Estado

El debate

Maremágnum
Mario Vargas Suárez

La palabra ‘debate’ se interpreta como la “…discusión en la que dos o más personas opinan acerca de uno o varios temas por medio de la exposición de sus ideas y la defensa de sus opiniones, punto de vista e intereses.”
Dentro de la política de cualquier país se dan los debates, principalmente entre los candidatos a ocupar un cargo de elección popular, aunque también suceden dentro del parlamento.
Generalmente el debate es público y está dirigido por un moderador quien es el responsable de organizar, dirigir, conceder los turnos de palabra y centrar el tema cuando se desvía.
En México lamentablemente no tenemos la cultura del debate y las pocas veces que los políticos nacionales han hecho uso de él, los ciudadanos no hemos quedado satisfechos con su realización, sobre todo porque las discusiones no se dan en para construir, sino más bien en el plano del desprestigio.
El tema del debate lo traigo a este espacio, porque ayer varios compañeros columnistas y en algunas noticias sobre el tema electoral, se ha difundido la idea de que en varios distritos electorales se quieren organizar este tipo de prácticas.
Desde luego que hay candidatos y candidatas que proponen esta práctica por motivos distintos y van desde atraer luces a un escenario opaco y quienes se niegan a participar por la calidad de los contrincantes.
En otras palabras. Algunos aspirantes a diputados federales, junto a su partido político, de plano hasta están ‘exigiendo’ el debate para intentar golpear a quienes ven fuertes, a quienes sí traen gente.
Incluso también se ve como un escenario para que la ciudadanía les conozca por ser impopulares.
He leído que incluso hay por lo menos un partido político que tiene como estrategia golpear, exhibir y burlarse de otros contendientes.
¿Cuántos debates políticos podrán organizarse en los ocho distritos? Una propuesta solicita por lo menos dos de estas formas de expresión.
Saliendo del tema del debate político y permaneciendo en la campaña electoral le comento que a manera de propuesta partidista la gente del matamorense Baltazar Hinojosa Ochoa, pretende organizar foros de consulta en los ocho distritos electorales.
De plano el foro de consulta y el debate, son dos figuras de la retórica que distan mucho entre sí. En el primero, se trata de “…un esfuerzo por involucrar de manera directa a los distintos ámbitos de la sociedad en la planeación democrática del desarrollo de un contexto determinado”.
En los foros de consulta participan representantes de los sectores público, social y privado quienes hacen propuestas e intercambiaron ideas sobre temas como seguridad pública, procuración e impartición de justicia, educación, salud, desarrollo urbano, uso del suelo y vivienda, entre otros.
Los críticos –de criterio- aseguran que “El Balta” con este tipo de acciones se está proyectando hacia la elección local del año entrante, donde lo ubican como serio contendiente para la sucesión de la silla en el poder del 15 Hidalgo.
Sin embargo, el rumorología de la ‘chismocracia’ asegura que de plano dos candidatos a diputados plurinominales no le aceptaron los foros de consulta. Uno es el del distrito VI, Alejandro Guevara Cobos, quien por cierto ya en una semana de campaña política electoral recorrió ¡17 municipios!
La otra candidatura que aseguran rechazó el foro de consulta propuesto por “El Balta” es Paloma Guillén Vicente, por el VII Distrito. En ambos casos de plano se lee una forma muy diplomática de rechazo a la idea.
Al decir que se está rechazando el foro de consulta me refiero a que son las conclusiones a las que se llega cuando a pregunta expresa se obtiene por respuesta una sonrisa; cuando la respuesta es un silencio; cuando la respuesta es una omisión.
No falta quien asegura que Tampico y Mante son dos distritos que tienen ‘cuerda’ del centro del país, lo mismo que el ‘pluri’, son tamaulipecos arraigados en la defeña capital de la república y los tres van por la misma silla… ¿Sera?

Comentarios: mario.vargas@starmedia.com

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