Estado

CANDIDATOS INDESEABLES

Por Mauricio Fernández Díaz

Sus arranques de campaña fueron un alarde de simulación, de teatralidad, muy al estilo de su homóloga Carmen Salinas; una representación barata, de bajo presupuesto con el título “Ya soy candidato y vengo a ganar”

Los tres cargan la pesada loza de haber incursionado en la función pública en puestos importantes sin que esto se haya visto reflejado en el beneficio de quienes pagaban sus sueldos y los llevaron a esos privilegiados lugares.

Los tres, también, llevan el fierro de una estirpe política signada por el descrédito, la desconfianza, la corrupción y lo peor, la alianza con los verdugos del pueblo; hoy, su patrón se encuentra prófugo de la justicia de los Estados Unidos, acusado de lavado de dinero.

Este trío sueña con seguir medrando el presupuesto y peor aún, ayudar a que Peña Nieto continúe vendiendo México e hipotecando el futuro de todos los mexicanos con sus lesivas reformas.

Entregados por completo a su grupo político, poco o nada les importa cómo está el pueblo; saben de sus desgracias, de sus sufrimientos, pero cuando pudieron, absolutamente nada hicieron o dijeron para ayudarlo.

¿En donde estaban Paloma Guillen, Alejandro Guevara, González Salum, Esdras Romero (por mencionar solo a los del sur) cuando Tamaulipas se estremecía trémula de pavor ante la embestida del Crimen Organizado?

¿Acaso escuchamos sus voces exigiéndole al gobierno estatal y federal parar esa masacre de ciudadanos inocentes, esa brutalidad plasmada de manera inmisericorde en la matanza de San Fernando, en el pánico reflejado en los ojos de los ciudadanos ante la posibilidad de un levantón, en el grito desgarrador de las familias a las que les fueron arrebatados sus seres queridos?

¿Alguien escucho salir de sus bocas un reclamo, una exigencia, una palabra de aliento, alguna acción que abanderara la indignación de la sociedad ante tanto agravio y sufrimiento?

Ellos, los que sin rubor hoy salen “victoriosos” a pedir el voto no tienen cara ni vergüenza para hacerlo.

Fue la misma sociedad civil quien se organizó sin necesidad de ellos para plantearle al gobierno un ¡HASTA AQUÍ!. Hartos de tanta ineptitud, de tanta indolencia y apatía de la clase política, optó por conformar un frente amplio de ciudadanos que iniciaron una lucha para que el gobierno, tanto estatal como federal volteara a vernos.

Y claro que esto tiene una explicación. Ellos, esos que hoy andan en campaña queriendo verle la cara una vez más al pueblo para irse a disfrutar casi un millón de pesos mensuales de dieta, pago de asesores, boletos de avión, viajes nacionales e internacionales, gastos médicos, bonos por aprobar lo que les manden, empleados domésticos pagados por la Cámara, chofer para la esposa y muchas prebendas más solaparon, cuando no fueron cómplices directos del crecimiento del crimen organizado en nuestro estado.

¿Saben algo de esto paloma, Alejandro, Miguel o Esdras? Claro que si…todos pertenecen a lo que atinadamente se le llama Cartel del Crimen político organizado.

La historia de cada uno es larga y tortuosa…ya iremos desmenuzándola poco a poco; el pueblo, la sociedad civil tiene el derecho de saber y nosotros la obligación de decirlo.

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