CENA DE NEGROS
Marco A. Vázquez
Los políticos en este México lindo y querido han hecho de todo sin importar su afiliacióno ideología siempre los ha vencido la ambición, el billete tiene más peso que sus pensamientos y lo mismo ha ocurrido con los del PAN, PRI, PRD, que otros de partidos diferentes que han llegado a gobernar e incluso los que han llegado por la vía independiente.
La razón de tanto abuso es una, el pueblo los ha dejado solos, les firma un cheque en blanco a la hora que se vota por ellos y nunca más se les vuelve a molestar durante sus gobiernos, no se les exige cuentas ni se vigila su actuar.
Esa indolencia del mexicano ha permitido que lleguen a tener poder y presupuesto público personas qué, más que políticos, fueron (o son) asesinos, saqueadores, narcotraficantes, violadores, pederastas y cada uno de esos calificativos tiene nombre y apellido, lo mismo se puede acordar de Gustavo Díaz Ordaz que de Carlos Salinas, de Felipe Calderón que de Vicente Fox, de Mario Marín que del dirigente en el Senado o en la Cámara de Diputados.
Por supuesto, lo de Iguala, Guerrero, es como reforzar la versión de una delincuencia que se apoderó del poder político y económico del país, que no tiene ningún pudor por robar y menos por asesinar a quien sea necesario si eso le reditúa dinero o la posibilidad de conservar todas sus prebendas.
Lo más triste para México es que lo mismo da si gobierna una mujer o un hombre, todos tienen ambiciones desmedidas y no reparan en gastar dinero de dudosa procedencia para promocionar su imagen o la de sus cómplices para llegar a puestos más elevados en la administración pública o simple y sencillamente conservar, con impunidad, todos sus excesos en los terruños que gobiernan.
A qué vamos, pues a que ya es tiempo de frenar ese apetito voraz de los políticos, esa desmedida ambición por acaparar todo el dinero y todo el poder a costa de lo que sea, y por lo que sea se debe entender hacer pactos con la delincuencia sin importar si forman parte de la política o la de los asesinos y narcotraficantes.
Se equivoca si piensa que solo con las armas en la mano podríamos recuperar el poder para el pueblo, al contrario, este México cada vez es más democrático, solo se trata de que la gente participe más, se sume a los partidos o a los candidatos que valgan la pena, los respalde después de comprobar de donde viene su dinero y que sus proyectos sean reales y realizables, eso sería un paso de gigantes.
Pero además, se trata de que una vez electos los políticos la misma sociedad que apoyo, de preferencia junto con quienes votaron en su contra, se conviertan en una contraloría social que les fiscalice la forma de gastar el dinero público y hasta su comportamiento personal.
Si, también es tiempo de forzar a los partidos políticos a evitar que por ambición de dinero y poder nos manden asesinos a las presidencias municipales, a ser Diputados, o a ejercer puestos de mando mucho más importantes que los mencionados y la formula es sencilla, hay que obligarlos a que sus candidatos sean decentes y exhibirles públicamente sus complicidades con quienes no lo sean.
Por ejemplo, bien se le podría tomar la palabra al presidente de la Conferencia Nacional de Municipios de México, Renán Barrera Concha alcalde de Mérida, Yucatán, quien propone que la PGR investigue los perfiles de cada uno de los candidatos a Diputados Federales de la próxima elección para luego no pedir disculpas, prevenir antes que lamentar, quizá eso no sería posible en elecciones locales pero si es muy factible aplicar otro tipo de métodos.
Y le insisto, es tiempo de obligar al Congreso de la Unión y a los Congresos de los Estados a promover leyes que obliguen la aplicación de exámenes de control y confianza a todos los aspirantes a un puesto de elección popular o a un cargo público de relevancia, de esa manera tendríamos un mínimo de garantías sobre la decencia de los futuros gobernantes y sus equipos de trabajo.
Llegó la hora del pueblo, Iguala, Guerrero, más los excesos de los políticos en todas las regiones de México nos hacen prever que por voluntad propia los políticos no van a cambiar, entonces, pues ya es hora de sacar a los corruptos a patadas del gobierno, pero sobre eso, es tiempo de que apoyemos a los políticos que en realidad son decentes, que quieren servir, y que tienen proyectos para que este México sea un mejor hogar para todos nosotros., los hay, nomás que ahora mismo el pueblo se ha encargado de cerrarles todas las puertas, el pueblo ha preferido a los que gastan mucho dinero aunque no sepamos ni donde lo sacan y menos con que compromisos lo obtienen.
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