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Gattas, la gran decepción

Tendrá Ciudad Victoria Infeliz Navidad en 2022

Ciudad Victoria.- Era claro que la elección municipal de 2021 iba a decidirse por el grado de desarrollo o de rezago de las ciudades, por el nivel de bienestar de los habitantes. En ese sentido, los victorenses buscarían la alternancia para resolver los problemas causados por la falta de agua, los malos servicios públicos, las calles destruidas y, en general, el bajo crecimiento. En esa lista también destacaba la corrupción.

La gente de Ciudad Victoria votó por Lalo Gattás porque creyó que le resolvería esos problemas. Por lo tanto, no ganó la presidencia municipal por justicia o por compensación del primer intento, ni como premio de nada. Llegó para resolver problemas: ese fue el mandato popular.

Sin embargo, una vez en ahí, Gattás Báez decidió pasar el costo de estos problemas a los mismos victorenses, y la decepción no pudo ser más escandalosa. ¡Ellos deben pagar las deudas, las nóminas y los gastos del alcalde y sus amigos!

La actitud del Lalo Gattás se asemeja al cobro de piso de los delincuentes, pues no oye ninguna súplica y solo dice ¡A pagar!

Este gesto autoritario nos hace pensar seriamente algunas cuestiones. ¿Conocerá el acalde la situación de las familias de Ciudad Victoria? ¿Tiene alguna idea de la condición actual de los negocios? O de plano, ¿sabe algo de la economía local?

Se diría que cree que todos tienen trabajo, dinero, riquezas, que Ciudad Victoria está en la opulencia, pues se ha volcado a cobrarles por cualquier motivo y a obligarlos a dotar de recursos a su gobierno.

Señor alcalde, hay mucho desempleo en la capital; ahí están los informes: en los próximos días la maquiladora Kemet despedirá a 300 personas, de acuerdo con el sindicato.

En junio de este año, la empresa Aptiv se deshizo de 650 empleados, como lo confirmó la Secretaría del Trabajo de la pasada administración estatal.

El 90 por ciento de estos puestos lo ocupaban padres de familia, personas que tienen bajo su cargo una esposa e hijos. Se espera que vuelvan a contratarlos cuando la economía se reactive en 2023, pero nadie sabe a ciencia cierta cuando sucederá esto.

Estos son únicamente dos ejemplos del problema social que sufre Ciudad Victoria, pero no son los únicos, pues en los comercios también hay ajustes. Solo queríamos poner en perspectiva de dónde puede venir la idea del alcalde de pedir dinero a los victorenses, cuando en realidad necesitan que les den.

Solo cabe pensar que Lalo Gattás desconoce estos hechos o que les son indiferentes. Sólo él sabe la respuesta.

Porque los hechos hablan por sí solos: el consejo de administración de Comapa Victoria acaba de aprobar, el miércoles 21 de diciembre, un aumento de 25 por ciento a las tarifas del agua. “Tomen su regalo de Navidad”, dice el alcalde. La autoridad municipal tiene el asiento principal en este consejo. Ya no sabemos si odia las fiestas decembrinas, como el amargado Grinch, o si tiene algo en contra de los victorenses, como el amargado Cabeza de Vaca.

La deuda de 400 millones de pesos de Comapa, gran parte de la cual la causaron proveedores fantasmas, ya tiene pagador. Y, ¿qué creen? Son los ciudadanos.

Por otro lado, información interna nos advierte que los agentes de Tránsito recibieron la orden de imponer las multas más caras a los conductores en estas fiestas, sea cual sea la infracción. Si sorprenden a un conductor con un poco de alcohol, entre sanción, arrastre y corralón, podría costarle 10 mil pesos.

Ante esta realidad dolorosa, les asiste a los victorenses el último consuelo: haber expulsado a los panistas del gobierno municipal, a Xicoténcatl González, a Pilar Gómez, al tesorero José Alfredo Peña, todos ellos señalados por los ciudadanos. Se fue la corrupción.

¿Se fue la corrupción…? Ni siquiera eso ha hecho bien Lalo Gattás. Invitó a cartuchos quemados a la administración municipal, a gente sacada de gobiernos y partidos corruptos, como Jorge Vela Villarreal, Hugo Reséndez Silva, Eliseo Castillo Leal, Jorge Tinajero, José Hernández Cuesta. Incluso no tuvo empacho en acoger a César Saavedra Terán, recién salido del gobierno panista de Pilar Gómez.

Bueno, basta con resumir que prefirió “talentos” del PRI Tamaulipas que de Morena Tamaulipas.

A esos personajes los atrajo con promesas de buenos salarios, pero el presupuesto apenas alcanza para gastos. Por eso no vio otra salida que cobrárselo a los ciudadanos.

Así, Lalo Gattás se aseguró de dar un regalo de Navidad inolvidable. A los ciudadanos, un tarifazo del agua potable y multas.

Ah, también pensó en el gobernador Américo Villarreal. A él le regaló un plantón de trabajadores del Ayuntamiento.

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