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Divino tesoro…

VIDA DIARIA
Por: Rosa Elena Gonzalez

Juventud, divino tesoro, época de ilusiones y pasiones, amores y desamores, rebeldías y realidades, de vivir la vida, sí, pero con responsabilidad, de hacer conciencia de que todo lo que hagan marcará sus destinos.

Es en esa hermosa época cuando se le debe dar el justo valor a las cosas, más porque en estos tiempos ya no se vale ser rebelde sin causa, ahora se requieren jóvenes bien encausados, capaces de trazar sus metas, con rumbo fijo y objetivos claros.

Una juventud preparada, bien informada, con cimientos sólidos, valores, sentido común y humanístico, es factor de desarrollo, los jóvenes productivos son sinónimo de éxito, de ahí el compromiso de padres de familia, Gobiernos y sociedad de contribuir para que nuestro México sea un país de muchachos forjadores de futuros prometedores, para la grandeza de la nación.

Claro que los jóvenes también deben contribuir, no dejar pasar la vida sin sentido ni motivo, al contrario, ver en cada día es una puerta abierta, una oportunidad, valorar lo que se tiene, pero luchar por estar mejor.

La juventud es un proceso relacionado con la educación, cambios experimentales de conducta de todas las personas la preparación para su ingreso al mundo productivo y es la construcción de la identidad firme de cada individuo.

En la JUVENTUD es la época de construir cimientos, de invertir un tiempo y un esfuerzo en preparar lo que quieren ser, que en ocasiones no darán frutos inmediatos, pero la inversión realizada será necesaria para poder construir sobre bases sólidas la torre monumental de sus propias vidas.

También es la época más especial, para disfrutar intensamente cada momento, cada instante que le quieras robar a la existencia, es el espacio en que muchas veces poco preocupa el mañana porque se cree que es demasiado incierto para hacer planes.

Pero hoy los jóvenes deben tener claro que en ese espacio de vida es el momento en que se prepara para el futuro, es la época de sembrar las semillas para poder cosechar experiencias, triunfos y sabiduría.

Ellos, los jóvenes no deben perder de vista sus objetivos, menos el humanismo porque eso es lo que les permitirá tener una vida armoniosa, plena y feliz, disfrutando todo lo que se haga pero siempre viendo hacia delante esperando que el mañana sea mejor que el ayer, así, en el futuro se darán cuenta si las semillas que sembraron fueron buenas, limpias y sanas, verán nacer árboles frondosos con sus ramas llenas de flores de bondad, entre sus hojas revoloteará algarabía y trinos de amistad, generarán aire de pureza y tranquilidad y su sombra será el cobijo del dulce fruto de los triunfos.

Pero si la semilla de comportamiento en la juventud es mala, podrida y llena de impurezas, aunque la tierra sea fértil, jamás verán germinar nada, no crecerá más que una enredadera rastrera, temporánea y estéril, tristemente la soledad y olvido se apoderará de su ser y alma sin esperanza de ver un mejor mañana.

Juventud, divino tesoro, tiempo de adquirir conocimientos que servirán como instrumento para alcanzar el éxito, de reafirmar valores que marcarán lo bueno y lo malo, es cuando las convicciones se defienden y se fortalece el carácter que será el factor determinante para el crecimiento integral.

La juventud es la época de la vida en que un ser humano, por sí solo, debe ser responsable de su salud y no minarla con acciones que pueden perjudicar de manera definitiva su cuerpo, su mente y su espíritu, es la época donde se inician las bases emocionales pero también se ve al prometedor horizonte.

Por lo tanto muy atentos deben estar los jóvenes para no perder el rumbo de sus vidas, ya que es en esa época cuando más se cae en tentaciones, que se hacen cosas por imitación más que por convicción y es entonces cuando se puede naufragar en un mundo hostil y lleno de maldad, razón por la que es mejor estar bien informados, prepararse para el futuro, porque no siempre se tendrá la juventud, el divino tesoro.

Ejemplo de jóvenes comprometidos con ellos mismos, su familia, su entorno, su Estado y la patria hay muchos, para muestra, la jovencita DELIA ITZEL LOPEZ DUEÑAS que recibió el Premio Nacional de la Juventud por su destacada trayectoria aportando al mundo ciencia y tecnología y que es orgullosamente victorense, o el joven ISAC MARTINEZ que gano el tercer lugar mundial en matemáticas, así como todos los que enfrentan la vida con valentía, desde los que estudian hasta los que salen a trabajar para vivir y lo hacen con entusiasmo y alegría.

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