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‘En Tamaulipas, Tómas Yarrington entregó la policía al narco’: Humberto Padgett

El periodista publica ‘Tamaulipas. La casta de los narcogobernadores: Un eastern mexicano’.

Desde 2008, Humberto Padgett ha hecho del crimen organizado su objeto de investigación. En el camino ha publicado Las muertas del Estado, Retrato íntimo de un padrote, Jauría. La verdadera historia de un secuestro en México y Guerrero, los hombres de verde y la dama de rojo. Su investigación más reciente es Tamaulipas. La casta de narcogobernadores: Un eastern mexicano (Urano), donde examina a un estado que en los últimos años ha estado cooptado por el narcotráfico y que por primera vez tendrá un gobierno panista encabezado por Francisco Javier García Cabeza de Vaca, hombre a quien el propio Padgett ubica como alguien más cercano a las agencias de seguridad estadunidenses que al narco.

La presencia del tráfico de drogas en Tamaulipas viene desde la década de los treinta, expone en el libro.

Las condiciones de la frontera, una clase política históricamente corrupta y las características particulares de intervención de la federación en Tamaulipas han alentado el fenómeno. Primero con Emilio Portes Gil, Miguel Alemán Valdés y finalmente con las políticas antidrogas decididas desde el centro y Estados Unidos que implicaron entre otras cosas el despliegue de fuerzas especiales que desertaron bajo el nombre de los Zetas.

Dedica un importante espacio Juan N. Guerra, todo un personaje en la consolidación del narcotráfico.

En la historia criminal mexicana se tiene que reconsiderar la figura de Juan N. Guerra, tuvo vigencia en el crimen durante setenta años; más que el Chapo Guzmán quien la tuvo dos sexenios. Don Neto Fonseca y Caro Quintero, tuvieron vidas criminales relativamente cortas. Juan N. Guerra sobrevivió a varios cárteles y guerras, no sólo hizo trasiego de drogas. Sólo pasó unas cuantas horas en la cárcel y por un asunto de apuestas. Nunca estuvo en riesgo de ser extraditado o de ser abatido. Despachó desde su cantina, el Bar Piedras Negras. Mató a su esposa, una actriz reconocida. Mató al hijo de Pancho Villa. Y tuvo impunidad. El aparato lo apoyó. Su figura sirve como elemento definitorio de la narco política.

¿Cuándo Guerra pacta de Miguel Alemán es un punto de inflexión en el crecimiento del crimen organizado?

Juan N. Guerra trasciende perspectivas de los presidentes. Empieza a hacer negocios en el momento en que Emilio Portes Gil extendía su sombra en lo local y nacional. Cuando Miguel Alemán Valdés diluye lo que queda del callismo envía gente a pacificar y recuperar Tamaulipas. Juan N. Guerra sobrevive a eso y a los presidentes posteriores. Fue una especie de Fidel Velásquez del crimen, un todo poderoso. Todavía sobrevive a los presidentes de corte neoliberal, incluso su cartel se potencia con Carlos Salinas de Gortari.

Quien lo conoce por la vía de su padre.

Sí, Raúl Salinas Lozano es de Aguas Leguas, Nuevo León, ciudad que pertenece a la dinámica de Tamaulipas. Juan N. Guerra apadrina, por decirlo así, a Raúl Salinas de Gortari quien según varias biografías, era quien tendría que haber sido presidente.

¿Hasta dónde llega la herencia de Juan N. Guerra?

Hasta los muertos de San Fernando. Es un empresario interesante pero ante todo es un criminal y corruptor de gobernadores. Heredó el poder a su sobrino, Juan García Abrego, quien opta erróneamente por la confrontación con el Estado. Incluso el propio Juan Nepomuceno Guerra declaró en una rara entrevista que le dio a Proceso en los noventa, que no había otra opción para su sobrino más que ser detenido y extraditado. Sabía que con el gobierno negocias, no peleas. García Abrego cede la silla a Oziel Cárdenas Guillén, quien es bastante distinto en términos empresariales. Llega asesinando a su amigo, Salvador Gómez –por eso le llaman ‘El mata amigos’-, y él es quien hace la alianza con los Zetas. El mismo Cárdenas Guillén es el primero en comprar a un gobernador. Según los documentos Oziel, da dinero a Tomás Yarrington, mandatario de Tamaulipas, lo que representa una fractura del gobierno con su sociedad.

Ernesto Zedillo es quien manda a los Zetas a Tamaulipas.

Sí, Zedillo mandó a los Zetas para que golpearan al Cartel del Golfo; envía a los Gafes quienes en algún momento convienen con Oziel Cárdenas Guillén la venta de protección. En su avanzada, Zedillo sólo logra artillar al Cártel del Golfo y eso representará en el futuro, una vuelta de tuerca considerable a la violencia que vendrá durante el sexenio de Calderón. Con Zedillo se a fortalece el Cártel de Sinaloa.

¿Cada presidente tiene su cartel?

Sí, al menos y claramente desde Miguel de la Madrid, quien apoya al protocartel de Guadalajara, que reúne a los grandes señores de Sinaloa: Manuel Salcido Uzeta “El cochiloco”, Don Neto, Miguel Ángel Félix Gallardo. Su operador fue Manuel Bartlett, hoy cercano de Andrés Manuel López Obrador. Con Salinas se fortaleció el Cártel del Golfo; con Zedillo, los Arellano Félix; con los panistas, es Sinaloa y el ‘Chapo’ Guzmán.

¿En qué momento truena la violencia en Tamaulipas?

Cuando Tómas Yarrington comete el error político de entregar las policías al narcotráfico. Supone que los mantendrá subordinados, no ve que en realidad ya no es una sino dos estructuras que van camino a la aniquilación. Ocurre lo mismo con Eugenio Hernández Flores, en 2005 recibe 25 millones de dólares en dos ocasiones a manos Heriberto Lazcano Lazcano por los mismos tratos. Los gobernadores de Tamaulipas vendieron el alma a quien no tiene otra capacidad más que la del ejercicio de la violencia. El narcotráfico tiene una estructura compleja por las características de ilegalidad pero también porque es comercio internacional. Los Zetas en cambio sólo tienen capacidad de matar. Fueron creados para combatir elementos subversivos pero también para crearlos. En 2009 rompen Zetas y Golfos, entonces el gobierno tiene que negociar lo mismo con dos que están confrontados entre sí, es cuando asesinan al candidato Rodolfo Torre Cantú.

¿Cómo lee el secuestro de Alan Pulido?

El secuestro me parece real, en Tamaulipas está práctica es empresa de los Zetas. La historia de la liberación es terrible, el procurador Quintanilla no tendrá credibilidad ni ante sus hijos. Alan Pulido es un atleta pero estos son profesionales de la violencia. Lo secuestraron para negociar. ¿Qué se negoció? A mí me dicen que cuatro zetas pero no sé.

¿Qué opinión le merece Francisco Javier García Cabeza de Vaca?

El PRI pierde porque la sociedad se siente agraviada. Cabeza de Vaca es un hombre muy cercano a las agencias de seguridad de Estados Unidos, esa es una fortaleza política ahora, no sé después. Ignoro si veremos una reestructura en Tamaulipas. Recordemos que Eugenio Hernández fue el coordinador de campaña para el norte de Peña Nieto; y Yarrington declinó por Arturo Montiel, en su pretensión por ser candidato del PRI en 2006. Cabeza de Vaca está en peligro de ser un Fox tamaulipeco. Para resolver el problema de la seguridad necesita a la Federación, el problema es que cuando el presidente se otorgó impunidad con el tema de la Casa Blanca dejó inamovibles acciones en contra de quien fuera. ¿Cuál es la autoridad moral de este presidente para ir en contra de alguien? Ojalá vaya por Javier Duarte, pero no creo que lo haga contra Tomás Yarrington o Eugenio Hernández. ¿Puede ir en contra de eso Cabeza de Vaca? No sé.

http://aristeguinoticias.com/1206/lomasdestacado/en-tamaulipas-tomas-yarrington-entrego-la-policia-al-narco-humberto-padgett/

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