Estado

Prisas y apuros

Maremágnum
Mario Vargas Suárez

Inicio mi comentario con una nota que me hizo llegar Juan Carlos Nava Zapata, estudiante de Ciencias de la Comunicación de la facultad de Derecho Victoria de la Autónoma de Tamaulipas, con el aviso del Concurso de Disfraces Luces, Terror y Fantasía.
La convocatoria a este concurso tiene como objetivo proporcionar a la comunidad estudiantil universitaria, un espacio recreativo y de convivencia que premie el arte, la creatividad, la originalidad y el desenvolvimiento escénico de los concursantes. Los premios van de 3 mil, 2 mil y mil pesos.
Los estudiantes de esta facultad interesados en participar pueden registrarse en el Departamento de Diseño y Medios Audiovisuales de la Facultad de Derecho, con una copia de la credencial de la universidad.
El magno evento será el jueves 29 de octubre a partir de las 6 de la tarde en la Techumbre de los edificios A y B, del Centro Universitario Victoria.
Ahora sí, entrando en materia, le comento que el domingo pasado los relojes de la mayor parte del país se atrasaron una hora con motivo del cambio de horario, por lo que ayer lunes parece fue un caos en el área laboral y escolar de los tamaulipecos y del país.
Aclaro que cambiamos horario en la mayoría de poblaciones en el país, porque las ciudades fronterizas de Tamaulipas como: Camargo, Díaz Ordaz, Guerrero, Matamoros, Mier, Miguel Alemán, Nuevo Laredo, Reynosa, Río Bravo y Valle Hermoso, cambian hasta el primer domingo de noviembre, es decir el 1°, el día de Los Muertos Chiquitos.
El origen del cambio de horario no es nuevo, ni siquiera del siglo pasado. Se remonta al año de 1784 cuando Don Benjamín Franklin -entonces embajador de los Estados Unidos en Francia- envió una carta al diario Le Journal de París, para proponer algunas medidas en el ahorro energético.
Las ideas de Franklin se centraron en 1) Imponer un impuesto a las personas cuyas contraventanas impidiesen la entrada de luz a sus habitaciones. 2) Regular el consumo de cera y velas. 3) Repicar las campanas de la iglesia al amanecer para que todo el mundo se levantase a la misma hora.
El repicar de campanas sigue aplicando hoy en día en ciudades de todos los tamaños, además de pueblos y rancherías. En su momento las propuestas de Don Benjamín Franklin no se tomaron en serio… pero la iluminación con gas y su peligrosidad hicieron replantear el tema del ahorro energético.
La primera vez que se aplicó este cambio de hora fue durante la Primera Guerra Mundial. Desde entonces, no hubo cambio de hora hasta la crisis del petróleo de 1973, a partir de la cual algunos países modificaron su horario oficial con el objetivo declarado de aprovechar mejor la luz solar, de manera que se consumía menos electricidad.
En México solo una comunidad llamada Nueva Jerusalén -también conocida como La Ermita- del municipio de Turicato, en la ‘Zona Caliente’ de Michoacán, se niega al cambio de horario y desde su fundación hasta nuestros días, todo el año permanecen con el horario de invierno.
2533 son los habitantes registrados por INEGI en el censo de 2010, pero la gente de Nueva Jerusalén se ha caracterizado por ser enérgica en sus determinaciones, lo confirma su propia historia.
Nueva Jerusalén, se fundó en 1973 como un territorio religioso dentro de las tierras del Municipio de Turicato, para dar cumplimiento a la visión de una anciana que dijo transmitir las órdenes de la Virgen del Rosario al párroco del Puruarán.
La creación de esa comunidad estaría “protegida por la divinidad” y el cura desde entonces fue conocido como “Papá Nabor” y a la anciana que se cita como «Mamá Salomé».
Curiosamente, ‘Papá Nabor’ envió mensajes ‘divinos’ a la gente por lo que el grupo de seguidores se multiplicó rápidamente. Solo en 1980 INEGI computó 3795. Las autoridades de la Iglesia católica excomulgaron a «Papá Nabor» por sus excesos.
Los excesos de ‘Papá Nabor’ como líder espiritual provocaron el quebrantando constitucionales del país, lo que provocó la división de bandos.
Actualmente las autoridades de Secretaría de Educación Pública tienen el acceso restringido a Nueva Jerusalén, alegando que la ciencia lleva a la inmoralidad y el pecado, por lo que la educación debe estar basada en un dogma de fe.

Comentarios: mario.vargas@starmedia.com

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