Me dijo llorando…
VIDA DIARIA
Por: Rosa Elena Gonzalez
Es la misma que estaba esperando, parece parte de dialogo entre dos aspirantes a una candidatura para este proceso federal pero no, de esos ya no hay nada que hablar, ya fenecieron sus aspiraciones al menos para esta contienda, para el 2016 ya será otro cantar.
Tampoco nos referimos a que así podrían cantar los que hoy andan encampañados que no alcancen ganar una curul en San Lázaro, es prematuro, aún faltan más de 50 días para saber su futuro, y ver quienes llorando dirán que la posición que alguien más ocupara es la misma que estaban esperando.
Además que es prematuro saber quiénes lloraran por perder la posibilidad de convertirse en Diputados Federales y a esos les aplicara muy bien una canción que interpreta MIGUEL GALLARDO y que dice, “Otro ocupa mi lugar, él se lleva lo que ame, y pensar que te sentía entre mis manos”.
Por lo tanto y aunque en estos tiempos se almuerce, coma y cene política, porque a los candidatos a Diputados Federales los encuentre hasta en la sopa, en esta ocasión no se trata de ellos.
No se trata de políticos porque no todo en esta vida estriba en ellos y su quehacer, hay gente igual o más importante que muchos encampañados, le hablamos de personas que dignamente se ganan el alimento diario y a pesar de las inclemencias del tiempo, o lo pesado de su faena ríen, cantan y disfrutan de la compañía de sus compañeros y su trabajo.
Le hablamos de esos que CRISTINA, la del tema de JOAQUIN SABINA, desea que la piropeen, de los trabajadores de la obra, los albañiles, no porque sea su día, aún falta para el 3de Mayo que es el día de la Santa Cruz y ellos lo festejan, sino porque da gusto ver que hacen su chamba con alegría, con gusto, justo como quisiéramos que lo hicieran muchos políticos.
Quizá habrá quien diga que es ocioso hablar de los albañiles pero créame no lo es, al contrario, es para reflexionar, aunque para mucha gente pasan desapercibidos ellos existen, son parte de nuestra sociedad, son quienes construyen los cimientos y edifican nuestros hogares y todas las instituciones, y por lo general todos, además de cargar bultos de cemento sobre sus hombros también les pesan muchas historias de indignación, superación, esfuerzo y motivación, por lo tanto merecen respeto y la mayoría son dignos de admiración.
Decimos que son para reflexionar porque a veces nos afligimos por cosas sin sentido, no nos damos cuenta que a la felicidad solo basta con sonreírle para que se manifieste, y todo porque estamos tan materializados, que no valoramos lo que se tiene y en ocasiones hasta nos quejamos del trabajo que realizamos.
Se sufre cuando se le da poco valor a las cosas sencillas, por lo tanto es mejor darle color a la vida con acciones que alimentan el alma y hacen la travesía por este mundo más llevadera, al ver la alegría con la que los albañiles realizan su trabajo, que a pesar de sus pesares le dan a sus vidas chispazos de felicidad, es para reflexionar y no porque se quiera que la gente no se supere, que sea conformista, no, lo que se requiere es que se aprenda a ser feliz, a sonreír.
Uno de los grandes problemas universales es justamente que la gente pasa más horas estresado, más preocupado que sonriente, y todo porque en ocasiones no se le da el justo valor a la cosas, no se está conforme con lo que se hace pero tampoco se hace nada para ser mejor, no hay ninguna necesidad de quejarnos de todo y por todo, solucionemos lo que se pueda y lo que no pues busquemos alternativas positivas, pero siempre mirando la maravillosa oportunidad que tenemos enfrente de ser mejores personas.
¿A qué viene todo esto?, quizá sea para muchos una trivialidad, pero no, es algo para reflexionar.
Va la historia, ayer mientras estaba en mi casa, su casa, frente a la computadora se escuchaban fuertes martillazos, el sonar de arena, la conversación en voz alta, música a todo volumen acompañada del canto de los trabajadores de la construcción que rehabilitaban la casa de la vecina, no se les escuchaba quejarse, al contrario, se hacían bromas, reían, todos se ayudaban y cantaban.
Sonó una canción que decía, “ le dije su nombre, dirección y la casa en que vive… ya no sigas me dijo llorando es la misma que estuve esperando”, tantas veces se escuchó que hasta me aprendí esas estrofas, todos cantaban mientras continuaban con su trabajo y seguían su charla bajo los ardientes rayos del sol.
El trabajo en equipo, el hacer las cosas con gusto sin dañar a nadie, la solidaridad, tratar de ser felices, cantarle a la vida y hasta a las decepciones es justo lo que hace falta, no solo a los políticos sino a todos los que de pronto se nos olvida que lo importante es estar bien con uno mismo y todo lo que nos rodea, que las cosas materiales van y vienen pero estar un día más en esta tierra es motivo suficiente para vivir felices, si las cosas no sucedieron hoy como se quisiera pues hay un mañana en que todo puede ser diferente, claro, siempre y cuando se luche por alcanzar lo que se quiere sin dejar de valorar lo que se tiene, sonreír, cantar y ser felices, si, así como ellos, que sin darse cuenta me alegraron el día y hoy sigo cantando.
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