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Les llovió sobre mojado…

VIDA DIARIA
Por: Rosa Elena Gonzalez

No cabe duda que Ciudad Victoria es mágica, en cuestión de minutos pasa del caos a la tranquilidad, sobre todo en tiempo de lluvia donde tenemos que armarnos de paciencia para salir a las calles de este hermoso espacio de cielo.

A veces decimos nos llueve sobre mojado haciendo referencia a esos días en que nada es como quisiéramos e incluso parece que la lluvia está en contra nuestra.

Esto es muy común decirlo en tiempos lluviosos como los que vivimos en estos días, que ocurren situaciones ajenas a nuestra voluntad que por inconsciencia no prevenimos y terminamos culpando a la madre naturaleza por enviarnos lluvia que no sabemos aprovechar.

Por ejemplo, van tres días de intensa lluvia y de pronto hasta enloquecemos porque no podemos realizar nuestras actividades como habitualmente lo hacemos, la queja es sin percatarnos que también son momentos de introspección, unión familiar, atender detalles en el hogar y hasta disfrutar el clima con una buena taza de café.

Nos enoja terriblemente ver que aparecen goteras en nuestro hogar, pero, ¿la naturaleza será la culpable?, claro que no, recordemos que todo tiene un ciclo, así como nosotros necesitamos atención nuestra casa también.

Luego nos molesta que las calles vayan convertidas en ríos y lanzamos rayos y centellas en contra de la lluvia, ¿será culpable?, obvio no, al contrario, los días lluviosos son regalo divino, el agua es vida, escuchar su lenguaje nos invita a reflexionar, añorar, soñar, recordar y hasta analizar qué estamos haciendo bien y qué hacemos mal, todo en este mundo tiene un sentido, solo necesitamos comprenderlo.

Recordemos que después de la tormenta viene la calma, la naturaleza es sabia, nos señala nuestros errores y nos regala momentos para corregirlos y disfrutar lo bello de la vida, de las cosas que alimentan el alma, como es observar nuestro entorno después de la lluvia, se respira paz, los arboles reverdecen, las plantas florecen, los pajarillos con sus trinos aparecen mientras el tímido sol estremece.

Tristemente hay gente que no cuenta con las condiciones adecuadas para sobrellevar los día lluviosos, pare ellos son tormenta, pero también ahí es donde todos debemos mostrar nuestro compromiso con nuestros semejantes, ayudar, hacer que el llanto se convierta en sonrisa al ver que hay gente que se preocupa y ocupa de ellos.

En ocasiones solo nos dedicamos a culpar a las autoridades por todo lo que sucede, cierto, es su obligación trabajar por el bienestar del pueblo, cuidar de la integridad de las personas y sus bienes, brindarles las condiciones adecuadas para un sano desarrollo, pero nosotros también debemos poner de nuestra parte, igual como personas tenemos un compromiso con nuestros hermanos en desgracia, podemos regalar algo de lo que la vida nos ha obsequiado para que no les llueva sobre mojado.

Dirán muchos que cada quien tiene lo que se merece, que trabajan y se esfuerzan para tener lo que tienen mientras otros quieren vivir del paternalismo oficial sin esforzarse a ganar, pero si DIOS no nos brindara las oportunidades, no nos pusiera en el camino correcto, nada tendríamos, entonces es momento de sensibilizarnos, agradecer lo que se tiene, compartir, apreciar lo maravilloso de la vida, entender que la naturaleza y sus días lluvioso son alegría, sirven para aprender a vivir en armonía, sabedores que después de la tormenta viene la calma en todos los aspectos, eso es una señal de que estamos vivos y sabemos alimentar el alma.

Hay quienes dicen que los días lluviosos son tristes, nostálgicos, quizá si se tenga algo de nostalgia pero a decir verdad también es bueno experimentar de vez en cuando ese sentimiento humano que nos invita a reflexionar nuestro paso por este mundo.

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