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Victoria vuelve a la era del terror; Priva la inseguridad desempleo, violencia.

Por: Mauricio Fernández Díaz

Ciudad Victoria es el peor lugar para vivir en 2022

Ciudad Victoria.- Hay cosas que se conocen por grilla y cosas que se conocen por hechos. A la capital de Tamaulipas la han cuestionando de ambas maneras y, hasta cierto punto, es entendible, porque es sede de los poderes y todo el año se hace política. Pero si en estos días oye decir que Ciudad Victoria es el peor lugar para vivir en Tamaulipas, créalo, porque es la realidad.

Es correcto decir que los gobiernos panistas de Xicoténcatl González y Pilar Gómez precipitaron esta crisis por su incompetencia. Pero ellos ya no están, y un año después ya deberían aparecer las primeras señales de cambio o transformación. Por desgracia, revisar los indicadores de ese año cumplido es corroborar que la capital está peor.

A un año del cambio de gobierno, hay más robo a negocios, más robo a vehículos, más delitos de violación, más violencia familiar y más feminicidios. Es el saldo de la incidencia delictiva al mes de septiembre de 2022, último contabilizado por la organización Semáforo Ciudadano. La mayoría de la gente experimenta mucha angustia no por conocer estas estadísticas (la mayoría no lee reportes), sino por las noticias publicadas en los portales de Ciudad Victoria; una mujer desesperada de 26 años, madre de un menor, se colgó en la colonia Libertad II. También, un hombre mató a su esposa y después se suicidó en el fraccionamiento Valle de Aguayo. Solo estos dos crímenes ocurrieron en agosto, el mes con más delitos cometidos en Ciudad Victoria. A la capital le afecta el desempleo y la recesión como a ningún otro municipio.

El panorama de los victorenses para vivir es el siguiente: el robo a vehículos tuvo un incremento anualizado de 53 por ciento. Se han denunciado 243 robos de este tipo de enero a septiembre. Solo en agosto se robaron 65 automóviles, una cantidad exagerada para un municipio de su tamaño. Por ironía, la capital tiene uno de los sistemas de parquímetro más caros de Tamaulipas.

De igual modo, la cifra de violaciones en Victoria es más alta que el promedio estatal. Hay 67 carpetas de investigación por este delito, lo que no significa que sean todos los casos, ya que un gran número de víctimas se abstiene de denunciarlos ante el escarnio y la revictimización que padecen.

Hay tres asesinatos de mujeres catalogados como feminicidios este año en Ciudad Victoria. De nueva cuenta, la valoración entre homicidio y feminicidio depende de las circunstancias y del fiscal. En septiembre, la capital de Tamaulipas fue la única ciudad del estado donde se acreditó un feminicidio.

2022 se puede declarar como el año de la violencia familiar en Ciudad Victoria: 910 denuncias por este crimen, un aumento anualizado de 19 por ciento comparado con 2021. Nuevamente, el verano es la estación con mayor incidencia delictiva: 172 casos cometidos en agosto.

El Semáforo Delictivo parece indicar que los victorenses, atizados por la necesidad, salen a las calles a ganarse algo a cualquier precio, aunque tengan que delinquir. Si no, pregunten a los comerciantes: el robo a negocios ha subido 156 por ciento de septiembre de 2021 a septiembre de 2022. 169 casos han sido denunciados este año, con picos muy fuertes en julio (26 casos) y agosto (28).

Es inevitable presentir una relación ente la violencia familiar y el robo a negocios, que son los delitos con mayor incidencia en la tierra de El Cuerudo. Algunas personas detenidas con objetos robados resultan padres de familia endeudados o sin empleo. Pero no son los únicos, también caen amas de casa, jóvenes y hasta niños.

En su reporte más reciente, el INEGI informó que Tamaulipas tiene una de las tasas más altas de desocupación laboral, de 3.4 por ciento en el segundo trimestre de 2022. También aparece entre las entidades con mayor Tasa de Condiciones Críticas de Ocupación, con un 38.2 por ciento.

Los datos del Semáforo Delictivo y el INEGI producen la impresión de un círculo vicioso de bajo crecimiento y conductas delictivas en el que ha caído la capital del estado en el último año: el resorte del robo, muchas veces, es la pobreza. Los negocios necesitan crecer para emplear a más personas, y que estas no pasen a las filas de los rateros.

Pero, ¿cómo van a crecer si, además de las bajas ventas, los amenaza el cobro de nuevos impuestos? Es como arrojarle un yunque a alguien que pide ayuda para no hundirse. Esta carga la acaba de aprobar el Cabildo en la Ley de Ingresos de 2023: se crea la “licencia de funcionamiento” para que todos los negocios ubicados en Ciudad Victoria, desde un zapatero hasta un hotel de cinco estrellas, puedan ofrecer sus artículos o servicios. Se estima un pago único de 2,400 pesos por contribuyente.

De partidos neoliberales como el PAN y el PRI han salido políticas recaudatorias que nunca se ajustan a la realidad de los pequeños negocios o los emprendedores. De quien menos se esperaría esto, sobre todo si conoce la realidad de Ciudad Victoria, es de Morena, y ha sido justamente la 4T quien promovió el cobro de la nueva licencia. Eduardo Salman, de la Canaco Victoria, ya protestó: “No estamos en una posición económica para gastar o ponernos más cargas tributarias a los negocios, y creo que eso es del dominio público”. Su queja, queriendo anidar en las autoridades, se la ha llevado el viento.

Toda la información utilizada en este comentario procede de fuentes oficiales y su confiabilidad está fuera de duda; los lectores exigentes pueden consultarla también en la red, de donde lo hicimos nosotros. Al ciudadano de a pie, en cambio, no le hace falta: todo los días o padece esa violencia familiar o padece un robo.

Que nadie se extrañe que estas realidades (puesto que eso son; ni siquiera son críticas), ocupen los temas centrales del debate entre candidatos en la elección extraordinaria por la senaduría en Tamaulipas. “Que salga todo”, ha dicho el presidente López Obrador. Pues bien, aquí va saliendo la vida real en la capital del estado.

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