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VICTORIA NECESITA CIRUJIA MAYOR, NO MAQUILLAJE Y ESO LLEVA TIEMPO

Sí, el cambiar de rostro a una ciudad no es cosa de todos los días ni una empresa fácil, y la autoridad correspondiente no puede hacer milagros; un significativo cambio es bien recibido, siempre y cuando exista ese sentido de pertenencia, como dicen los expertos, en cada uno de los hijos de la localidad.

Y Victoria, la otrora Ciudad Limpia, Ciudad Amable ha tenido años difíciles que quebrantaron su reputación, misma que, con un gran esfuerzo, se pretende levantar no al nivel que tenía, sino que la aspiración es hacerla mejor que antaño, porque de otra forma, estaríamos frente a una autoridad que no tiene ambición de sobresalir como ciudad, y que no tiene planes de expansión, conservación y difusión.

En una ciudad, cualquiera que ésta sea, debe existir el deseo de crecer en todos sentidos, y propiciar que cada uno de sus habitantes sientan como propia la misma, haciendo que la participación fluya naturalmente, en forma sistemática y simple, para obtener las mejoras que todos queremos.

Sin embargo, hay que enfrentar muchos retos para mejorar, y en ese sentido, la administración victorense sigue entregando un buen esfuerzo, alabado por algunos que visualizan como ciudadanos los esfuerzos y colaboran con ellos, y denostado por otros que no esperan los resultados para criticar, muchas veces, sin el fundamento adecuado, y ver ese aspecto negativo que muchas cosas manejan por pequeño que sea, y lo magnifican, minimizando el esfuerzo, el trabajo, la inversión o la voluntad de crecer y mejorar.

En ese sentido, hemos sido testigos en diversas ocasiones del esfuerzo del alcalde Oscar Almaraz y muchos de sus colaboradores que, por instrucción, convicción o espíritu ciudadano están cerca de la gente y, por consiguiente, perciben con mayor atención las necesidades que se tienen, buscando gestionar recursos de cualquier tipo para mejorar las condiciones de vida.

Hay calles, y las hemos visto, que hoy cuentan con una superficie plana como nunca la habían tenido: lejos quedaron sus baches, aunque es necesario reconocer que faltan muchas, muchísimas más por atender; no se puede hacer todo en un día, y así como se exige, se debe reconocer lo que se hace, y puntualizar la atención en lo que se ha dejado de cumplir, para balancear el esfuerzo y resultados de la autoridad que, siempre, en todo momento, debe estar respaldada por el trabajo ciudadano.

Hay quienes critican la música de los camiones recolectores de basura y dicen que es mala, pero no ponen atención en las toneladas que se lleva, o critican que en algunas esquinas hay demasiados desperdicios, sin criticar, por ejemplo, a los malos y sucios vecinos que sacan su basura en tiempos, horas y días que no hay recolección, y en ese sentido, existe un calendario y horario para tal efecto.

No podemos decir que no sabíamos.

Y si todos entregáramos nuestra mejor atención y esfuerzo, podríamos recomendar a la autoridad, al alcalde Almaraz una serie de medidas que, como propuestas podrían funcionar para mejorar los servicios y funciones de la autoridad.

Y todos sabemos que cuando cada quien hace su parte el resultado es bueno. Es como el equipo de fútbol que cuenta con la participación de todos: portero, defensas, medios y delanteros: el resultado debe ser positivo en todos sentidos, aunque no perfecto.

Y es lo que debemos hacer: solidarizarnos con el trabajo del alcalde Oscar Almaraz, exigir una mayor atención y mejores resultados, pero poner nuestro esfuerzo para lograrlo.

La basura, los semáforos, los parques y más… Si todos hacemos la parte que nos toca, y la autoridad en forma eficiente nos ayuda cumpliendo su función cabalmente, el resultado será, sin duda alguna, una ciudad con un verdadero cambio de rostro, que es lo que los victorenses pedimos día a día.

Podemos hacer mucho desde nuestro hogar o trinchera, y es así como podríamos cambiar el rostro de la otrora “Cenicienta de la Sierra Madre” de tantos y tantos versos, poemas y rimas de excelentes personalidades de la literatura local.

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