CENA DE NEGROS
Marco A. Vázquez
Nada halagador se observa el panorama de México, me explico, en la jornada electoral de ayer, en Nayarit y Coahuila, algunos ciudadanos decidieron marcar sus boletas con la frase “no fue penal” lo que denota que su culto, pasión, y entrega es directamente con los asuntos de la patada y lejos, muy lejos ven los problemas sociales que nos consumen.
Vamos, para esos ciudadanos el futuro de sus hijos, nietos, o familia no es nada importante, por lo tanto, tampoco interesa el hambre, la pobreza, la inseguridad, el desempleo, la corrupción o la impunidad, todos esos problemas que crecen a la sombra de malos gobiernos que no se han decidido a echar por la fuerza del voto.
Más triste se ve el panorama cuando a lo lejos escuchamos a esa “aguerrida izquierda” echar pestes contra el sistema, acusar que se siguen vendiendo y comprando votos, que el futuro de una persona y su familia se vende de 200 pesos para arriba, aunque no tan alto, quien se cotizó más caro fue a mil pesos.
Es verdad, un ciudadano tiene toda la libertad de votar o no votar, de anular su voto, de escribir la leyenda que mejor les parezca, pero duele, y en verdad duele, que prefieran satanizar a los holandeses y a un árbitro en lugar de escribir, por lo menos, los motivos que les llevan a no creer en ningún candidato y que queden antecedentes.
Si, tiene razón, los motivos son incredulidad, la enorme desconfianza que se tiene en la política, la incertidumbre que provocan, vamos, la percepción ciudadana más que las realidades están motivando que este México se vaya más rápido al caos.
Consulta Mitofsky público una encuesta apenas unas horas antes y ahí se refleja toda la frustración, coraje, y poca confianza en las autoridades, casi el 65 por ciento de la gente (6.5 personas de cada 10) piensan que en 10 años estaremos peor o igual que hoy en materia de inseguridad y solo un 30 por ciento piensa que las cosas van a mejorar.
De los que ven más negro el panorama, por rangos de edad, son los ciudadanos que no llegan a los 30 años, es decir, los que se pueden clasificar como jóvenes, y es verdad, quizá son los mismos que menos acuden a las urnas a emitir sus votos a favor o en contra de un partido político, los que se abstienen o los que anulan sus boletas.
La realidad es que la encuesta es de percepción, lo que la gente siente y no necesariamente está basada en análisis serios sino en lo que ha transcurrido por sus vidas en las últimas horas, días, o meses, me explicó, si estaremos mejor o peor en materia de seguridad pública no tiene nada que ver con lo que sienta la población sino con las políticas públicas que se sigan al respecto, con lo que podamos realizar como ciudadanos para obligar a los gobiernos a hacer bien las cosas.
Un hecho es que la situación, y las encuestas, nos dicen que hay una obligación real de meternos más a los asuntos de la vida pública del país, que no podemos darnos el lujo de seguirle firmando cheques en blanco a los políticos en las urnas sino que debemos vigilar siempre, después de que tomen posesión en sus cargos, lo que prometieron, cuánto han cumplido, y cómo podemos obligarlos a hacer lo que no quieren.
Más aún, es tiempo de someterlos a pruebas de control y confianza antes de que ocupen un puesto, como ciudadanos, debemos obligarlos a que inscriban en las leyes electorales la obligatoriedad de pasar ese tipo de pruebas con especialistas en la materia antes de ser candidatos a regidores, alcaldes, Diputados, Senadores, Gobernadores o Presidente de la República ya que esa es la única forma de garantizarnos que habrá gente más decente al frente de las policías, la educación, la salud, el desarrollo social, económico, y político de nuestro pueblo.
El futuro pinta negro, muy trágico para la juventud, lo malo de ello es que esa percepción los aleja de participar con los gobiernos, lo bueno, es que hay tiempo de corregir esa sensación, de hacer un mayor esfuerzo, y de meternos todos en una dinámica que solo nos lleve a tener una mejor salud como pueblo.
En otras cosas… el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso, Ramiro Ramos Salinas, prometió que los legisladores andarán por los lugares donde pidieron los votos para explicar las leyes que han aprobado y realizar su labor de gestión, bien por ellos, ahora nos toca como sociedad buscarlos, escucharlos, proponerles, y de paso, exigirles que hagan bien las cosas que no nos gusten o que sigan en la tónica que nos ha parecido correcta.
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