José Benites, con derecho de picaporte
ESCENARIO POLÍTICO
Por Marco Antonio Torres De León
Javier Villarreal Terán sigue vivo en sus aspiraciones a candidato a diputado federal del sexto distrito.
Máxime desde el momento en que asumió el cargo de delegado federal de Economía en Tamaulipas.
Haber alcanzado ese puesto lo elevó en automático de rango.
Sin querer dio el salto.
Tanto así que él de inmediato comenzó a revivir lo que parecía ser rescoldo.
Despertó al batallón a sus órdenes en sus ratos libres.
Algo le dice a Javier Villarreal Terán que su sueño sigue vivo, no tanto por su presencia, que podría ser nula, escasa o poca, ni tampoco por sus virtudes o por sus defectos, sino más bien gracias a las circunstancias del momento, que son las que pesan más a la hora de las definiciones.
Los hilos de selección de candidaturas a diputados federales dependen más bien de momentos, de circunstancias, de peso específico en los personajes centrales, que de carisma o utilidad.
Ciertamente los políticos son utilitarios, y tienen vigencia y fecha de caducidad.
Empero aquéllos que se esmeran por mantener vivos sus grupos políticos, aunque pasen los años, gozan más los derechos que les otorga llegar a hacerse viejos.
Javier Villarreal Terán ha sabido mantenerse en el ánimo, aunque los años pasen.
Hace 14 años fue alcalde del Mante y hace 12 años fue diputado local.
De hecho parecía que hasta ahí llegaría, más no fue así.
Se esmeró en trascender y luego de pasar por la congeladora unos pocos años, revivió con Eugenio Hernández Flores, quien lo hizo secretario estatal de turismo.
Antes había sido secretario de comunicaciones y transportes.
Javier Villarreal nunca descuidó su persona, por el contrario, se esmeró por seguir pareciendo un pentatleta apto para la peor de las pruebas, nado, ciclismo o maratón.
Su familia completa también hace lo mismo, se mantiene en un buen nivel.
Javier tiene esa virtud. Es un camaleón andando.
En fracción de segundos se camufla, para bien o para mal.
Hoy luego que Alejandro Guevara Cobos se desinfló, emerge él con poder a la superficie del agua.
De entrada su arribo al espectro político en Mante provocó la caída de Alejandro Guevara Cobos.
Fue su tumba.
Y aquél así lo entendió.
Los responsables del marketing de Alejandro Guevara Cobos se dieron cuenta que con tantos adeudos en contra, era imposible revertir la nefasta imagen alcanzada por el mantense, quien deseaba perfilarse de lleno a buscar, ya no la diputación federal sino la gubernatura.
Javier Villarreal Terán solo vino a ponerle el cascabel al gato, al destruir lo construido por el otro mantense, Alejandro Guevara.
Y es que se lee entre los entendidos que en Tamaulipas manda el que perdió y no el que ganó, paradójicamente,
Entiéndase la metáfora de la siguiente manera.
Aquí manda Manlio Fabio Beltrones, el perdedor de hace 2 años y no Enrique Peña Nieto, el ganador, quien se debe a los favores políticos del sonorense hechos desde el congreso de la unión.
Es por eso que Manlio Fabio pasea de punta a punta, de extremo a extremo a Marco Antonio Bernal, a su gusto y a sus anchas.
Es por eso, se cree, que también propone desde la cima a su gallo Javier Villarreal Terán, con quien habría charlado hace poco menos de 3 meses en un discreto restaurante de la ciudad de México. Cara a cara o bien a través de intermediarios directos.
Eso sí, uno mandó llamar al otro.
Mientras tanto y casi desde aquél momento, y extrañamente sin hacer campaña, el mejor perfilado en el sexto distrito es Javier Villarreal Terán.
Claro, esto después del alcalde Pablo Alberto González León, cuya imagen fresca y limpia le da un sabor y exquisitez diferente, pues todo político conocedor debe saber que mientras menos reciclaje atraigas, mejor para todos.
Esto en atención a las nuevas generaciones de priistas que merecen ´menos polvo de aquéllos lodos´.
Regla básica de la praxis política moderna.
Quizás ese fue el talón de Aquiles de Alejandro Guevara Cobos, quien vio derrumbado su sueño al traer al presente su negro pasado, 2 veces diputado federal del VI Distrito y ningún grupo político creado de aquél tiempo a la fecha.
Pese a los años transcurridos, y pese a que está volviéndose viejo en esto, Alejandro Guevara Cobos jamás creó su propio grupo político.
Sorprendente, pero cierto.
Así pues, desde que Alejandro Guevara puso pies en polvorosa del Mante, los únicos aspirantes innatos que quedan vivos son, a la sazón, Pablo González León (candidato natural) y Javier Villarreal Terán.
Ambos oriundos del Mante.
Aunque quedan vivos más aspirantes, en el plano de bateadores emergentes, y estos son, contra lo que muchos crean, José Benites Rodríguez y Rigoberto Rodríguez Rangel. Y una que otra mujer por ahí escondida, por aquello de la equidad de género.
Estos son anteproyectos políticos en vigencia que el PRI no debe desechar de ninguna forma.
En el caso del sanfernandense, José Benites Rodríguez, es menester señalar que se ha comportado a la altura de las circunstancias desde que asumió el cargo de Enlace Territorial, soportando vientos adversos como los de un huracán.
Lo mejor de él es su temple, y saber tocar tierra en todo momento, representando al gobernador Egidio Torre Cantú como enlace territorial del VI Distrito y amén de esto, como su emisario en casos de emergencia.
En realidad que aquí José Benites es el enviado directo del gobernador. El segundo de a bordo.
No es un burócrata cualquiera. No es tampoco un advenedizo.
Es el apagafuegos por excelencia que todo mandatario quiere tener en su staff.
Es el que le ha quitado mil problemas a un gobernador acotado por la violencia e inseguridad, y quien, viéndose impedido a venir a cada rato, manda a su colaborador a que le resuelva sus asuntos.
José Benites se ganó a pulso el derecho de picaporte en la puerta principal de palacio de gobierno.
Y así seguirá hasta que la suerte lo lleve por mejores senderos.
Quien quite y por qué no, logre sumarse a la terna de los aspirantes a la diputación federal por el sexto distrito.
¿Y por qué no?
Bien, por ahora es todo, nos leeremos en breve.