Estado

2 de octubre no se olvida

Maremágnum
Mario Vargas Suárez

Seguramente este grito –como el título- será el que cientos y quizá miles de voces se levanten al conmemorar la Matanza de Tlatelolco, la matanza de la Plaza de las Tres Culturas, en el D.F.
Hoy hace 47 años, en ése emblemático lugar de la ciudad de México, los cuerpos sin vida de niños, mujeres, ancianos y estudiantes, cayeron por las balas asesinas del Batallón Olimpia, compuesto por la entonces Dirección Federal de Seguridad y el Ejército Mexicano.
Los jóvenes que hoy griten ¡2 de octubre no se olvida! a lo largo de algunas calles del Centro Histórico de la ciudad de México, seguramente solo han recibido la consigna de alterar el orden público, pero indudablemente ninguno tiene la conciencia de lucha por el genocidio de Tlatelolco.
El movimiento estudiantil de 1968 fue un movimiento social donde participaron estudiantes de la UNAM, IPN, y otras instituciones como preparatorias y universidades.
Lo sorprendente es que además se incluyeron –voluntariamente- profesores, intelectuales, amas de casa, obreros y profesionistas en la Ciudad de México.
Todo empezó porque la policía del Distrito Federal, en julio del 68, reprimió muy violentamente una gresca entre estudiantes de la Preparatoria Isaac Ochoterena, incorporada a la UNAM, y los de las escuelas Vocacionales 3y 5 del POLI, durante un partido de futbol americano.
El pleito se armó en el campo de futbol y las fuerzas del ‘orden público’ llegaron repartiendo golpes con macanas y armas, solo que se les pasó la mano y enviaron al hospital a una decena de estudiantes, otros fueron encarcelados y otros más desaparecidos.
El hecho indignó a la grey estudiantil y empezaron las manifestaciones y mítines por doquier y la misma ciudad de México se vio envuelta en presiones estudiantiles que pedían la destitución de los ‘gorilas’ con uniforme. Así hasta que se conformó el Consejo Nacional de Huelga (CNH).
El CNH exigía del gobierno federal 1) La libertad a los presos políticos; 2) La Derogación de los artículos 145 y 145 bis del Código Penal Federal –que instituían el delito de disolución social que sirvió como instrumento jurídico que justificaba la agresión sufrida por los estudiantes–.
También como 3) Desaparición del Cuerpo de Granaderos; 4) Destitución de los jefes policíacos; 5) Indemnización a los familiares de todos los muertos y heridos desde el inicio del conflicto; y finalmente, 6) Deslindamiento de responsabilidades de los funcionarios culpables de los hechos sangrientos.
Los responsables ante la sociedad mexicana y del mundo fueron el presidente Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970) y el Secretario de Gobernación Luis Echeverría Álvarez –quien por cierto heredó la presidencia del país para el sexenio 1970-1976. Además se asumió que la CIA tenía infiltraciones.
Durante muchos años la acción gubernamental pretendió ocultar información sobre el dos de octubre de 1968, por lo que se desconocen muchos datos como el número de muertos, heridos y desaparecidos exactamente.
Un corresponsal de la BBC de Londres en México de nombre Julian Petiffer, asegura haber presenciado la matanza diciendo que “En una destacable demostración de estupidez y brutalidad, o ambas juntas, el ejército y la policía pasaron fuego de ametralladores por miles de manifestantes pacíficos y gente que iba de paso por el lugar…”
Sin lugar a dudas el mejor libro sobre el dos de octubre de 1968 es “La Noche de Tlatelolco” de la escritora mexicana Elena Poniatowska Amor.
La editorial de La noche de Tlatelolco dice que es quizá el libro mexicano más reeditado de los tiempos recientes, porque Poniatowska reunió numerosos testimonios cruciales, vivos, asustados, indignados, dignos, valerosos, desafiantes, de los trágicos días de octubre de 1968.
Le aseguro que la intensidad de la crónica en este libro, el dolor del testimonio y la fuerza avasalladora de la denuncia, confiere a este libro su condición ejemplar. Ha sido, un modelo tanto por su concepción y su factura como por su resonancia: es historia viva, memoria rebelde, arma contra el silencio. Como tal, La noche de Tlatelolco es el libro emblemático de México en las últimas décadas.

Comentarios: mario.vargas@starmedia.com

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