Vaticano halla culpable de pederastia a clérigo mexicano
El Vaticano halló culpable del delito de abuso sexual contra menor al sacerdote mexicano Eduardo Córdova Mendoza y le retiró definitivamente del sacerdocio católico, con un decreto que será transmitido en las próximas horas a la Arquidiócesis de San Luis Potosí.
Según confirmaron a Notimex fuentes vaticanas, tras analizar los testimonios y las pruebas aportadas, la Congregación para la Doctrina de la Fe impuso al clérigo la «dimisión del estado clerical», pena reservada a los casos más graves.
Ahora tocará al obispo potosino Jesús Carlos Cabrero Romero comunicar al imputado la sentencia y darla a conocer de manera pública.
Para esto no será necesario ubicar físicamente al inculpado, que en este caso se encuentra prófugo. Según el derecho canónico, que rige en los procesos eclesiásticos, bastará con buscar a Córdova Mendoza en su más reciente domicilio declarado al menos en una ocasión.
Si este no aparece, la sanción se dará por notificada y automáticamente entrará en vigor. Asimismo, él tendrá 60 días para apelar o presentar un recurso ante los tribunales vaticanos.
La sanción «ex officio» (según su nombre técnico), no requirió la aprobación del Papa ya que fue dictada después de un proceso administrativo durante el cual el sacerdote prefirió no defenderse, mientras la víctima aportó material suficiente para probar la culpabilidad.
El 23 de abril la Arquidiócesis de San Luis Potosí impuso a Córdova Mendoza la suspensión de sus funciones y atribuciones ministeriales, a instancias del propio Vaticano. Esta noticia trascendió apenas hacia finales de mayo.
Dicha suspensión no fue más que una medida cautelar aplicada por los tribunales de la Santa Sede mientras concluía el procedimiento. No obstante, la prensa mexicana interpretó que aquella era la sanción definitiva.
Esa medida cautelar fue impuesta porque las acusaciones contra el clérigo tenían fuertes indicios de verosimilitud.
La conclusión del proceso contra el inculpado se dio pocos días después de la visita «ad limina apostolorum» que los obispos mexicanos realizaron a Roma y en cuyo último grupo estuvo justamente Cabrero Romero.
El arzobispo potosino fue recibido por el Papa Francisco el sábado 31 de mayo en el Palacio Apostólico. De la reunión participaron otros prelados de México.
Menos de una semana antes, el mismo pontífice lanzó una dura condena a los abusos sexuales contra menores, actos que comparó con los sacrilegios de las «misas negras» (satánicas) y ratificó su apoyo a la política de «tolerancia cero».
El Vaticano procedió únicamente por una acusación contra el sacerdote, la cual derivó en la mencionada sanción. No existen otras denuncias presentadas ante los tribunales eclesiásticos, aunque en México se habla de 19 víctimas demandantes en los tribunales civiles.
La propia Arquidiócesis de San Luis Potosí reconoció la existencia de otra denuncia, que fue analizada en 2008 y en la cual no se pudo probar la culpabilidad del sacerdote. Esa investigación fue cerrada.