Gilberto Banda
No me lo van a creer, estimados lectores, pero en la ciudad de Reynosa pululan todavía por ahí en los pasillos del poder municipal personajillos de triste fama y peor origen que pretenden –fallidamente– imponer su voluntad a los medios de comunicación al amparo del ´´poder´´ que sienten que les da el dinero que presuntamente manejan con absoluta transparencia.
Lastimosamente, vemos que el improvisado vocero de la Presidencia Municipal, un tal ERICK STANFORD, un advenedizo surgido del anonimato y que entró al quite como dizque vocero tras la renuncia del titular, ha asumido una posición de ´´todopoderoso´´ sin tener la más remota idea de lo que es la libertad de expresión.
Vayamos por partes en este sentido y arrojémosle un poco de luz al vocero de la alcaldesa MAKI ORTIZ DOMÍNGUEZ para que le caiga el veinte y finalmente se dé cuenta de dónde está parado.
Los medios de comunicación, al menos los independientes, siempre hemos tenido la convicción de que los ciudadanos tienen derecho a una prensa libre que les sirva de tribuna para elevar la voz. Y en ese derecho, los periodistas tienen que ser responsables y ejercer con rigor su labor con la idea muy clara de la importancia fundamental que la libertad de prensa significa para la sociedad.
Se ha dicho y comprobado hasta la saciedad que la falta de investigación y de persecución penal a las irregularidades que cometen los funcionarios de las instancias gubernamentales crean un caldo de cultivo ideal para la impunidad.
Y algo parecido podría estar a punto de ocurrir en el Municipio: una combinación de corrupción e impunidad en el marco de la licitación para la compra de 3 mil lámparas para la ciudad, según lo ha advertido con anticipación el síndico del Ayuntamiento, JOSÉ CASTRO OLGUÍN, quien ha cuestionado la transparencia del procedimiento, ya que, según lo ha comprobado con documentación y cotizaciones, el Municipio podría ahorrarse… ¡hasta ocho millones de pesos!
El síndico, en consecuencia, ha estado exigiendo a las autoridades municipales involucradas en la compra que se realice un ejercicio transparente y libre de duda en la adquisición de las luminarias.
Esto es lo que plantea CASTRO OLGUÍN y la entrevista ha sido publicada en nuestras páginas. Todavía no ocurre nada fuera de ley –hasta ahora– pero podría ocurrir si no se toman en cuenta estas advertencias.
Ahora bien, el mentado ERICK STANFORD, acostumbrado en este poco tiempo a tratar cómodamente con una prensa cortesana y domesticada, donde mueve los hilos a su antojo con la facilidad que le otorga un presupuesto, quiere aplicar a EL MAÑANA la ancestral sentencia medieval que se ejecutaba a los caballeros de armadura que eran heraldos de las malas noticias: ´´MATEN AL MENSAJERO´´.
Los hechos ahí están. Los medios somos tribuna de la sociedad en general y defendemos esa premisa como lo haría Voltaire: ´´Puedo no estar de acuerdo con lo que usted diga, pero defenderé hasta la muerte su derecho a decirlo´´.
En este punto no podemos ´´sugerirle´´ al imberbe ERICK STANFORD que se interiorice de lo que realmente es su función de comunicación social –se supone que lo sabe, de lo contrario no estaría ahí– y que se deje de manotear y amagar con represalias invocando la cancelación de convenios.
Una instancia gubernamental compra espacios a los medios y paga por ello, pero JAMÁS deberá ni siquiera intentar imponer la línea editorial de una publicación al amparo de un trato estrictamente comercial.
Tal vez la alcaldesa MAKI ORTIZ DOMÍNGUEZ –ella sí con su experiencia– debería marcar muy bien a los funcionarios de su gabinete la línea que separa la compra de espacios y la libertad de prensa y olvidar esos vanos e infantiles intentos que pretenden coartar un derecho irrenunciable de la sociedad a estar bien informada.
Diría el refrán popular: ´´Una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa´´.
Y para finalizar, y ya encarrilados en el tema, no estaría de más solicitar vía transparencia –que la tiene que entregar de a fuerza sí o sí– al titular de Comunicación Social ERICK STANFORD la lista de reporteros acomodaticios que aparecen cobrando su ´´chayote´´ cada mes y a quienes los tiene comiendo de la mano.
Con esa ralea de dizque periodistas venales está acostumbrado a tratar. Por eso supone –y muy mal– que todos los medios son de esa misma condición.
Y por hoy, BASTA.
gilberto.banda@hotmail.com
