VIDA DIARIA
Por: Rosa Elena Gonzalez
Válgame DIOS y MARIA SANTISIMA resulta que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI, revela que en México los entes más corruptos son los policías y los partidos políticos, es decir, el semillero de servidores públicos y representantes populares.
No es nada de lo que no se tuviera conocimiento, no se descubre el hilo negro, en realidad el INEGI solo constata la percepción que los mexicanos tienen desde hace muchísimos años porque han sido muchas las malas experiencias que se han tenido con policías como con políticos generado desconfianza.
Lo triste es que por el mal actuar de unos la llevan todos, porque en abono a la actividad de policías y políticos hay que decir que también hay elementos de seguridad comprometidas con su responsabilidad, que arriesgan, y hasta pierden la vida para defender a la gente, que se conduce con honestidad, que andan haciendo justicia, cierto, hay constancia de muchos abusos, pero en algunos casos solo reciben órdenes, ¿de quién?, pues de los altos funcionarios que juegan a la política, que los envían prácticamente al matadero, recordemos lo sucedido en el estadio de chivas, de eso hablamos.
Igual no todos los políticos son de alma negra y mal intencionados, hay quienes creen en la igualdad, que trabajar por un mejor entorno, que aplican las políticas públicas para bien de la gente porque tiene la esperanza de que las cosas mejoren, porque aman su pueblo y su país.
Lamentablemente son los menos, en estos tiempos el pueblo desconfía de todo y lo peor del caso es que los buenos políticos y policías son arrastrados por la vorágine de corrupción de las últimas décadas, son tan pocos que resultan avasallados por el mal, solos no pueden contra las desmedidas ambiciones de sus superiores o los intereses partidistas perversos que aplastan las buenas intenciones a cambio de poder, fama y fortuna.
Son muchos los motivos que el pueblo tiene para desconfiar de sus políticos y guardianes del orden, son tantos los momentos de angustia y desesperación que muchos ciudadanos han padecido por su culpa que extraño seria que en la encuesta de calidad del INEGI salieran bien calificados o que la gente avalara su desempeño y hasta dijera que confía en su buen comportamiento.
Todos los días los medios de comunicación nacional dan cuenta de historias de corrupción donde están involucrados políticos y policías, entonces todo parece indicar que la encuesta solo fue un desahogo al grito desesperado del pueblo por tener guardianes del orden calificados y funcionarios confiables.
Ningún partido político se escapa, todos tienen sus asegunes, aunque los que han gobernado son los peores calificados.
Continuamente vemos servidores y ex servidores públicos acusados de despojo al pueblo, de lucrar con el tráfico de influencias, de usar la fuerza pública para su beneficio, lo peor es que nunca faltan los cínicos como HILARIO RAMIREZ, ex presidente municipal de San Blas, que después de que lo acusan de fraude, dice que si robo pero poquito.
Casos peores como el tráfico de influencias políticas bajo el amparo del poder político, de la corrupción, ahí está el de AMADO YAÑEZ, dueño de Oceanografía, y quien realizara millonarios fraudes a empresas mexicanas que han sido el sostén del país.
No hay motivos para que los partidos políticos y elementos de seguridad tengan la confianza del pueblo, menos cuando los mexicanos constatan que no respetan las garantías de los menos favorecidos, que se abusa del poder político o policial, que a los agredidos los convierten en agresores, como el caso de los secuestrados por la francesa FLORENCE CAZENS, o que una pobre indígena es acusada y encarcelada por “secuestrar policías”
Obvio es que el pueblo está decepcionado de políticos y policías, lamentablemente pagan justos por pecadores y la percepción de los mexicanos generalizada es que son corruptos.
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