David Castellanos Terán y Martín Sánchez Treviño
Corresponsales
Periódico La Jornada
Jueves 2 de febrero de 2017, p. 10
Reynosa, Tamps.
En protesta por el alza del combustible, más de 250 gasolineras en la franja fronteriza de Tamaulipas cerraron ayer y 20 se declararon en bancarrota y no volverán a ofrecer el servicio. Son mil 600 empresarios gasolineros los que compiten con firmas del valle de Texas, informó José Ángel García Elizondo, presidente nacional de la Organización de Expendedores de Gasolina (Onexpo).
Por el gasolinazo, los empresarios han disminuido sus ventas hasta 40 por ciento, debido a que los connacionales prefieren cruzar a Estados Unidos a comprar el combustible, donde lo consiguen hasta seis pesos más barato por litro, informó Rigoberto Ramos, del Comité de Gasolineros de Reynosa.
Los empresarios mexicanos compran gasolina a 16 pesos y la tienen que vender a 13, esos tres pesos por litro los tenían que financiar por tres meses, era insostenible, declaró García Elizondo, quien precisó que llevan varias semanas en negociaciones con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para que les otorgue estímulos fiscales, pero no ha habido resultados.
La SHCP pide a los expendedores aguantar esos tres meses, pero no tenemos el dinero y en el tiempo que ellos estiman que vamos a recuperar ese subsidio nos lleva a la quiebra, dijo Ramiro González.
César Verástegui Ostos, secretario general de gobierno, informó que fueron cerrados los expendios de gasolina y diesel en los municipios de Matamoros, Reynosa, Río Bravo, Valle Hermoso, Nuevo Laredo, Miguel Alemán, Camargo, Díaz Ordaz y Mier.
Para la medianoche algunos empresarios reavivaron el servicio. Este jueves se reanudará el servicio totalmente.
En este contexto, personal que laboraba en las 20 estaciones de servicio que se declararon en quiebra en días pasados, se unieron ayer a una manifestación ciudadana contra el gasolinazo, que se realizó fuera de las instalaciones de Petróleos Mexicanos (Pemex) en Reynosa.
Al grito de “¡no al gasolinazo!”, los manifestantes se plantaron fuera del complejo procesador de Gas Reynosa, propiedad de la empresa paraestatal.
