Un cuento que dio vuelta al mundo, la fuga
ESCENARIO POLÍTICO
Por Marco Antonio Torres De León
Cosas sorprendentes están ocurriendo, desde 2012, para intentar que Enrique Peña Nieto renuncie al cargo o bien, que deje de ejercer el autoritarismo como forma de gobernar.
Su alma genocida y corrupta también es criticada.
Casos de desobediencia civil están ocurriendo, pero que más que sorprender, son signo de hartazgo.
En periodismo hay señales de que muchos comunicadores están al lìmite de su paciencia.
Y comienzan a caminar por un hilo muy delgado.
Varios comunicadores están yéndose de la lengua, por llamarlo así, so pena de ser corridos de sus trabajos, como le pasó a Carmen Aristegui, cuando desde Los Pinos se giró una instrucción de despido fulminante.
Por ejemplo, “Brozo”, el payaso que trabaja para Televisa tomó la batuta en el renglón de agudizar su crítica al Presidente.
Lo hizo junto a otros comunicadores como Rafael Loret de Mola, por cierto padre del periodista y presentador de noticias de Televisa, Carlos Loret de Mola..
Parece que las críticas de ambos no son un juego, ni son payasadas.
Los misiles que estos reconocidos comunicadores lanzan, son de verdad, balas mortales que llegan a las conciencias, en razón del vasto espectro de oyentes que alcanzan.
En sus últimas intervenciones en pantalla, “Brozo”, no quita el dedo del renglón, pide en voz alta la renuncia del presidente Enrique Peña Nieto.
Por negligente, por no oír al pueblo, por permitir corrupción, son varias de sus argumentaciones.
Y lo último, la gota que derrama el vaso, motivo de crítica ácida, fue la permisión de Los Pinos -según el periodista- de permitir el escape del Chapo Guzmán, noticia que dio vuelta al mundo.
Lo que Brozo hace es sorprendente porque trabaja para Televisa, una corporación privada ligada al poder de Peña Nieto, desde antes de su asunción al poder.
Brozo sabe los riesgos de su profesión. Y debe tener muy presente lo que le pasó a Carmen Aristegui cuando se sobregiró en su labor periodística en el tema de “La Casa blanca”.
Pasemos a otro tema. Es hora.
El cártel más peligroso no es el que lidera el señor de los túneles, ni el Hombre “Topo” como también lo llaman, es más, ni siquiera lo son los 89 cárteles existentes en el país.
El más peligroso cártel que existe en México, parece ser, es el de Los Pinos, pues desde ahí se solapan masacres, actos genocidas, desapariciones, levantones, arrase de pueblos enteros a punta de metralla, cayendo -sus pobladores- bajo el implacable fuego de las balas.
Las noticias son malas en México desde 2012. Cuando cambió el esquema de gobierno, yéndose Felipe Calderón Hinojosa a casa; desde entonces todo cambió.
Es desde entonces cuando niños, jóvenes, campesinos, estudiantes, obreros, han sucumbido ante la fuerza del Estado, a través de su brazo armado, las policías y el ejército.
Ejemplo de lo anterior acaba de ocurrir hace dos días en Ostula, Michoacán, donde dos niños murieron bajo las balas, una de las balas le impactó a un niño de 12 años justo al lado de su ojo derecho, quedando incrustada en su cerebro.
El niño salía de una humilde tienda luego de comprarle pañales a su hermanito menor.
Otra niña murió en el mismo acto, víctima de la violencia paralela ocurrida ese día; posteriormente moriría un anciano del pueblo de Ostula, cayó bajo el fuego mismo.
Nos cuesta admitir lo siguiente, pero hemos de decirlo con todo el dolor del mundo…!cuánto se extraña el sexenio de FELIPE CALDERÓN y a su mandado, pues aquél michoacano chaparrito al menos ordenaba combatir a los señores de la delincuencia y valientemente todos se la rifaban en calles y callejuelas de pueblos enteros del país.
Era pleito entre ambos bandos, ejército y señores de la delincuencia.
Pero nunca atacaban al pueblo, ni a civiles inocentes.
Eso significaba romper la ética que rige a los más cruentos asesinos, y que a donde van aplican como regla no escrita. No dañar a seres inocentes.
Con Enrique Peña Nieto la orden fue expresa desde el primer día: “No molesten a los varones de las tinieblas. Déjenlos trabajar”.
Con él como presidente de México las órdenes son otras: “Repriman a los que se alzan contra el gobierno, a todos sin excepción”.
Fue así como en Ayotzinapa, Guerrero, desaparecieron 43 jóvenes estudiantes. Fue así como Carmen Aristegui perdió su empleo, fue así como los más multimillonarios contratos van a dar a manos de sus amigos cercanos.
Es la rampante corrupción en grado superlativo, la que se enseñorea hoy por hoy.
Mejor pasemos a otro asunto…
El país se revuelve en medio de sus estertores.
No soporta más el hilo de injusticia que lo sostiene fragilmente desde que Enrique Peña Nieto llegó al poder.
Desde su llegada a Los Pinos, los mexicanos empezaron a sufrir despidos y cierres de fábricas, mientras que miles de obreros eran puestos de patitas en la calle.
Es una plutocracia la que aquí se vive desde 2012. Es el poder de los ricos.
Es una cleptocracia la que aquí se vive, es el gobierno de los ladrones.
El genocidio sigue siendo una constante en Michoacán, Guerrero, Chiapas, Oaxaca, Estado de México y en diversos estados, con el registro de la muerte de niños, de ancianos, obreros, autodefensas y de estudiantes a manos de policías y del ejército.
Es una nación que se revuelve herida en sus dolores de parto, producto de su genética errónea, de su mal destino manifiesto, misma que lo hizo perder su dignidad.
La corrupción rampante a todos niveles hizo que escapen por túneles los señores del narco, mientras unos cuántos recibían el pago de su corrupción.
En México a la injusticia la llaman justicia, y a la grandeza, mediocridad.
No vale un soberano cacahuate la justicia porque esa palabra simplemente en México no se conoce.
El 96 por ciento de los crímenes cometidos no reciben castigo, excepto cuando son cometidos por los más pobres.
Las cárceles no están hechas para los poderosos; pues pagando con miles de pesos, los asesinos salen en libertad.
Desde el retorno del PRI al poder la corrupción se desató hasta su máxima expresión.
Hasta aquí con ese tema.
Por último, el diputado federal electo ALEJANDRO GUEVARA COBOS sabe que llegará su tiempo para demostrar su pegue con los electores tamaulipecos.
Aún no son tiempos de guerra, pero ya vienen.
Alejandro Guevara es el gallo del sur, el más joven de todos los aspirantes, y probablemente ese sea un factor a su favor.
Alejandro sin hacer campaña, està en campaña.
En su cuenta de Twitter y Facebook sube imagenes que otros aspirantes a gobernador seguramente le estarían envidiando.
Alejandro suele aparecer posando junto a políticos de altos vuelos, y que por cierto, son amigos del presidente Peña Nieto.
Hace poco apareció junto al gobernador de Campeche, ALEJANDRO MORENO y apenas ayer junto al secretario de Marina, Almirante Vidal Francisco Soberón.
Entre semana se fotografió junto al presidente nacional del PRI, CÉSAR CAMACHO QUIROZ.
El joven político mantense se da el lujo de aparecer junto a priistas destacados en sus tiempos de descanso, lo cual habla de su alto nivel de confianza.
Bien, hasta aquí por ahora, hasta pronto.