ESCENARIO POLÍTICO
Por Marco Antonio Torres De León
Colombia es un país donde se privilegia el culto al cuerpo. Aunque particularmente, la cultura familiar se esmera en acentuar la belleza femenina desde la niñez.
Este culto a la perfección femenina, va desde el uso de leggins, de los pantalones ceñidos al cuerpo, hasta el uso de mini shorts que al bobo colombiano no le deja nada para que eche a volar su imaginación.
No es casual que la mujer colombiana esté considerada entre las más bellas del mundo.
¿A qué se debe? Pregunta sin respuesta.
No se diga en balnearios naturales o albercas públicas, donde el calor ecuatorial (Colombia está situada a escasos 400 kilómetros de distancia de la línea imaginaria del ecuador, en Quito) provoca que las mujeres vistan con poca ropa, elemento indispensable para pasarla bien entre aguas cálidas.
El uso de bikinis –en las piscinas- que apenas cubren el cuerpo de las mujeres colombianas es muy ordinario y común verlo. Por supuesto, no así en sus calles, donde la gente es formal y correcta al vestir.
Lo curioso es que este costumbrismo –de vestir short, leggins o pantalones ajustados- incluye no solo a la juventud rampante y sólida que existe en el país, también incluye a la mujer madura y casi, casi entrada en senectud.
La coquetería es parte esencial de la indumentaria en la mujer colombiana.
En esto hay que tener respeto, pues el tema tiene sus asegunes. Respeto por sí mismo, por los demás y por lo que cada mujer vale en el ámbito que sea, espiritual o físico.
Quizá eso tenga que ver con la tranquilidad post-PabloEscobariana que se vive hoy en Colombia.
Hoy es época de bonanza y relax social, elementos que no tuvo el país en los 80 y 90, cuando Pablo Escobar aterrorizó las calles de Colombia al secuestrar gente, asesinar inocentes, ajustar cuentas y haciendo estallar edificios y aviones Avianca.
Aquél virulento fenómeno convirtió al país entero en rehén de la ambición personal del narcotraficante más famoso del mundo, Pablo Escobar Gaviria, nacido en Medellín, capital del departamento de Antioquia.
Hasta hoy, casi 22 años después los colombianos de hoy se mofan de su suerte, diciendo: ‘A Pablo (Escobar) lo mataron como se mata un gallinazo, a balazos y arriba de las azoteas’.
Ciertamente Pablo Escobar fue muerto en la azotea de una casa en Medellín, mientras intentaba huir.
La metáfora entre la muerte de Pablo Escobar y el inocente animal es solo un agregado del chispeante buen humor que tiene el colombiano.
Pues una cosa y otra, nada tiene que ver. A no ser por la semejanza.
El gallinazo en Colombia es en realidad una ave negra, carroñera, algunos dirían que hasta pariente lejano del cóndor (por sus elegantes y extendidas alas). Nada de eso sin embargo es comprobado.
El gallinazo suele bajar a los pueblitos y ciudades provincianas buscando comida en los botes de basura.
Este animal cabeza rapada, cumple su función en la cadena alimenticia como depredador innato, pues desciende de las alturas para comer animales muertos, perros, caballos, víboras, peces y hasta ratas de alcantarilla alrededor de los populares mercados.
Como cosa curiosa, si un gallinazo no es hábil lo aplastará rápidamente un coche. Corre peligro de acabar como una calcomanía en el ardiente pavimento.
El gallinazo parece ser pariente de las gallinas, pues ambos alcanzan tamaño similar.
Aunque está comprobado, eso sí, que el gallinazo es pariente directo de lo que en México conocemos como zopilote y buitre.
En cierto modo la Colombia que vemos hoy, nos encanta más que la antigua.
Desde que aterriza nuestro avión en El Dorado, aeropuerto en Bogotá recién modernizado apenas en 2013, vemos la chabacanería del bogotano actual y constatamos su particular sello trampero, astuto como las zorras y tramposo, muy parecido al chilango del DF.
Pareciera que los verbos más usados por ellos son, sustraer, sustraer, sustraer. Ganar, ganar y ganar. Pedir, pedir y pedir.
Y es que el bogotano actual para todo pide propina. Mala costumbre que hace una década no existía ni siquiera en Bogotá.
Si es para ayudarte a cargar 4 metros tu maleta de 7 kilogramos de peso al taxi, todo bogotano hablantín y seductor en su forma de hablar está bien puesto.
Como dicen en Colombia, ‘Hágale pues’.
Nos ocurrió en el aeropuerto El Dorado, tras solicitar un taxi.
Una vez cargada nuestra maleta de rodines (ruedas) a una distancia de 4 metros, el joven que me ayudó dice de forma que lo escuche: ‘¿Deme una propina, si?
-¿Cómo dijo? Le pregunté.
-Que si me regala una propina…
-‘Ah disculpa, no te oí –le respondo. Pero verás, no cuento con pesos colombianos a la mano’, le explico.
Ante lo cual el chico –de unos 25 años de edad- revira de inmediato diciéndome:
-‘Eso no importa, si usted trae pesos mexicanos yo lo recibo. Aquí los cambio’.
Saco entonces 13 pesos mexicanos de mi bolsillo y me esmero en explicarle:
-‘Mira, estos son 13 pesos, son el equivalente a un dólar’.
Y me responde ufano: ‘Eso ya lo sé’.
Y se aleja sin decir media palabra más, casi corriendo.
El suceso anecdótico acabó por dejarme estupefacto.
Ante lo cual concluí una simple cosa. Que colombiano y defeño, son igual. Que bogotano y chilango, también…
La muerte de Pablo Escobar Gaviria marcó un parteaguas en la historia moderna de Colombia, en el renglón de violencia social.
Y es que Escobar Gaviria elevó al narcotráfico al rango de empresa de supra ganancia, y eso históricamente los colombianos no saben si es bueno o malo.
Ignoran si agradecerlo o maldecir por ello.
Colombia es un país donde se juega con la prosa al hablar, y donde la plática cantarina, alimentada por expresiones chispeantes y juguetonas, plasmadas de doble sentido, enriquece todo diálogo.
México y Colombia de hecho comparten liderazgo en América por ser de los países latinos que más nutren a la Real Academia de la Lengua. Cada año elevan a rango de palabras oficialmente aceptadas, expresiones curiosas y llenas de matices.
Tenemos pues que ‘amañarse’ significa ‘encariñarse o tomarle gusto’ a una cosa.
‘Bacano’ es igual que referirse a algo ‘muy bueno, excelente, entretenido, divertido, asombroso y más que bueno’.
‘Boleta’ es un adjetivo que quiere decir lo mismo que ‘persona que hace cosas extravagantes o que se viste de forma extravagante o ridícula’.
‘Biscocho’ es lo mismo que decir ‘mujer linda o hermosa’ igual que en México.
‘Birra’ significa cerveza, lo mismo que ‘chela’ en México significa cerveza.
Y por último, quizás la expresión en Colombia que más raya en la frontera de los multiusos sea la palabra ‘chimba’, misma que toca todas las fronteras.
Igual un colombiano dice: ‘Esa nena está chimbita’ para decir ‘está hermosa’. Que lo mismo puede decir, ‘Qué película tan chimba’, describiendo algo malo, mediocre, fraudulento.
Bien, hasta aquí con este tema, por hoy.
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Se les acabaron las ideas a los creadores de blogs oportunistas, de esos que aparecen cada 3 años para atacar cobardemente sin dejar rastro de identidad.
Pues para que usted lo sepa, querido amigo lector, esos ‘creadores’ de ocasión ya no volvieron a publicar nada, lo que se dice nada.
No será la primera vez que lo hagan, ni tampoco la última.
Muchos políticos –y hasta periodistas- han sido víctimas de esta clase de barbajanes de la letra.
No será la primera ni la última vez, sobre todo cuando estos redactores no tienen nada qué arriesgar, pues actúan bajo anonimato.
Aprovechan las redes sociales, particularmente esos grupos comunes que aglutinan hasta 700 mantenses, para dejar inyectado el veneno entre la grey política y social.
Quizás desde una corriente del PRI seguidora y simpatizante de un ‘aspirante’ a diputado federal, los creadores de este blog oportunista celebraron su apertura-cierre, su debut y despedida lanzando denuestos contra un político que a base de trabajo, esfuerzo, disciplina, avanza y supera retos, RIGOBERTO RODRÍGUEZ RANGEL.
Con saña inaudita lanzan su cruel cizaña, dejando a su paso cruentos fantasmas de divisionismo al interior del PRI.
Hábiles para redactar, y oportunistas, conocedores del lenguaje utilizado en el argot del periodismo profesional valiente y crítico, los ‘creativos’ citados actúan con impunidad.
Mal, muy mal proceder de esta clase de redactores que escondidos bajo las sombras de su misma cobardía, toman venganza en vez de buscar la conciliación y el diálogo.
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Pero entretanto, todo mundo espera lo que ha de ocurrir en diciembre de 2014 o enero de 2015, el ‘destape’ del próximo candidato a diputado federal en el sexto distrito.
Nadie sabe si la candidatura vendrá con aroma de mujer o si se trata de testosterona pura.
Aunque se diga que en el PRI del sexto distrito es el tiempo de la mujer por segunda vez consecutiva (la primera vez fue Rosalba de la Cruz Requena) parece ser que la realidad es otra.
El machismo imbatible parece enseñorearse del escenario. Los hombres son más que las mujeres, por desgracia.
Y aquí el problema es uno, la multiplicidad de los aspirantes. Se extendió como plaga la cifra.
Incluso con el equilibrio de fuerza tripartita (mujeres, hombres y jóvenes) es doble la dificultad de resolver el enigma.
Con este criterio se incluyen al listado jóvenes menores de 35 años de edad que quizás hace un año no entrarían jamás en los planes.
Quedan insertos con posibilidad dos priistas mantenses jóvenes. Estos son, Carlos Sánchez Vega, gerente de Comapa Mante y Pepe Vázquez Cano, síndico municipal del Mante.
El primero lidera (junto a la diputada federal Rosalba de la Cruz Requena) el grupo que llevó a la cima al doctor Humberto Flores Dewey, por desgracia fallecido.
Y el segundo forma parte del grupo político del alcalde Pablo Alberto González León, mientras por otra parte, ha extendido su influencia más allá, al lograr cultivarse bajo la batuta del actual presidente del congreso de Tamaulipas, y jefe de la bancada, Ramiro Ramos Salinas.
Pepe Vázquez Cano es por así decirlo el segundo de a bordo del presidente.
Aunque el Tesorero Municipal Julio Portales Martínez es por antonomasia el principal operador político del presidente, y quizás, sin ánimo de entrar en debate con nadie, el verdadero brazo derecho del presidente municipal.
Por su parte Javier Villarreal Terán sigue luchando por posicionarse en el sexto distrito. Sin tanto éxito como presume su grupo.
Aunque el delegado federal de economía en Tamaulipas es quien con mayor libertad se mueve, sin que nadie lo moleste.
Y aunque para lograr popularidad en el territorio suele amenazar con provocar un cisma en el PRI, una división peligrosa. Esto por la manera irresponsable que tiene de llegarle a la membresía priista, a la que le dice: ‘No te equivoques, no te vayas por otro lado, yo soy el bueno’.
Expresiones que en vez de causar regocijo, causan espanto.
Bien, por ahora es todo, nos leeremos en breve.
Pero no nos iremos sin antes señalar que el mejor posicionado en este momento –por su trayectoria limpia y en constante ascenso- en el sexto distrito es PABLO GONZÁLEZ LEÓN.
Aunque en rango supremo, y para ser honestos, y eso si acaso el PRI decidiera enviarlo al sexto distrito, HOMERO DE LA GARZA TAMEZ es el primero de los existentes por su notable trabajo en territorio desde Sedesol; muy por encima del propio Javier Villarreal Terán y de Alejandro Guevara Cobos, supuestamente mantenses aunque radicados muy, muy lejos de aquí. Y que por desconocimiento del terruño, están prácticamente fuera de la puja.
Aunque en el PRI todo puede ocurrir. Y lo que es mejor, lo no prohibido está permitido.
Y en elecciones federales un candidato a diputado federal no tiene la obligación de nacer en su distrito sino en su estado.
Por su parte Pablo González León forma parte del futurismo político que viene para Tamaulipas y no tiene tufo a naftalina ni a polvos de aquéllos viejos y malolientes lodos.
Como aquélla época caciquil que tanto deprimió al Mante, hace casi 3 lustros.
El alcalde Pablo González además volvió a sujetar su volante de capitán del barco al instalar en Fundación Colosio a la maestra YOYINA LERMA, gente suya con capital propio, impidiendo así el arribo a este instituto de tiburones depredadores, que a la fuerza quieren insertar nominalmente a más ramplones empleados.
Esto, para que sigan carcomiendo las nóminas y ampliando sus tentáculos de poder político.
Pero okay. Ahora sí aquí la dejamos. Pronto nos leeremos de nuevo.
