Columnas

EN EL PRI, «LA SANGRE LLAMA»

FRANCISCO CUÉLLAR CARDONA

Después del encuentro que tuvieron los gobernadores del PRI con el presidente Andrés Manuel López Obrador, en donde los 11 mandatarios tricolores con los ojos cerrados se comprometieron a firmar el acuerdo para incorporarse al Insabi, no faltó quien dijera y escribiera que el viejo partido de la trampas electorales, será el gran aliado de la 4T en el 2021, y el que saque los mejores dividendos electorales.

El PRI, sus gobernadores y los líderes tradicionales, son viejos lobos de la política que saben como pocos, para qué sirve el poder, y cómo jugar del lado de este cuando no lo tienen. Sobra también quien asegure desde ahora que ya hay pactos hablados y no escritos del PRI con López Obrador para que algunas gubernaturas que estarán en juego en el 2021, se mantengan en poder del tricolor.

El oficio de saber jugar siempre con las reglas del poder, le ha permitido a este partido estar en la jugada. Un análisis que le entregaron a Alejandro Moreno, «Alito», líder nacional del PRI sobre los escenarios del 2021, revela que el PAN seguirá hundido en sus crisis, con un liderazgo nacional en manos de un Marko Cortés desprestigiado. También, este mismo análisis, pronostica que Morena va a continuar con sus pleitos irreconciliables que lo alejarán del presidente López Obrador. 
En ese contexto, el PRI le está apostando a ser el «partido del Presidente», y así se lo hicieron saber los gobernadores en el reciente encuentro en Palacio Nacional.

«La sangre llama», cuentan algunos gobernadores que fue una de las expresiones que se le escuchó decir al Presidente.

«Alito», de la mano de los gobernadores priistas, ha bajado la instrucción a sus dirigentes estatales para que se pongan a trabajar y «naden de muertito» mientras los demás partidos (PAN y Morena) se desgastan: «renueven cuadros, fortalezcan las estructuras y mantengan un bajo perfil; en el 2021 vamos a ser muy necesarios y en un descuido regresamos al poder», les ha dicho.

En Nuevo León, los priistas, aunque andan divididos, tienen posibilidades de regresar al poder. Tienen la mayoría de las alcaldías bajo su control, incluyendo las más grandes (Monterrey, Guadalupe, Apodaca y Escobedo) y si los intereses se alinean, el mismo gobernador, Jaime Rodríguez Calderón, les dará una manita para que así suceda. Las negociaciones que hace «Alito» tienen ese objetivo. En Palacio Nacional, dicen, se decidirá el futuro político de Nuevo León, y el PRI puede ser el afortunado. Igual pasa en San Luis Potosí en donde aseguran que el gobernador Carreras está decidido a dejar heredero en el palacio de gobierno y con AMLO ya hay acuerdos. En Coahuila este año hay elecciones municipales y el gobernador Miguel Riquelme, tendría desde ahora manga ancha para operar con la bendición desde la ciudad de México.

En Tamaulipas, mientras tanto, donde hoy muchos dan por muerto al PRI, con la llegada de Edgardo Melhem, ha renovado la esperanza de liderazgos priistas que estaban alejados y decepcionados del partido; estos mismos ahora creen que en el 2021, el partido puede dar la sorpresa.

El PRI, con todo su carga negativa que arrastra, es el único que ha mostrado disciplina, institucionalidad y hasta entreguísmo al Presidente. Y lo hace, porque así es su naturaleza y su oficio; sabe a lo que juega y o que está en juego, de tal forma que no extrañe a nadie que en medio de esta crisis que viven panistas y morenistas, el PRI sea el que saque la mejor raja política. Hay que esperar para comprobarlo.

Fuente: Expreso.press

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