Maremágnum
Mario Vargas Suárez
En medio del escándalo entre los de su gremio, de una algarabía de los pasillos, escaleras y oficinas del edificio sindical, deslizándose con disimulo, el profesor de triste desprestigio, Jesús Rafael Méndez Salas, ex secretario general de la 30 del SNTE, entregó el libro de pendientes a Juan de Dios Vargas Origel, delegado especial del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE para la Sección 30.
División de opiniones y unificación de criterios por la salida de Méndez como secretario general de la sección 30. Para muchos maestros, la salida de Jesús Rafael Méndez Salas fue el precio que tuvo que pagar por la soberbia y mal trato a sus compañeros de profesión que creyeron en él como un verdadero guía y líder. Lo echaron, dicen.
Otro grupo de profesores tamaulipecos rechazan que el Comité Ejecutivo Nacional haya ‘castigado’ a Méndez Salas, pues la salida de la secretaría general, la ven como necesaria por el cargo que ‘desempeñará como legislador federal’.
La unificación es el contento de que por fin el mantense, traidor de muchas esperanzas, haya sido deslindado de las responsabilidades de la secretaria general de la 30. A primera vista los profes más lastimados, propagan adjetivos que van desde los más escribibles hasta los que se registrarían como altisonantes.
Una muestra dan cuenta los maestros de Río Bravo, que el histórico martes 5 de mayo pasado, mientras en lo oscurito el “líder entregaba los pendientes sindicales”, en las propias instalaciones sindicales y en la Secretaría de Educación de Diódoro Guerra, se escuchaban las protestas de quienes tienen casi dos años de no recibir el salario que les corresponde.
El “truene” contra ‘Rafa’ es obvio porque los sueños de esperanza fueron rotos cuando escucharon del Director de Recursos Humanos de la SET, Maestro Faraón Garza López, que les hizo ver que de acuerdo a la Ley del Servicio Profesional Docente, sus demandas son improcedentes.
En una expresión desesperada, los maestros riobravenses mostraron documentos entregados al “líder” para su trámite sindical, pero las palabras de aliento acompañaron los meses de espera, pese a la entrada en vigor de la nueva ley de educación.
Seguro este será el “primer torito” al que se enfrente en Tamaulipas Juan de Dios Vargas Origel, quien tiene toda la confianza de su tocayo Juan, pero éste con los apellidos Díaz de la Torre y jerarca que sustituye a Elba Esther Gordillo desde su encarcelamiento.
Para cerrar este espacio vale la pena saber que Juan de Dios Vargas Origel, comisionado por el SNTE para Tamaulipas, es uno de once hermanos del matrimonio entre la maestra Esther Origel y el profesor Martin Vargas Hernández.
Dicen sus biógrafos que Juan de Dios nace el13 de julio de 1949 en el municipio de Valle de Santiago, también conocido con el nombre de ‘El País de las Siete Luminarias’, por los siete cráteres que lo rodean.
El líder interino de los docentes en Tamaulipas, hizo sus estudios docentes en la Benemérita y Centenaria Escuela Normal Oficial de Guanajuato, la UPN y la Escuela Normal Superior de Puebla.
Está casado con la también maestra María del Refugio Arrollo Cisneros y con ella procrearon tres hijos: Alejandro, Adriana y Arely quienes son profesionistas y ya han formado sus propias familias.
Al profesor Juan de Dios le han llamado la atención los asuntos electorales, así como las labores altruistas de los Rotarios y el básquetbol, deporte que práctica a la fecha. Ha sido diputado local y representante del SNTE en Nuevo León, Zacatecas, Puebla, Jalisco y Coahuila.
La política sindical en el SNTE le ha llevado a incursionar en congresos de la sección 35 y en varios nacionales, desde donde reconoce al maestro de tamaulipeco porque jóvenes formados en normales de este estado norteño, se han desarrollado como profesionales de la educación en Guanajuato.
Cierro este espacio con la reflexión sobre el papel de un verdadero líder, pero no del “líder por encargo”, porque de ellos la sociedad está cansada. Me refiero a quien represente los verdaderos intereses de un pueblo, de un gremio, de un grupo, aquél que no solo anhele para sí, sino para todos. ¿Habrá en Tamaulipas?
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