ENRIQUE CARDENAS PATEA EL PESEBRE; PIDE ENCARCELEN A CORRUPTOS
¡Cárcel a los corruptos!
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Raúl Hernández Moreno
¡Que se encarcele a ex funcionarios corruptos!, tronó la voz del ex alcalde victorense y ex diputado federal, Enrique Cárdenas del Avellano.
Opinó que con este tipo de acciones y trabajando con transparencia, se podrá retomar la confianza de los ciudadanos en sus autoridades.
Invitó al gobernador Francisco García Cabeza de Vaca a agarrar parejo y encarcelar a los corruptos, y que las investigaciones alcancen a los tres niveles de gobierno.
La corrupción y la impunidad siguen siendo los peores males de los mexicanos y no de ahorita, de toda la vida. Basta leer a los liberales del siglo XIX como a Guillermo Prieto o a Ignacio Ramírez a los conservadores como Manuel Payno, para corroborar que la corrupción y la impunidad son un mal ancestral.
Esto bien que lo saben los políticos y por eso en sus discursos enarbolan las banderas del combate a la corrupción y a la impunidad.
Por eso poca credibilidad se tiene cuando el dirigente nacional del PRI, Enrique Meza enarbola la bandera del combate a la corrupción y sin embargo cobro una indemnización de 1.2 millones de pesos a la que no tenía derecho. Eso es corrupción.
¿Cómo creerle a Josefina Vázquez Mota cuando asegura luchar por un mejor país y recibe más de 900 millones de pesos para su organización Juntos Podemos y no rinde cuentas sobre cómo gasta esos recursos públicos?
¿Le creemos a Andrés Manuel López Obrador cuando tiene 12 años sin trabajar, vive como magnate y asegura no ser dueño de nada?
En un país donde los políticos luchan por ser alcaldes, gobernadores, ministros y presidentes de la república, no para hacer el bien, sino para asegurar el patrimonio familiar por los próximos 60 años, por lo menos, los ciudadanos no aspiramos a tener funcionarios 100 por ciento honestos, nos basta con que roben poquito, como dijo Hilario Ramírez, al que tanto se vilipendio y al final resultó más honesto que los políticos que presumen su honestidad.
Y es que está bien que Guillermo Padrés se haya aprovechado de que era gobernador de Sonora para comprar un rancho, ¿pero 21?, además de robarse el agua y almacenarla en su propia presa.
Está bien que roben, pero que no se manden, suelen decir sobre los políticos quienes están convencidos de que el robo de los recursos públicos es una práctica que posiblemente nunca se destierre en México.
Enrique Cárdenas nos deleitó con una declaración mediática. El sabe que encarcelar a los corruptos es como una quimera.
Lo que sí se puede hacer es ser selectivo en la batalla contra la corrupción. Escoger dos o tres personajes de peso del anterior sexenio y emprender acciones legales contra ellos. Eso mandaría un mensaje claro de quién gobierna y podría servir de advertencia para la actual estructura de gobierno, para que no se manden.
No se trata de emprender una cacería de brujas, pero sí ponerle un alto a tanto abuso. La sociedad está harta de funcionarios que llegan al cargo con un patrimonio “equis” y al cabo de tres, de seis años, terminan dueños de ranchos con miles de hectáreas, con residencias en muchas ciudades, carros de lujo, cuentas en múltiples paraísos bancarios y con un guardarropa donde los calcetines más baratos son de 60 dólares.¡Cárcel a los corruptos!