junta de Coordinación Política del mismo.
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