Estado

Peña y la espina en su zapato, Ayotzinapa

Escenario Político

Marco A. Torres de León

Va una reflexión acerca del otoño, la estación del año que nos llena de nostalgia.

El otoño es inconfundible por sus vientos del norte, por sus remolinos de aire circundante que envuelven la faz del hombre y la acarician.

El otoño se percibe cuando los árboles tienen voz, cuando emiten un sonido encantador y subyugante que cautiva.

Yo llamo al otoño, el ciclo donde los árboles y el viento entablan acuerdos para ofrecer al ser humano hermosos conciertos de silbatina. Sonidos Inigualables. Es único el sonido de los árboles cuando el viento les acaricia.

El otoño -sin pretenderlo- me hizo cómplice de la naturaleza. Me volvió amigo de Dios.

En lo personal el otoño me acerca más a Dios. Me acerca más a aquello que pensé estaba perdido; pero que nunca se fue. Pudo ser un viejo amor, un gran amigo o una hermosa esperanza…

Pasemos a otro tema.

El espíritu persecutor del gobierno peñista contra estudiantes normalistas se evidencia tras la filmación de un video donde patrullas de la policía estatal de Guerrero agreden a punta de garrote a los jóvenes de Ayotzinapa.

El video comenzó a circular esta tarde por redes sociales Facebook y Twitter, generando coraje y estupor entre los cibernautas, pues se preguntan: ¿No bastaron los 43 desaparecidos del año pasado 2014, suceso catastrófico que puso al gobierno de rodillas frente al pueblo mexicano?

El suceso plasmado en video es importante en sí por ser prueba de descargo contra la represión sufrida por el estudiantado desde que Enrique Peña Nieto gobierna al país.

En la escena se ve cómo dos autobuses Estrella de Oro son perseguidos a gran velocidad por 3 o 4 patrullas estatales.

La persecución es digna de una trepidante escena de largometraje pues en un momento de arrojo, locura u osadía que bien pudo costar la vida a los policías de la patrulla persecutora, rompieron el cristal de un autobús con garrote en mano.

La idea era clara, detener el autobús a como diera lugar, aún a costa de quedar volcado a media carretera

Una vez rotos los vidrios de la ventana los policías arrojaron gases lacrimógenos, factor que provocó que el autobús frenara deteniéndose.

Una vez a su merced los estudiantes fueron literalmente aplastados por la policía estatal y federal de Guerrero y encarcelados. Humillantemente fueron llevados a prisión, cual viles delincuentes.

El acto violento en sí, sería uno más de las decenas de sucesos que diariamente vivimos en el México de hambre y sed de justicia que existe.

Lo preocupante es que no conforme con tener al país de cabeza en el rubro educativo, el gobierno de Enrique Peña Nieto insiste en echar más leña al fuego; en este caso asolando a chicos estudiantes.

Aparentemente quedó olvidado el caso de La Casa Blanca y La Casa de Malinalco, casos de corrupción rampante que mostró la real cleptocracia vivida en México.

Cleptocracia, como agregado cultural quiere decir, gobierno de ladrones.

Acaban de mandar a más de 5 maestros de la CNTE al penal del Altiplano en Almoloya, Estado de México, exactamente al mismo penal de alta seguridad desde donde El Chapo Guzmán se fugó hace 4 o 5 meses, tras lo cual no ha podido ser apresado.

Es decir, salió un peligroso huésped de Almoloya y entraron cinco charalitos inofensivos de la CNTE

El año pasado el caso Ayotzinapa casi le cuesta la chamba a ENRIQUE PEÑA NIETO, estando a punto de generarse un caos político pues el hartazgo social llegó a su límite.

Por poco y Peña no la libra.

Lo sorprendente es que no conforme con no resolver el multi homicidio y la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, cuyos rostros no se olvidan aún, el gobierno continúa su campaña punitiva contra ellos.

Cierto, la escuela normal rural de Ayotzinapa, Raúl Isidro Burgos goza de mala fama, desde el punto de vista del gobierno por haber egresado de ahí guerrilleros famosos que le dieron batalla al gobierno hace ya varias décadas, en los años 60 o 70.

Lucio Cabañas fue un maestro rural egresado de esa escuela, era un altivo mestizo orgulloso de su raza que luego de dar clases -tras acabar su carrera de maestro- a su alumnado fundó en Partido de los Pobres.

Ese partido le dio batalla al gobierno. Desde entonces han existido gobiernos que tienen tirria a los maestros normalistas. El cliché difícilmente se lo podrán quitar.

Volvamos al suceso (la persecución) de hoy,

Todo ocurrió en un tramo carretero entre Chilpancingo-Tixtla Guerrero.

Alguien se pregunta: ¿Por qué el gobierno de Enrique Peña Nieto no persigue delincuentes?

¿Por qué necesariamente estudiantes?

Queda claro que el gobierno federal gusta de echar leña al fuego. Muchas veces, sin haber necesidad.

Pasemos a otro tema.

Es tan absurda la estrategia del gobierno de Enrique Peña Nieto y del PRI nacional contra AMLO, que de tan absurda resulta increíble; mueve a hilaridad y a enojo.

Es como calificar a Andrés Manuel López Obrador de “populista” o “fascista”, cuando no gobierna. Una acusación debe estar sustentada con hechos.

Pero como AMLO no está gobernando, no existen hechos ni pruebas.

El atacante, el que acusa debe saber dos cosas. Mejor dicho, tres.

Una, no se le puede calificar a alguien (a AMLO en este caso) como lo han calificado cuando no está gobernando.

Lo extraño es que quien lo ataca sí gobierna. Hay una sinrazón ahí.

Pareciera que AMLO es el presidente de México y el PRI la oposición.

Para acusar hay que tener sentido de oportunidad y de vigencia.

En este caso no es oportuno, ni creíble y los calificativos contra el dirigente nacional de Morena carecen de total sentido.

Los calificativos tienen vigencia. Hay tiempo donde aplican y donde no aplican…

Quizás cuando gobierne, si es que llega a gobernar, sí apliquen. Ahora simplemente no…

Bien, hasta aquí por ahora.

Aunque no nos despediremos sin antes redactar lo siguiente, asunto que alude al Mante.

Cuatro cosas que has visto en El Mante y que no verás nunca en otro lugar del país, por contar sello propio de identidad.

-La fórmula de los verdaderos tacos rojos.

-El nombre de las “Julias”, nombre que se le designaba a los viejos camiones urbanos hoy en desuso.

Las “Julias” ya no existen. Fueron desplazadas por los típicos carros compactos de ruta.

-Las avionetas amarillas (retro) de la segunda guerra mundial, mismas que cuando se les ocurre a sus pilotos, surcan escandalosamente los aires de la ciudad.

-Los 16 o 18 canales de agua limpia que cruzan, atraviesan o circundan la ciudad.

Bien, ahora sí es todo, nos leeremos en breve.

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