Maremágnum
Mario Vargas Suárez
Confieso ser parte del grupo de seres humanos que la práctica del deporte no se me ha dado por afición y quizá por lo mismo, verlos por TV no es un tema que me apasione.
La caminata diaria de, por lo menos 20 minutos, es por prescripción médica y desde luego que no considero este ejercicio como deporte. Cuesta trabajo, pero parece lo venzo en pos de la salud.
Tomo el deporte como práctica saludable y en eventos internacionales -como el box o el futbol- lo veo en la TV para tener tema de conversación, incluso los veo solo o en el seno del ámbito familiar, aunque sin apasionamiento. No dejo un compromiso por ver un partido de lo que me diga.
Desde luego que respeto en toda la magnitud las reglas de los diversos deportes y hasta el intercambio de jugadores en los clubes, como en el caso del fútbol soccer, fútbol americano, beisbol y básquet bol.
Creo que lograr una preparación física y un buen desempeño es cosa de práctica de habilidades y cuidados en la alimentación y bienestar de los deportistas.
En el contexto escolar, muchos atletas han destacado como amateurs, incluso distintas instituciones de educación superior, registran atletas en eventos locales, regionales, estatales y nacionales; llegan a nivel latinoamericano, del Caribe y a nivel mundial.
Sin embargo, no deja de sorprenderme las noticias sobre la práctica de alguna disciplina deportiva en relación a los altos sueldos que perciben, seguramente del deporte organizado por el gobierno federal.
Recientemente la Revista Forbes, publicó un listado sobre los 15 atletas mexicanos cuyos salarios fluctúan desde los 77 mil 153 pesos mensuales el más alto, hasta los 43 mil, 147 pesos mensuales el que menos ingresos percibe.
En este contexto salarial, la Ley del ISSSTE, por ejemplo, señala que un empleado con 65 años de edad y por lo menos 35 años de labores ininterrumpidas, podrá obtener una pensión por jubilación hasta por 10 salarios mínimos diarios.
En otras palabras, el salario mensual de un jubilado por el ISSSTE podrá alcanzar un máximo de 19 mil 800 pesos (calculado el salario mínimo diario a 66 pesos), cantidad tres veces menor a lo que actualmente gana uno de los 15 atletas mexicanos que le han dado medallas olímpicas a México.
Según la Revista Británica, en su versión mexicana, los deportes que más reditúan son Taekwondo, clavados, tiro al arco, gimnasia, levantamiento de pesas y salto de longitud.
La disciplina que más participantes tiene, es el Taekwondo con seis de los 15 atletas con mayores ingresos; los clavadistas registraron a cuatro atletas, el tiro con arco aparecen dos; gimnasia, levantamiento de pesas y salto de longitud se registran uno en cada área.
En términos analíticos me parece que un empleado, de ésos que jubila el ISSSTE o el IMSS, es injusto que reciba una pensión mensual menor de 20 mil pesos, mientras jovencitos hasta de 20 años, ganen hasta más del doble que un pensionado que trabajó 30 años.
En la pensión por jubilación no aparecen los grados académicos, pero se han encontrado hasta doctores en educación, en derecho, en psicología, etc., gente que se retira por cansancio, por salud o simplemente para descansar después de más de 30 años de servicios ininterrumpidos.
Sin embargo las medallas de oro, plata y bronce ganadas en las pistas atléticas, parecen tener mayor peso que los años de labores en la burocracia o en la productividad del sector privado.
Cierro esta columna con la nota uateña relacionada con el reconocimiento a la UAT que hizo el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) por la presentación del Proyecto “Evaluación del impacto social de la industria petrolera en el noreste de Tamaulipas”, que presentó el Centro de Investigaciones Sociales (CIS), de la Secretaria de Investigación y Posgrado de la UAT, que dirige el Dr. José Luis Pariente Fragoso.
El rector Enrique Etienne Pérez del Río, dijo que el proyecto «…tiene como objetivo comprender y valorar los problemas sociales, culturales, demográficos, económicos, ambientales y normativos, asociados al desarrollo petrolero para promover acciones que favorezcan la sustentabilidad social”.
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