Las autodefensas, conejillo de indias
ESCENARIO POLÍTICO
Por Marco Antonio Torres De León
Bien dice el refrán que en un velorio, el único que no va a la fiesta es el muerto.
Pues todos los demás sí presencian el show…y lo gozan.
Esto a propósito de las tres o cuatro bajas registradas en los grupos de autodefensas. A propósito de los fenecidos en Michoacán en el pueblo de Antúnez y además, a propósito de la indolencia generalizada de los mexicanos ante un hecho tan deleznable, tan cruento.
Miren que preferir defender a delincuentes y matar civiles.
Bien lo dijo hace 8 días el presidente Enrique Peña Nieto, que promovería ‘la reforma revolucionaria’, expresión rara que en ese momento nadie entendió; sino hasta después.
Ahora entendemos, desde Secretaría de Gobernación aparentemente ya se planeaba un ‘experimento’ social en Michoacán, usando a los autodefensas como conejillo de indias.
Pero bueno, iniciamos la presente colaboración con un relato para reír.
Llegó hace días un hombre a un consultorio, totalmente abatido.
-Buen día, le dice el médico tras recibirlo. -¿Dígame qué desea?
-Doctor, deme algo para morirme- le responde el hombre.
El médico le contesta: ‘Váyase a vivir Michoacán. Pero si no se muere pronto, váyase a Tamaulipas’.
En otro tema, sin sentido de hermandad, vimos en video imágenes crudas cómo un soldado mexicano mata a otro mexicano, civil.
Ocurrió el deceso en oscuras calles de un pueblo michoacano llamado Antúnez, copia fiel y exacta del realismo mágico del escritor mexicano Juan Rulfo, en aquel su inolvidable cuento de El Llano en Llamas, ‘Diles que no me maten’.
Aunque aquí lo ocurrido no lo llamaremos realismo mágico, mentiríamos, lo llamaremos realismo cruel.
‘Lo mataron, lo mataron’ exclamaba la muchedumbre del pueblo de Antúnez tras mirar caer pesadamente el cuerpo del muerto, como si fuera plomo.
Queda inerme tendido en el suelo, boca abajo; aunque segundos antes de morir discutía con un soldado, el soldado homicida, quien preludió –profetizó- lo que ocurriría al día siguiente.
Tétricamente le lanza un aviso mientras acariciaba la empuñadora de su metralleta, y señalándolo con el dedo índice:
‘Esto se va a ver en Facebook; esto se va a ver en Facebook’ exclamó airado el soldado.
Aunque quien grababa también advertía, ‘sí, esto se va a ver en facebook’.
Siete segundos después el militar disparaba.
En el video el civil –vestido de playera blanca- se miraba inerme, desarmado, de pie, alterado por lo que consideraba un descarado acoso del ejército, que por su parte conminaba en voz alta a los pobladores a deponer las armas.
A esas alturas cabe aclarar que los militares ya habían desarmado a las auto-defensas, según crónicas periodísticas (aunque Milenio insiste en que nunca fueron desarmados).
Aparentemente los soldados ya se iban, pero el pueblo no los dejaba ir.
El soldado por su parte, de pie en el vehículo militar y cuyo código de identificación fue grabado, discutía acremente con su interlocutor y se movilizaba nervioso de un lado a otro de la camioneta.
La grabación que oímos era mala; aparentemente fue hecha desde un teléfono celular.
Aclaramos que la discusión no fue solo entre dos. Fue entre muchos.
También intervino en la discusión otro hombre, el mismo que grabó el video y quien aparentemente le advirtió al soldado que si persistían los abusos, subiría a la red social Facebook las imágenes.
Pasó un par de minutos y el soldado se veía francamente irascible; pero mientras más elevaba el tono de la discusión, más retaba al civil con términos agresivos, más o menos así:
‘Te estamos apuntando, te estamos apuntando’, mientras lo señalaba con índice de fuego.
Ya le había echado el ojo.
Un amigo del fallecido (ya habían sido despojados de sus armas) al oír esto le reclamó al soldado y acaba retándolo: ‘Pon el rifle pa’ arriba, pon el rifle pa’ arriba. Esto se va a ver en Facebook. Tírame, tírale, o si no bájalo (el rifle)’.
Como triste colofón, repentinamente se vio caer el cuerpo del civil al piso, desangrado. Un ruido sordo lo acompañó. Era el ruido del arma, que de un disparo seco hizo caer al ‘autodefensa’.
La gente no salía de su estupor.
Mientras la muchedumbre exclamó al unísono:
‘Lo mataron, lo mataron’. A lo lejos se oían gritos, clamores, llanto.
Por otra parte, las crónicas periodísticas de hoy publicadas en La Jornada y Proceso dan cuenta que esa misma mañana (ayer) Nueva Italia y Antúnez los pobladores amanecieron velando a tres muertos. Tan solo ahí.
Pero de los militares y la policía federal, ni rastro. Estado: desaparecidos del mapa.
Hoy viene al Mante HOMERO DE LA GARZA TAMEZ, secretario de Sedesol en Tamaulipas, quien viene a acompañar al alcalde del Mante a tres eventos oficiales.
Uno, la salutación al alcalde Pablo González León en Palacio municipal. A eso de las 10 de la mañana estará en Quintero, Tamaulipas, haciendo entrega de escrituras de casas.
Posteriormente acudirán alcalde y funcionario de Sedesol a dos actos oficiales más a celebrarse en esta cabecera municipal.
Uno es en la colonia Chapultepec (antes, ejido Chapultepec) en la calle Niños Héroes donde entregará apoyos patrimoniales del programa Nutriendo Tamaulipas.
Un dato: es oportuno recordar la amistad existente entre el alcalde PABLO GONZÁLEZ LEÓN y entre HOMERO DE LA GARZA TAMEZ, amistad que nació desde mucho antes que el alcalde mantense fuera lo que actualmente es.
Un poco de historia nos hará concluir que Homero de la Garza fue jefe de Pablo González en el ITAVU; desde entonces hubo buena química entre ambos políticos.
Posteriormente fue jefe de Pablo González León cuando este ocupó la gerencia de la institución durante casi 3 años.
Homero al mismo tiempo era coordinador, jefe o titular del mismo organismo en el estado.
Quizá de ahí proviene la preferencia que Homero de la Garza tiene por Pablo González, como político y como amigo, en lo público y en lo personal.
Verdaderamente lo trata como amigo, en palabras y hechos.
De ahí que Homero gusta destinar gran parte de su agenda a recorrer Mante.
En cierto sentido al sur de Tamaulipas le conviene esta clase de amistades y cercanía.
No debemos olvidar que Homero de la Garza es un fuerte, quizá el más poderoso prospecto a suceder en el cargo a Egidio Torre Cantú, el actual gobernador, y su amigo.
Últimamente otros ocurrentes de último momento como Alejandro Etienne y Alejandro Guevara Cobos, este último mantense también reclaman para sí el derecho de querer gobernar al estado.
Empero lo hacen a base de engaños; Alejandro Etienne engañando al público pagando encuestas falsas, cuando ni en su casa lo conocen.
Y Alejandro Guevara presumiendo una ‘amistad’ con Enrique Peña Nieto, su patrón.
A algunos críticos columnistas les ha dado en llamar a Homero de la Garza, ‘el súper-secretario’ por las encomiendas de alto rango que le ordena Egidio Torre.
De hecho Homero de la Garza apadrinó a más de cinco o seis candidatos a alcaldías, el año pasado.
No salió invicto pues perdió Matamoros con el candidato Salvador Treviño de la Garza, quien sucumbió ante Leticia Salazar, carismática panista y actual alcaldesa en funciones.
Triunfó inobjetablemente en Mante con Pablo González, su amigo; incluso superó expectativas pues Pablo González respondió ganando las elecciones con 32 mil 500 votos, cifra histórica nunca vista.
El prietito en el arroz para Homero de la Garza es el escándalo suscitado aquí de corrupción en Sedesol, donde es habitual que funcionarios y empleados se adueñen de despensas, y se las apropien.
El último escándalo fue en la visita del director nacional de Cruz Roja Mexicana, donde el profesor Santos Colunga Pomares ‘regaló’ despensas a gente sin derechos, desviando recursos.
Se trató de inútiles barbajanes empleados o ‘amigos’ suyos, quienes se llevaron beneficios a casa, entre despensas y/o enseres domésticos que la cruz roja mexicana donó.
Corrupción que muchos desean pase al olvido.
Lo cual nada tiene qué ver con José Reyes Guevara Servín, titular de Sedesol municipal, a quien por otra parte, algunos de sus empleados le juegan el dedo en la boca, y lo engañan con alevosía pues en muchas colonias, barrios y seccionales del Mante sus empleados no entregan las despensas.
Demostrando raterismo, negligencia, incapacidad, frenética voracidad, alma de ladrones o quien sabe qué.
Pero que por la misma causa, deberían ser metidos en prisión o despedidos sin tocar baranda.
Pero bien, por ahora es todo, nos leeremos en breve.