EGIDIO TORRE CANTU; GOBIERNO ASESINO
Por: Mauricio Fernández Díaz
“Es una guerra de exterminio en contra de la sociedad civil, con carteles que diariamente realizan labores de mercadotecnia con mensajes clavados en el pecho de algún civil, cartulinas pegadas a cabezas cercenadas de su tronco o mantas colgadas de céntricos puentes peatonales.”
Tamaulipas llegó ya al punto de quiebre; Cabezas en hieleras, niños asesinados, mujeres y hombres ejecutados cotidiana e impunemente exhiben crudamente no solo a un estado fallido, sino más allá; Muestran el rostro de un estado asesino, socio y cómplice del crimen organizado ambos entretejidos en una sangrienta alianza en contra de una sociedad civil inerme, hastiada de ser rebaño que solo espera turno para ser pasado a cuchillo, literalmente.
Decimos Gobierno por llamarlo de esa forma solamente, ya que este como tal es inexistente en Tamaulipas
Uno de los deberes primarios de cualquier gobierno es garantizar la seguridad e integridad de sus gobernados y en esta y muchos otras áreas Egidio Torre Cantú simplemente no solo ha fracasado, se volvió parte de este brutal genocidio al aceptar entregar a Tamaulipas a esas oscuras fuerzas que hoy aniquilan sin piedad a la sociedad civil sin que el estado o la federación hagan algo para detener la masacre.
Egidio Torre se ha convertido en una sombra, en un gobernador de ornato; timorato, a unos meses de entregar el poder no es capaz de
dar la cara por una población que grita, que exige del mandatario acciones prontas y efectivas; enconchado cobardemente en un silencio cómplice, ve caer despedazado a su “Estado fuerte” sin tener siquiera los arrestos como para emitir una declaración condenando los hechos y exigiendo a su Secretario de Seguridad resultados concretos e inmediatos.
Egidio Torre Cantú, quien se ha convertido ya en el más repudiado de los gobernadores (y vaya que tiene duros competidores) que ha tenido Tamaulipas comvirtió su casa, Ciudad Victoria en un rastro humano, en tierra de nadie en donde facciones rivales han tomado la ciudad como rehén y en donde el gobernador se ha convertido en su más valioso aliado.
Es una guerra de exterminio en contra de la sociedad civil, con carteles que diariamente realizan labores de mercadotecnia con mensajes clavados en el pecho de algún civil, cartulinas pegadas a cabezas cercenadas de su tronco o mantas colgadas de céntricos puentes peatonales.
Y no hay manera en que Egidio Torre pueda alegar inocencia; con un solo dato puede seguirse la punta de la madeja que une a su gobierno, a su gabinete, con el narco; Su ex jefe de escoltas fue el autor intelectual del asesinato de quien fuera jefe de inteligencia en Tamaulipas, Salvador Haro Muñoz.
José Manuel López Guijón, se desempeñó como jefe de escolta de Egidio Torre Cantú, y de acuerdo a las investigaciones realizadas por la PGR, trabajaba para la organización delictiva denominada “Z”.
Haro Muñoz murió en una emboscada que le tendieran en Ciudad Victoria, y después de esos hechos efectivos del Ejército mexicano detuvieron a 10 elementos de corporaciones de policía estatal quienes declararon que López Guijón les había dado la orden de avisar a sicarios de los Zetas para que pudieran ejecutar a Haro Muñoz.
¿Así o más claro el contubernio de Egidio y su gabinete con quienes han estado masacrando, sangrando, extorsionando a la sociedad civil tamaulipeca?
¿Se entiende ahora él porque este señor debería ser investigado y juzgado por delitos de lesa humanidad en contra de los tamaulipecos? ¿Se comprende por qué se le conoce como protector de narcos?
Y ahora, uno más de esa camada genocida (Cavazos Lerma, Tomás Yarrington, Eugenio Hernández, Egidio Torre) pretende llegar a gobernar nuestro estado.
Tan evidente es el lazo que los une, que el mandatario genocida mando a Guillermo Martínez, uno de sus más conspicuos “hombres de confianza” con todo lo que esto significa, a apoyar la campaña de Baltazar Hinojoza, ese candidato que, al igual que Egidio no ve ni oye los gritos desgarradores de una sociedad ahogada ya en su propia sangre, inmolada ante la mirada complaciente de este gobierno convertido es su verdugo.
Seguramente “Memo” Martínez será el conducto, el negociador entre las mafias que se disputan el territorio y el candidato priista.
De eso sabe, y mucho el nuevo Coordinador de Comunicación Social y Estrategia de Baltazar Hinojoza Ochoa.