Estado

Enero y Febrero… desvalijadero..!

QUIJOTEANDO: NICASIO FONSECA MUNGUIA
El malestar ciudadano cunde, se extiende por todo el país, generando reacciones potencialmente peligrosas para la estabilidad política y social, sin que al parecer exista solución inmediata, si no que por el contrario, tiende a agravarse frente al posicionamiento presidencial de sostener el actual precio decretados a los combustibles, mismos que para febrero, sufrirán su enésimo incremento en dos periodos de diez días de diferencia.

Si bien es cierto que los gobiernos viven de los impuestos recaudados y que la ciudadanía está obligada a pagarlos, también lo es que la población del país, mayoritariamente de clase media, cumple con esta obligación fiscal, toda vez que de una o de otra manera es fiscalmente cautiva a través de los descuentos por nómina del ISR, más el correspondiente a bebidas azucaradas, alcohólicas, cigarros y demás productos consumidos por la población sin distingo socio-económico, ello, por supuesto, con el agregado del pago por servicios profesionales, hotelería, restaurantes, tenencias, licencias, engomados, placas, predial y hoy por hoy, el cuestionado pago por concepto del manifiesto urbano.

Si la ciudadanía paga sus impuestos ¿ porqué demonios resulta insuficiente la recaudación para cubrir el gasto público, teniendo como sustento además lo recaudado por la industria nacional como PEMEX y CFE ? muy simple, además del saqueo desmedido por los gobernantes y una pésima administración de los recursos públicos, porque quienes más ganan, menos pagan impuestos, tal es el caso de los grandes industriales, las grandes empresas, que según los que saben – a mi no me lo crea – cuando debieran pagar un 35 % de sus ingresos, únicamente aportan al FISCO el 1.7 % y por el contrario, la clase media, que es la más golpeada por la economía, le aporta en promedio el 35 % de sus ingresos a la Hacienda Pública, toda vez que el gran capital goza de estímulos fiscales por ser «generadores de empleo.

En México, padecemos una grave pobreza que amenaza la estabilidad del país y no es precisamente culpa o responsabilidad de los mexicanos, a quienes la corrupción e impunidad hace cargar con una deuda pública considerada por los expertos como impagable, correspondiendo a cada nacional, desde su nacimiento 400 mil pesos per capita. Manifestaciones, marchas de rechazo al incremento de los combustibles, saqueos a negociaciones comerciales, tomas de oficinas y carreteras, son la constante diaria que enfrentan las actuales autoridades federales y locales de gran parte del país, sin que al parecer sean motivo suficiente de reconsideración a sus medidas recaudatorias. Cuando las comadres se pelan, salen las verdades; Francisco Búrquez Valenzuela, Senador panista por Sonora, hoy se lanza inclusive contra sus propios correligionarios, denunciando no sólo la incapacidad para gobernar exhibida por el actual régimen peñista, si no, asimismo, la manifiesta complicidad de su propio partido, al validar decisiones fiscales notoriamente perjudiciales para la de por sí difícil situación económica de la población nacional, algo que, dadas las circunstancias, abona sin lugar a dudas a la falta de credibilidad y confianza de la ciudadanía hacia los partidos políticos en México. Los tiempos actuales por los que atraviesa el país, sumados a la perspectiva poco favorable que se vislumbra en el panorama internacional, sin un liderazgo político y moral que convoque a la nación, resultan elementos propicios para que la anarquía se instale con serio riesgo de explosión social para las instituciones, que bien o mal, soportan aún la pesada carga de la incompetencia, corrupción e impunidad, que como fantasmas apocalípticos recorren el territorio nacional.

Sí Enero ha resultado peligrosamente explosivo por las protestas ciudadanas al incremento de combustibles, Febrero, lo pudiéramos considerar de pronóstico reservado, toda vez que, de manera inevitable, sigue el llamado GASOLINAZO. Usted ¿ qué opina ?.

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