Columnas

584 versos

JUAN JOSÉ GONZÁLEZ MEJÍA

Y siempre es oportuno acercarse a un poema inmenso e intenso como Piedra de sol, de Octavio Paz, publicado el 28 septiembre de 1957 cuando se tiró en 300 ejemplares bajo la colección Tezontle del Fondo de Cultura Económica.

En su poema Árbol adentro (“Creció en mi frente un árbol./(…) Allá adentro, en mi frente el árbol habla./ Acércate, ¿lo oyes?”), Octavio Paz marca la ruta de su pensamiento poético: el instante genésico está en la naturaleza. Parafraseando a Pascal: “El hombre no es sino un bambú, el más débil de la naturaleza; pero es bambú que piensa”.

La poesía nos defiende de lo más humano que poseemos: la temporalidad. La poesía perpetúa el instante (“el presente es perpetuo”), lo vuelve prolongación y no origen de partida sino de reiteración. “Lo que pasa en un poema está pasando siempre”.

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