Estado

TERMINAR CON EL CAMBIO DE COLORES EN NUEVAS ADMINISTRACIONES, UN ACIERTO

PALACIO: MARIO DIAZ

-Pretenden terminar con cambio de colores
en edificios públicos
-Se erogan decenas de miles de pesos para cumplir caprichos partidistas
-Actos de corrupción debieran ser denunciados y castigados

POR supuesto que sería una sabia decisión si la actual legislatura tamaulipeca retomara la iniciativa del exdiputado local JUAN PATIÑO CRUZ referente a la regularización de colores en oficinas públicas.

La medida está orientada a impedir gasto innecesario de las aportaciones de los contribuyentes, sobre todo cuando el relevo de administración proviene de un partido distinto.

El municipio de Matamoros es un claro ejemplo que apuntala la iniciativa del exlegislador panista y arquitecto de profesión.

Apenas tomó posesión la primera mujer alcaldesa en este puerto fronterizo, LETICIA SALAZAR VAZQUEZ, y de inmediato agarró una brocha y se puso a pintar de color azul cuanto inmueble se topaba a su paso. Ese tono invadió cubículos, oficinas y pasillos de la presidencia municipal en el pasado trienio.

La obsesión por ese color de su Partido Acción Nacional le hizo perder la cabeza al grado de cambiar hasta las vestiduras de las butacas del Teatro de la Reforma del tradicional color rojo al azul.

Impulsada también por un legítimo pero inalcanzable proyecto político, SALAZAR VAZQUEZ, además del color azul, tapizó en todo lo que estaba a su alcance con la “M” de Matamoros. Hasta zapatos tipo tenis que usaron lo mismo funcionarios que estudiantes de nivel primaria llevaban ese emblema.

Lógicamente, la exalcaldesa panista trataba de llevar agua su molino de manera subliminal, con el objeto de dar forma a su proyecto de gobernar Tamaulipas. Para buena fortuna de los habitantes en la esquina noreste mexicana, quien presidió pésimamente a Matamoros no logró concretar su deseo.

Con todo y que emanaron del mismo instituto político, el diputado JUAN PATIÑO nunca estuvo de acuerdo en que se derrocharan recursos de los tamaulipecos en pintar de azul oficinas y espacios públicos por mero capricho y afán protagónico electorero.

Es por ello que reviste interés la iniciativa de PATIÑO para impedir gastos innecesarios y, además, lograr que los matices vayan de acuerdo al entorno y no en función de tal o cual partido político.

En ese contexto, también debiera legislarse y responsabilizar a servidores públicos que destruyan obras de sus antecesores. De ahí la importancia de la planeación y no la ejecución de obras al vapor o de relumbrón.

Pero al margen de matices colorantes, más importante es que los malos gobernantes tengan el castigo que se merecen por actos de corrupción. Cuestión de analizar el descomunal saqueo de las arcas municipales y de la Junta de Aguas y Drenaje de Matamoros durante la pasada administración panista.

Tan solo la paramunicipal adeuda millonaria suma al Instituto Mexicano del Seguro Social y al Infonavit, derivado de la omisión en el pago de las cuotas obrero-patronales.

También debiera castigarse el uso del poder constitucional para la comisión de ilícitos.

Para favorecer a uno de los hermanos que se disputan la herencia de la empresa pasteurizadora Vakita que está en litigio, la ex jefa de la Comuna LETICIA SALAZAR VAZQUEZ ordenó a la Dirección de Protección Civil que buscara cualquier pretexto para proceder a la clausura. Una suma que superaba los seis dígitos sería el pago por el servicio.

La calidad de operación de la empresa y la honestidad del funcionario público que recibió la orden impidieron que se consumara el abuso de la alcaldesa.

¿Cómo la ve?
Y hasta la próxima.
mariodiaz27@prodigy.net.mx

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