GOBERNANZA: EL CASO REYNOSA
El término gobernanza es una palabra de reciente creación y difusión que se ha acuñado con la misión de denominar a la eficacia, la calidad y la satisfactoria orientación de un estado, hecho que le atribuye a éste una buena parte de su legitimidad. En palabras llanas y sencillas, la gobernanza debe entenderse como la «nueva forma de gobernar», el modelo que promueve un nuevo modo de gestión de los asuntos públicos, fundamentado, principalmente, en la participación de la sociedad civil.
La gobernanza debe entenderse, pues, como el arte de gobernar que tiene como propósito la consecución de un desarrollo económico, social e institucional duradero, empujando por el sano equilibrio entre el estado, la sociedad civil y la economía de mercado.
Y aunque el concepto suele mayormente emplearse en términos económicos, también ostenta un uso destacado en materia social y de funcionamiento institucional, especialmente en lo que concierne a la interacción entre los distintos actores y niveles de la política, cuando se producen importantes cesiones hacia arriba y hacia abajo.
En los últimos años han surgido varios esfuerzos tendientes a conocer la medida de gobernanza de los países que conforman nuestro mundo. Uno de los más destacados es aquel impulsado por los miembros del Banco Mundial y del Instituto del Banco Mundial, Worldwide Governance Indicators (WGI), que genera la publicación de indicadores globales e individuales para más de 200 países en seis niveles de gobernanza: estabilidad política, ausencia de violencia, efectividad gubernamental, estado de derecho, control de la corrupción, la calidad de la regulación, entre los más importantes.
Los resultados electorales derivados de la votación del pasado 5 de junio generaron múltiples interpretaciones y sorpresas en toda la geografía tamaulipeca, y deben ser el inicio de una nueva relación entre la ciudadanía, los partidos políticos, los representantes populares y las autoridades gubernamentales para enfrentar los complejos retos que impone el presente y el futuro inmediato de Tamaulipas, bajo la batuta del Gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, el nuevo Congreso del Estado y cada uno de los 43 presidentes municipales.
Y aunque a algunos alcaldes les cueste trabajo entenderlo, la Gobernanza representa la convivencia sana y productiva entre los factores de la sociedad y el rompimiento entre ellos genera desasosiego, desconfianza y muy pobres resultados en la aplicación del estado de derecho.
Para muestra un botón. En un estudio publicado por el Gabinete de Comunicación Estratégica, Reynosa está entre las peores ciudades para vivir del país. En el último año del Gobierno local, encabezado por José Elías Leal se rompió la Gobernanza y la marcada incapacidad del entonces munícipe lastimó y ofendió a los sectores productivos y sociales quienes, dados los pésimos resultados del alcalde en inseguridad, limpia pública, infraestructura, alumbrado público, parques y jardines, así como las filtraciones sobre la grave corrupción en su administración y la impunidad de Elías Leal, su hermano Luis Elías Leal, su tesorero y prácticamente todo su círculo cercano, molestó a la ciudad y exacerbó los ánimos ciudadanos. http://www.gabinete.mx/images/encuestas/rep_ciudadesmashabitables_2015.pdf
Por ello, el pasado 5 de junio la sociedad reynosense fue a las urnas con la claridad de que no querían más de lo mismo y orientaron el sentido de su voto a la Dra. Maki Ortiz Domínguez, quien a partir del pasado 1 de octubre, tiene en sus manos la responsabilidad de recomponer la gobernanza, de reconstruir el tejido social en Reynosa, y de ofrecer opciones a la sociedad a la cual gobierna. Ni es un reto fácil ni Maki tiene mucho tiempo. El Ayuntamiento presidido por Maki Ortiz debe aplicarse y dar resultados inmediatos porque los reynosenses no están dispuestos a esperar mucho. Ya dieron el voto y ahora quieren ver y sentir los resultados.
Y en los últimos días se han registrado ya desacuerdos fuertes con los regidores de su partido y los de oposición, enojos y protestas por parte de los trabajadores de limpia pública y desacuerdos y molestias fuertes con los representantes de los sectores productivos por los nombramientos de los Consejeros en la COMAPA. A decir de quienes observan la situación en Reynosa, se ve que innecesariamente la alcaldesa anda abriendo muchos frentes al mismo tiempo a los cuales debe agregar aquellos que ya traía en contra.
Hoy el tiempo es el peor enemigo de la alcaldesa y de la Ciudad, y debe obrar y manejarse con inteligencia, sentido común y alcance de miras. Si Maki Ortiz Domínguez quiere tener éxito en la encomienda, debe reconstruir la Gobernanza que tristemente le dejó echa añicos José Elías Leal.
Los nuevos gobiernos, en aras de fortalecer la gobernanza, deben impulsar la participación de nuevos y distintos actores en la toma de decisiones, y dar seguimiento a los asuntos de interés público, evaluando permanentemente para medir sus resultados. La gobernanza implica, pues, adoptar las mejores prácticas ciudadanas para monitorear, dar seguimiento y evaluar las políticas públicas.
Este concepto de gobernanza permite visualizar un nuevo modelo democrático con la participación organizada de más actores y ciudadanos. Esta exigencia ciudadana de mejores espacios de expresión y participación justifican fenómenos como las candidaturas independientes, el rechazo a muchos partidos políticos y el voto de castigo contra administraciones deshonestas que no cumplen con las expectativas de desarrollo en favor de la gente.
Hoy, la gobernanza es la posibilidad para generar capital social y establecer mecanismos mediante los cuales los ciudadanos articulen sus intereses, ejerzan sus derechos, cumplan sus obligaciones y resuelvan sus diferencias. Para ello, los gobiernos elegidos deben mantener una relación colaborativa apoyados más en una horizontalidad política, y menos en una verticalidad tradicional.
No se trata, de ninguna manera, de que la sociedad supla las funciones y atribuciones propias del gobierno, sino de implementar esquemas de colaboración en los asuntos de interés común, máxime que, tarde o temprano, los miembros de la clase política dejarán el poder y volverán a su rol de ciudadanos, respirando el mismo aire que los demás, conviviendo con el mismo ambiente natural y viviendo en la misma ciudad o planeta urgidos de sustentabilidad global efectiva.
La gobernanza del día a día se encuentra no sólo a nivel país, sino de forma preferencial en las ciudades, donde se abren espacios a las nuevas ideas de actores sociales, cuya experiencia y conocimiento del territorio permite aportar propuestas más claras y con mayor valor compartido.
Ahí está el reto de esta nueva forma de gobernar: en la construcción de redes efectivas de colaboración que ayuden a los gobiernos de las principales ciudades en la definición de los problemas prioritarios y más urgentes que pueden ser resueltos a escala social. Es decir, nuevas formas de enfrentar los problemas y disolver cualquier impacto social, de determinar los instrumentos y métodos para evaluar las decisiones públicas en un periodo limitado y con recursos limitados.
El futuro del mundo, en términos de decisión política, reside en los alcaldes o jefes de gobierno locales, quienes deben propiciar que las personas colaboren en los diversos procesos para identificar y satisfacer sus necesidades concretas, para encontrar –junto con la ciudadanía– las mejores prácticas o soluciones a los problemas concretos. Los alcaldes deben ser pragmáticos sociales y dominar el management focalizado para solucionar problemas concretos y hacer que las cosas funcionen. Esto es, para construir la Gobernanza en las ciudades, los alcaldes deben hacer vivencial el ejercicio de gobierno a nivel local, colonia por colonia.
Los resultados en las urnas de la pasada elección en Tamaulipas sentaron bases para definir el futuro inmediato del estado, al demostrar que las formas de gobernar están cambiando, que la gente está tomando conciencia de ello y que con el poder de su voto pueden cambiar de opinión en cualquier momento.
Así, la gobernanza se erige como el mejor modelo de comunicación política dentro de las ciudades, considerando la evolución y tendencias de la administración y políticas públicas concretas, la influencia de los liderazgos, la definición de los grupos de interés, el análisis y segmentación colaborativa de tales grupos de interés, la gestión pública necesaria y los elementos para la toma de decisiones, conformando planes de acción y evaluación pública.
PD. 1. Ante la embestida de las aguas en el sur de Tamaulipas, Tampico, Ciudad Madero y Altamira, el Gobernador del Estado, Francisco García Cabeza de Vaca, operó con rapidez para que se aplicaran de inmediato los planes DNIIIE del ejército mexicano y el Plan Marina de la SEMAR.
PD. 2. Corre fuertemente el rumor en los mentideros políticos de que el Coordinador de Comunicación Social del Ayuntamiento de Reynosa, Carlos Tovar, podría dejar su cargo en el muy corto plazo ante el poco o nulo apoyo a su trabajo recibido de la presidenta municipal. ¿Será?
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