Caso Rodolfo: un crimen sin castigo
El asesinato del candidato de la gubernatura del estado cimbró a la política nacional y a la población tamaulipeca; pese a ello, 13 años después, permanece impune
CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Trece años después, las grandes incógnitas siguen siendo las mismas: ¿quién ordenó la ejecución de Rodolfo Torre Cantú y por qué lo hizo?
Las respuestas difícilmente se conocerán de manera oficial, porque el caso quedó atorado en una indagatoria de la entonces Procuraduría General de la República que nunca llegó a ningún lado.
Hoy, el asesinato del doctor que competía por la gubernatura de Tamaulipas sigue recordándose como el crimen político más grave de la historia moderna del estado, y como el suceso que marcó una época de terror por la escalada de violencia que multiplicó todos los índices de homicidios, secuestros y desapariciones.
Se le reconoce además como el punto en el que comenzó la crisis del PRI, que hoy lo mantiene como una lejana tercera fuerza política en la entidad.
De lo que ocurrió aquel 28 de junio del 2010 se saben muchos detalles gracias a la reconstrucción de hechos que han realizado personajes cercanos al caso, pero sobre la motivación de aquél crimen no hay sino especulaciones.
-“Esto es una confusión. Déjenme arreglarlo”, dijo el candidato a gobernador a los sujetos armados que frenaron el convoy en el que se trasladaba al aeropuerto de Victoria.
Rodolfo bajó de la camioneta se identificó -como si hiciera falta- y el hombre que le había ordenado bajarse confirmó que conocía su identidad. No se trataba de ningún error.
A los pocos segundos, todos fueron sometidos en el suelo y comenzó la ejecución.
Sobre el asfalto quedaron sin vida Rodolfo Torre, Enrique Blackmore y los escoltas Luis Gerardo Zubiate, Rubén López Zúñiga y Francisco López Catache. Sobrevivieron al ataque Alejandro Martínez, Enrique de la Garza y otro escolta. Todo el crimen ocurrió en dos minutos.
Este relato, reconstruido con testimonios de los sobrevivientes está contenido en la averiguación previa PGR/SEIDO/UEIDCS/229/2012 integrada por 11,947 fojas, plagadas de detalles sobre los días posteriores al asesinato, con labores de investigación que no condujeron a gran cosa.
“Los alcanzan, los cierran, los bajan, los tiran al suelo, los ejecutan, y se van”, recordaba uno de los peritos de la entonces PGR que participó en el levantamiento de las evidencias en el lugar de los hechos.
“Lo hicieron perfectamente bien. Sabían exactamente qué hacer: cómo cuándo y dónde; todo estuvo calculado; no dejaron sobrevivientes por error: Iban por el candidato”.
Al mediodía, un par de horas después del asesinato, en el lugar de crimen los cuerpos de Rodolfo, Blackmore y los escoltas fueron levantados y llevados para hacerles los servicios forenses.
Los peritos y el personal de la Semefo ya no podía esperar más por las altas temperaturas.
Alejandro Martínez y Enrique de la Garza ya estaban en el quirófano del Hospital General.
En el Polyforum, donde 24 horas antes Rodolfo Torre Cantú anunció sus “compromisos con Tamaulipas”, 24 horas después, regresó ahí, con Enrique Blackmore y tres escoltas, en un ataúd, en medio del dolor y lágrimas de cientos.
-“Nos partieron el corazón, nos arrancaron el alma, y si Tamaulipas y México están agraviados, ¡imagínense cómo estamos nosotros!; si Tamaulipas y México tienen coraje, ¡imagínense como está su padre, Beba su esposa y sus hijos! ¡Imagínense como estoy yo; Rodolfo era mi hermano. Tengo el alma rota!”, dijo Egidio Torre Cantú durante el homenaje, unas horas antes de convertirse en el candidato suplente de su hermano.
Pasaron muchas cosas desde aquellos días aciagos para el estado, que estaba metido en una inédita espiral de violencia.
Fue la época de la masacre de migrantes, de las narcofosas y el éxodo masivo de tamaulipecos hacia Estados Unidos u otras entidades.
El gobierno de Egidio Torre Cantú significó el final de la hegemonía priísta y la llegada de la alternancia a Tamaulipas con la victoria del PAN para acceder a la gubernatura.
En más de 11 años poco se habló sobre el caso Rodolfo Torre Cantú, salvo en la conmemoración anual de su natalicio y de su asesinato, con discretas ceremonias en las instalaciones del Comité Directivo Estatal del PRI.
Pero en las campañas por la gubernatura del 2022, el tema volvió a estar en la agenda porque el entonces gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, acusó a algunos simpatizantes y colaboradores de la campaña de Américo Villarreal Anaya, de haber estado involucrados en los hechos.
“Creen que ya se nos olvidó que se bajó de esa camioneta y de esa gira cuando fue cobardemente asesinado; Esto es loque nos deberíamos estar preguntando, porque si bien es cierto que ese expediente se llevó a la ciudad de México, también es cierto que se le va a pedir al Fiscal General de Justicia que le de seguimiento a esta investigación”,, amenazó el panista.
Manuel Muñoz Cano respondió así: “Lo que hoy comentó el ejecutivo es totalmente falso. En ningún momento estuve yo en ese vehículo, ni me bajé, ni nada de lo que hoy se comentó. Me deslindo completamente de ese comentario, y bueno, pues es la marca de la casa”.
El dirigente estatal del Partido Verde fue el coordinador de la campaña de Rodolfo Torre Cantú. Aquella mañana se encontraba en el Hospital General en una sesión de diálisis a la que se sometía periódicamente por un mal renal que enfrentaba.
Tras la muerte de Rodolfo y la llegada de Egidio Torre Cantú a la gubernatura, Muñoz Cano -ex secretario de Desarrollo Social en la administración de Eugenio Hernández- se alejó de los reflectores.
“Prácticamente nos corrieron del estado, lo dije y lo vuelvo a decir, era casi pecado hablar de Rodolfo Torre, estaba prohibido hablar de Rodolfo Torre, claro que estuve desplazado, y me llevó a cambiar los destinos de mi vida y al punto que renuncié al Revolucionario Institucional”.
“Lo que sí creo es que no hubo esa voluntad, no hubo voluntad para encontrar una respuesta, yo en lo personal estuve muy cercano dándole seguimiento a la investigación, tuvimos comunicación permanente con el Ministerio Público Federal que en ese momento llega a investigar los hechos, todo lo que necesitó, todo lo que nos pidió, toda la gente de campaña que él quería entrevistar, a todos los entrevistó, cuando ya había prácticamente culminado su proceso de investigación, lo cambian, y otra vez a iniciar el proceso; por eso insisto en que no hubo voluntad política”, relató a la distancia.
De la carpeta de investigación surgieron múltiples filtraciones: una de ellas, que los atacantes estaban vestidos como marinos, y que la técnica que desplegaron para la ejecución correspondía a personal altamente entrenado.
Pero más allá de los detalles de aquella jornada, 13 años después no se sabe nada sobre lo que motivó aquel crimen.