Plan de austeridad, ¿en serio?
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Raúl Hernández Moreno
El gobierno del Estado anunció un plan de austeridad que permitirá obtener un ahorro de 680 millones de pesos en el año que corre.
Estos 680 millones, en un presupuesto anual de 48 mil 458 millones, equivalen a 1.4 por ciento. Es poco, pero bueno, no seamos tan exigentes. Ahora lo importante es que realmente se cumpla lo anunciado.
Y es que desde 2010 a la fecha, el gobierno federal ha gastado más de lo aprobado.
Para este año, se anunció un ajuste de 239 mil 700 millones de pesos en el presupuesto; en el 2016 el ajuste prometido fue de 164 mil 077; y en el 2015, el ajuste fue de 124 mil 300. Ni en el 2016 ni el 2015 se cumplió lo prometido. Al final, cada año, el gobierno gastó aproximadamente un 4 por ciento más de lo ofrecido.
No decimos que el gobierno estatal no vaya a cumplir, solo comentamos lo que en su momento ha pasado con los ajustes anunciados por el gobierno federal. Somos incrédulos.
De acuerdo con el plan de austeridad anunciado, se pretende ahorrar 240 millones de pesos en reducciones a los salarios del gobernador, secretarios, directores y otros funcionarios. Los funcionarios se rebajarán un 10 por ciento sus sueldos.
Otros 240 millones se ahorrarán en viáticos, convenciones, gastos de representación y comunicación social.
En el rubro de foto copiado, teléfonos, vigilancia y servicios generales, 44 millones.
Se busca un ahorro de 23 millones en el uso medios digitales y 60 en la eliminación de gastos de asesoría, estudios de investigación etc.
Adicionalmente, el gobierno del estado anunció que no habrá incrementos en las tarifas del transporte público; se creará un programa de abasto para ofrecer productos de la canasta básica con un costo 25 por ciento por debajo del mercado; se impulsara el programa de comedores comunitarios para ofrecer 10 mil comidas diarias gratuitas.
Se afiliará a 400 mil personas al seguro popular; se asegurará el abasto de medicamentos en el sector público; se reducirá en un 25 por ciento el costo de las licencias de conducir; se apoyará a los productores agropecuarios; se mantendrá el subsidio a la tenencia.
Esperemos que el plan de austeridad vaya más allá de un asunto mediático y que el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca acabe con abusos como el hecho de que el Rector de la Universidad Autónoma de Tamaulipas disponga de un avión para trasladarse en sus visitas a los campus que hay en la entidad.
La UAT tiene que racionalizar su gasto e invertir más recursos en investigación y en capacitar a sus académicos y no en facilitar el traslado de un Rector mediocre que provoca pena ajena.
En la medida en que la universidad disponga de más académicos con mayor preparación, dedicados a la investigación, con doctorado, con maestrías, mejor será la calidad de la educación. Los tamaulipecos merecemos una mejor universidad, de la que podamos sentirnos orgullosos, como nos sentimos con la UNAM, sin ser egresados de ella.